martes, 12 de agosto de 2014

ME DECEPCIONASTE.- (MICRORRELATO)



Me miraste y me enamoré… Empezaste a mirarme y yo caí como una colegiala, y eso que me guardé de ti, porque en el fondo sabía que aquello no estaba bien, pero caí rendida a tus pies. Luché y luché contra la aventura de mí ser, pero era tan emocionante aquello que tú me ofrecías con la mirada y que yo necesitaba tanto en aquellos momentos… Fíjate, ahora me asaltan las dudas después de tantos encuentros de arrebatos diabólicos, porque estos sentimientos nuestros no eran normales, ¡eran terroríficos! Vamos que estaba siempre muerta de miedo y todavía no sé porqué me arrastraban tanto a tus brazos, a esos besos retorcidos y nerviosos… Ni siquiera sé por qué me dejé llevar por tu mirar, ese mirar tan fogoso que tienes, esa mirada tan penetrante, siempre escrutando cada rincón de mis pensamientos, como si quisieras saber más de mí que yo misma, como si quisieras llevarme a tus adentros misteriosos, llenos de suspenses… picardías… Era un interrogatorio constante de preguntas y respuestas, ¡pero tus respuestas, porque a mí ni me daba tiempo! Antes de reaccionar, ya me estabas arrastrando hasta el infierno…a tu infierno…Me quieres llevar contigo. Me lo dijiste una vez, ¿te acuerdas? Me dijiste que ya no me soltarías…Tengo miedo de ti. Tengo miedo de ese querer tuyo tan posesivo, tan exclusivo, tan ansioso. Temo perderme en tu locura y no poder salir de éste laberinto infernal de ultratumba, porque este vivir nuestro no es natural ni humano. Va más allá de los límites de la realidad. Es como si viviéramos el uno dentro del otro, siempre unidos por ese hilo mental que traspasa las piernas y los brazos, las venas, como si fuera la sangre de mis venas y yo de las tuyas, en el pecho tu corazón latiendo al ritmo del mío… hasta ahora… Temo que no quieras comprender que ya se acabó, porque me has defraudado y ya no te quiero… Me decepcionaste mi amor, me llevé un desengaño contigo y ya no te quiero, ¡me he desilusionado! Ya no hay marcha atrás, ¡se acabó y se acabó! ¡Hala! ¡Fuera de mi vida! No te conozco. Ya no sé ni quién eres. Un extraño, si, si, un verdadero extraño, déjame en paz de una vez. No vuelvas a seguirme, ni me esperes, ni estés como un perrito faldero tras de mi. No lo soporto, no me gustan los hombres tan abnegados, ¡pareces un crío! Nunca me han gustado los hombres sumisos y obedientes, ¡ni que fueras mi esclavo! ¡lo odio! ¡Me subleva! ¡Me pone de los nervios! Me da una rabia… Me llevé el desengaño más grande del mundo cuando vi cómo la mirabas, si, lo mismo que me miraste a mí, y entonces fue cuando me derrumbé, ¡vaya que sí! Me desencanté contigo, fíjate, yo que te tenía en un altar… ¡qué ignorante fui! Soy más tonta… Ya no te quiero, me he desenamorado de ti, es como si de repente lo hubiera visto claro, lo siento, tendrás que aceptarlo, no te enfades conmigo, entiéndeme, compréndelo, que tu al mirar a otra como me miraste a mí, me has abierto los ojos… y ahora te desconozco…

No hay comentarios:

Publicar un comentario