sábado, 30 de diciembre de 2017

DESDE ULTRATUMBA.- (MICRORRELATO)




Madre mía lo que acabo de ver…! Estaba tan tranquilita comprando en el supermercado cuando lo veo, si, si, a ese señor petardo…Se me quedó mirando como esperando… Me acerqué, lo saludo y le digo con la más irónica de mis sonrisas…¡Hola! De repente se da la vuelta la que estaba de espalda a mí y frente a él en esos momentos, me mira con sus ojuelos pequeños…más fea que es la tía…el pelo todo rizado, a lo feo, barato y del bote rubiazco…se me queda como diciendo...¿Y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó por mi cuerpo y mis entretelas, no lo sé muy bien, pero te juro por lo más sagrado que no era yo…sino ella…¡Ella! Pasé justo frente de la fea, despacio, tranquila y sosegada…como retándola con la mirada...¡Ojo con ojo, frente con frente, cara con cara! Como dos fieras salvajes que se tantean a lo flojo y seguro. Casi la rodeé toda entera de arriba abajo. La observé desde la cabeza a los pies con una ojeada de asco que me vino por las venas...y pasé por su vera como si no existiera…Se quedó traspuesta…¡No se esperaba esa mirada intimidatoria, instigadora, desafiante…! No, no, mi mirada no... La de la otra, la mirada de la que estuvo antes que ella, la que se suele decir... La escoba…Creo que se metió dentro de mi cuerpo…Era la muerta porque no podía soportar lo que estaba viendo tras la tapadera de la caja… Sí, sí…la caja que todo lo tapa pero que todavía sigue alerta bajo tierra... pero…¡Hijo de la gran potranca! Si a mí me has dicho que me ganara la vida con el moño…! ¡Si me has dicho que valía menos que una mierda de la calle! ¡Que no valía para nada…! ¡Si me has insultado hasta la saciedad durante más de veinte años…! ¡Mal tratador! Que sin cuchillo me has ido matando poquito a poco con tus palabras llenas de veneno hacia mí... ¡Y hacia mi familia…! Que venían a casa a verme cuando tú no estabas…¡A escondidas! ¡Como si fueran unos ladrones…! Y ahora la llevas a ella de la manita…¡So asqueroso de mierda! que me están saliendo las iras tras mis rejas…Las rejas que todo lo tapa y lo calla, pero yo, yo…Yo te veo a través de los ojos de la pluma de la libertad, ¡so barrigón! Que me has maltratado toda tu asquerosa vida, y ahora la llevas de viaje a las islas…A las islas que yo quería ir y que todavía estoy esperando que me lleves de luna de miel, ¡mamarracho, zopenco, hijo de mala madre! Te maldigo mil veces aunque estén vivos mis hijos…Sí, ¡mis hijos! Esos que yo he llevado en mi vientre durante nueve meses y he parido... y cuando han nacido me he quedado hasta las tantas de la noche contándole un cuento, mientras tú te quedabas en la tasca de la esquina tomándote unos cuantos cubas libres y llegabas bien cargadito pidiendo cena… y dándome guerra….¡Maldita sea tu estampa! Que ahora, después de muerta, aún me quedan unas poquitas fuerzas que saco fuera a través de las letras de mis agallas porque me da la santísima gana…Dime, so zampabollos de mierda, ¿desde cuándo estabas liado con ella? Si, si…esa que decía que era mi amiga…¡Guarra! ¡Asquerosa! ¡So embustera! Que te has hecho la tonta y la buena mientras yo estaba enferma muriéndome de pena…¡llenita de dolores por todo mi cuerpo deformado! Y ése…Ése que decía ser mi esposo amado estaba deseando de que me muriera para cogerte de la mano y llevarte a las islas de afuera… y yo mientras tanto, en la camita estaba esperando que la muerte me llevara hacia el otro barrio…pero no olvides nunca que desde esta tapa que encierra mi caja te veo mientras estás durmiendo a través de otro cuerpo, y de otros ojos…

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