Poco a poco te estás despegando de mí…ya no te siento en mi
existir…al final tendré que dejarte ir…pues…Ya no muero sin tu vivir…es éste
encierro que se está haciendo dueño de mis sentimientos y lo que antes me
parecía un infierno, ahora lo llevo con serenidad y en silencio...Paciencia nos
mande el Señor, decía mi madre a viva voz…No queda otra cosa más que aceptar la
realidad de que nunca fuiste mío de verdad, tan sólo una utopía que nos quiso
atrapar para hacer de un sueño una aventura más para acallar las carencias del
hogar…un hogar lleno de ilusiones hasta que me conociste…y yo a ti, pero…¿Sabes
una cosa? ¿Qué? Dímelo…Vaya… ¿Está ahí? Sí…estoy aquí, nunca me voy del todo,
aunque ahora me encuentro más tranquilo y sosegado, pero…A veces oigo tus
latidos…¡Qué cosas! Pensé que estaba sola, ya sabes cómo me gusta hablar para
mis adentros…En tus adentros vivo yo, no lo olvides mi amor…Dime, ¿qué te
ocurre? ¿Te encuentras mal? ¿Me echas de menos? Sí, hoy no sé qué me pasa, pero
me desperté pensando en ti…Quizás anoche me acosté tristona y me preguntaba qué
pasará en el futuro, cuándo nos íbamos a ver de nuevo, porque éste
confinamiento va para largo y ya me está superando y tengo miedo hasta de mis
pensamientos… ¿Qué piensas corazón mío? Que todo esto se acabe…eres tan guapo…¿Por
eso me quieres? ¿Porque te parezco guapo…? Bueno…no es solamente por guapo,
¿comprendes? Me refiero a lo feliz que me siento junto a ti, es una sensación de
nerviosismo y mucha alegría…no sé si me entiendes, pero es algo así como cuando
de pequeña los reyes magos me traían una muñeca y un coche de capota…era algo
inexplicable, pero te juro que me sentía la niña más feliz del mundo…pues…La
misma sensación…eso de apoyar mi cabeza en tu pecho, sentir tus brazos
alrededor de mis hombros y oírte respirar en mis cabellos es lo más agradable
que he sentido jamás…me siento tan tuya…tan guardada dentro de tu cuerpo…eso es
lo más hermoso, sobretodo cuando te miro a los ojos…siento una paz…es tu mirada
tan limpia y clara…toda una vida tras esa mirada, donde te reconozco como amigo
y amante a la vez…pues…Nuestros labios se buscan en ese paraíso que estamos
viviendo tan sólo tú y yo…sin nada ni nadie que nos prohíba vivir nuestra
historia al ritmo del corazón…¡Qué cosas más bonita cuando me miras a los ojos
y te miro yo! y por eso…Temo perder todas esas sensaciones, ¿te enteras? Son
las que me dan luz y esperanza para seguir viviendo a golpes de latidos…a
golpes de amor…¿Qué sería la vida sin amor? Nada, sólo una existencia vacía y
superficial, y…No quiero acostumbrarme a la apatía que quiere instalarse en mi
interior en éste encierro infernal, que... Al final me hará dudar de mis
propios sentimientos…Me niego a sentir frío en mis carnes, ni tranquilidad en
mi mente sana, ni pasar de todo como si no me importara nada…Es ahí donde se
acaba el amor…las ilusiones y la esperanza también, y yo…Yo me rebelo contra
todos esos pensamientos que alteran los sentimientos… ¡No me conformo! Dimito
de estar al lado de éste aislamiento que se acomoda entre cuatro paredes para
acabar conmigo y mis sueños…No quiero dejarme vencer por este confinamiento,
donde los amantes se autodestruyen sin compasión pensando que la distancia los
envolverán en una pompa de jabón, y dejan que exploten en el aire congestionado
de su corazón…Yo quiero vibrar, llorar a lágrima viva por ti, penar, suspirar
por tu amor…Quiero sentirme rota de pasión y que el corazón me dé un pálpito cada
vez que te veo en la lejanía de mi horizonte…también quiero reír cuando me
tiras esos besos al aire y que yo atrapo con las letras de mis poemas lentos, y
por eso…Jamás cederé al tiento de dejarme avasallar por la imposición de éste
encierro en mis lamentos, y…Revivo cada momento en tus brazos cuando tú y yo
nos amábamos en el campo, ¿te acuerdas de aquél pajar? Sí, sé que te acuerdas,
¡vaya que lo sé! Lo activo echándole leña al fuego para que no se me olvide
cuando me llevaste a ese pajar por primera vez…estaba en un lugar lejano de la
ciudad…en el campo…un campo lleno de ovejas pastando…fue cuando lo descubriste
y juntos nos dirigimos hacia él…Había un silencio sepulcral…No había nadie y
sin mediar palabras caímos unos en los brazos del otro como dos fieras
salvajes…Hay que ver, Dios mío de mi vida…¿Quién me lo iba a decir a mí? Ahora,
en éste momento de calma y tranquilidad, aún me parece todo aquello
increíble…como si no hubiera ocurrido nunca, pero ocurrió…Ocurrió de manera apasionante
y sexual…Brava, me dijiste…eres una mujer brava…y yo, con toda la libertad del
mundo monté sobre tu vientre y juntos cabalgamos lejos, muy lejos…allá donde
nos llevaron los suspiros que se quedaron colapsados con mis gritos y tus
gemidos, y ahora en la distancia…Miro al cielo y sonrío…siempre me sacan una
sonrisa los recuerdos…tu recuerdo… ¿Sabes una cosa? ¿Qué? Vaya, todavía sigues
ahí…creí que te habías ido…soy tan ilusa…tan romántica…aunque aquella cabalgada
no parecía muy romántica que digamos, más bien fue una carrera de caballos… ¡Señor,
Señor…! Hoy estoy un poco nostálgica…Sí, sí, eso debe ser, y por eso…Necesito
atraparte de nuevo en mis sueños para que no me olvides ni un momento, y cuando
se acabe éste encierro, volvamos al pajar donde te di todos mis besos para seguir
cabalgando como los ángeles del infierno…
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