miércoles, 1 de abril de 2020

CON LA CEGUERA DEL AMOR ESCONDIDO.- (MICRORRELATO)



Poco a poco mi alma se calma…mis ojos se pierden en los recuerdos del ayer… Apenas siento tus manos alrededor de mi cuerpo, pero…Tus dedos se deslizan por mis cabellos como si no quisieras nunca desprenderte de mí, y yo que muero por tus besos, lloro en reposo y en silencio…Hay un duende parlante que vive entre ellos que no para de hablarme de tus sentimientos, y yo que no quiero escucharlo, cierro puertas y ventanas para que no atraviese la frontera de mis canas…pues…Cuanto más me alejo, más te siento, pero…Luego te vas y me encuentro hablando sola y ante el espejo…Hoy quiero confesarte algo que me inquieta y temo que al final se convierta en realidad…pues…Dicen las malas lenguas que cuando una persona tiene una inquietud, es porque existen fuerzas poderosas que te avisan de que algo va a ocurrir, son como presagios, y desde que me alejé de ti me siento como si una nueva mujer se hubiera instalado en mi interior haciéndome cambiar de opinión, y lo que antes veía negro o blanco, ahora lo veo gris…Un gris plateado como las hilaturas de mi pelo blanco, brillante como las estrellas del cielo…un cielo oscuro y negro que veo cuando me acuesto…Me acuesto pensando en ti y en tus ojos cuando con la mirada me acariciabas el alma…el alma que me arrebatas cada vez que te pienso…me mirabas como si fuera la última vez que me veías en tus brazos…todo tú entregado a mi cuerpo con ansiedad y deseo…eres tan vehemente…hace ya tanto tiempo de eso que parece como si hubieran pasado años, y fíjate, apenas una semana desde la última vez que nos amamos bajo el cielo aquél, ¿te acuerdas? ¿Sonríes? Sí, siempre me sacas una sonrisa…Lo sé…sé que te hago reír en éste mundo donde sólo existimos tú y yo, un mundo lleno de fantasía, ¡pura magia! Quizás un sainete en el cual estamos como dos marionetas actuando al ritmo del amor, esa sensación trágica y cómica a la vez…pues…Como en una tragicomedia es lo que vivimos siguiendo las pautas de Pierrot, y por eso…Temo perderme entre las penumbras de mi mente que poco a poco me transportan a un futuro diáfano y oscuro en el que no quisiera vivir, aunque de vez en cuando suenen bombos y platillos en la esencia de mi existir…Hay un sentimiento que está latiendo en mi corazón…quiero a mi gente, ¿te enteras? Esa gente que siempre está ahí esperando que sigamos navegando juntos hasta la muerte…tengo miedo de volverme a encontrar contigo y no volver a sentir en mi corazón los latidos del primer amor, y…¿Sabes que te digo? ¿Qué, qué...? Explícate mejor…Me lo quedé mirando de frente y no pude aguantar su mirada...era tan indecisa y desesperada…Me di la vuelta y seguí adelante como si nada…no quería adelantarme a los acontecimientos por temor a que se volvieran contra mí, y por eso…Sin decir nada, su gesto me hizo comprender que sabía la repuesta antes que hablara…pues…Nadie mejor que dos personas que se han amado tanto como tú y yo, para entender cada silencio a media voz…Son las voces del silencio las que más duelen cuando se ama sin razón…Le di la espalda y me marché hablando con las trampas del destino…no quería que me atrapara en sus brazos, porque si lo dejaba hacer no habría marcha atrás y tenía que hacer todo lo posible por seguir adelante…Te cruzaste en mi camino sin buscarte, ni tú a mí buscarme…fue tan sólo un desliz, esos en los cuales caemos apenas sin darnos cuenta, pero que al final marcan dejando una cicatriz clavada en el corazón…Te enredaste en mis sábanas sin abrazarte y cuando quise darme cuenta ya era demasiado tarde para abandonarte, y ahora que estoy sola ante el espejo veo las huellas del tiempo en mi cuerpo, y por eso…Dejo caer mis sentimientos al viento para que se los lleve lejos, allá donde estás tú escuchando cada embate de esa tormenta que barrunta entre rejas…Hay alguien desesperado por tenerme en sus brazos…Oigo pasos cerca de mi habitación…Es él, lo sé, lo presiento, me lo dice el corazón, y el corazón nunca miente…Llamas a mi puerta con la esencia de tus besos, y yo que estoy anclada en los recuerdos…se me truncan todas las excusas para decirte adiós sin que se me rompa el corazón…pues…Desde que no te tengo en mis brazos, parece como si me fuera bien el hecho de no volverte a ver con la conformidad de seguir con mi vida llana y segura, pero…olvidarte no puedo…Quizás las hilaturas de mi pelo blanco, sean las luces que guíen el camino cuando en él te cruzaste con la ceguera del amor escondido…


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