Háblame como si quisieras seducirme,
háblame como si me acabaras de conocer… háblame con amor... como si no
lleváramos tantos años casados… háblame como te hablo yo, porque así parecerá
que los años no han pasado y todavía estamos en la senda de la seducción… No me
grites cuando te pido algo, ni me mires con rencor, no me hagas malos gestos y
regálame una flor… Enamórame con la mirada, cortéjame con tus palabras, dime
que me quieres y alegra ese humor… Arrópame entre sábanas, bésame con pasión,
pinta una sonrisa en tus labios y háblame de amor, vaya a ser que se me olvide
que una vez te quise tanto... y busque a mi príncipe encantado, que aunque tú no
lo veas están por todos lados… Están esperando que una mujer como yo, se tire a
sus brazos, escuche sus palabras de amor y le bese los labios… Son como perros
callejeros que se resisten al desencanto y al desamor y cuando una mujer les
sonríe, se arrojan sobre ella como si fuera la mujer de sus sueños…
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