Iba delante de mí caminando tranquilo, sin mirar atrás…Tenía
tantas ganas de abrazarlo que aligeré el paso, cuando de repente desapareció de
mi vista, me giré hacia todos lados, no lo veía por ninguna parte, parecía como
si se lo hubiera tragado la tierra, así que seguí andando pensando que me
esperaría en la cafetería de siempre donde solíamos quedar. Después de una hora
esperando, seguía sin aparecer, por lo que opté por salir de allí, cuando de
repente me lo encuentro de frente con cara de malas pulgas, y sin venir a
cuento me dijo…¡Anda, vete con tu amigo, corre que te estará esperando! Me
quedé en blanco. Ignoraba por dónde venían los tiros, no obstante, observándole
el rostro, según lo escuchaba, tenía la sensación de que mentía más que
parpadeaba…pues…Últimamente se estaba convirtiendo en un mentiroso
compulsivo…o…quizás me equivocaba, pero no sé porqué, algo en mi interior me
decía que se estaba inventando una sarta de tonterías que no había por donde
cogerlo…Siguió acusándome de que estaba liada con otro, que me había visto
dándome la mano, charlando sonoramente, riendo y mirándolo a los ojos con cara
de mujer enamorada…No daba crédito a sus palabras…pues…No entendía a qué venía
esa retahila de acusaciones tan desmedidas. No sabía si eran los celos desde
que una mañana me vió saludando a un compañero de la oficina donde estuve
trabajando, o realmente, lo que quería era acabar con nuestra relación
inventándose esa falsedad para acallar su conciencia…Últimamente pasábamos poco
tiempo juntos, y los ratos que quedábamos, siempre eran con prisas, o como se
dice vulgarmete, aquí te pillo y aquí te mato. Apenas nos daba tiempo para
besarnos y cuando se acababan los abrazos, me quedaba con un cierto amargor en
mi corazón….Sabía que no teníamos nada más que eso, porque tanto él como yo no
éramos libres de responsabilidades, pero echando marcha atrás, me venía a la
memoria aquellos días que no podía estar sin verme y yo a él, cosa muy normal
en el comienzo de cualquier relación, pero de eso a pasar semanas y meses sin
saber el uno del otro, ya se estaba convirtiendo en una costumbre muy
sospechosa, y yo la verdad, me sentía algo abandonada por su parte y lo que era
peor, temía que nuestro amor se iba enfriando cada vez más. Debe ser eso, que
cuando la cosa está hecha, ya no haya tantas ansias por estar juntos. Más o
menos como en la convivencia, que dicen las malas lenguas que mata la pasión, y
verdad es porque tengo un montón de amigas mías separadas, sobre todo en el
entorno de mis hijos que raro es que no me vengan cada día con el comentario
ese de…Se han separado porque ya no existía la pasión...De todas maneras,
mientras lo escuchaba y miraba sus ojos, reaccioné diciéndole que no sabía a
qué venía esa sarta de acusaciones, y como él, en su osadía insistía fríamente,
caí en la cuenta de que todo era mentira, sobre todo cuando me dijo que llevaba
varios días viniendo en mi busca. Ahí fue cuando remató totalmente la falsedad
de sus palabras negándole todas sus acusaciones, y plantándole cara y alzando
un poquito la voz, cosa que sabía de antemano que no le gustaba nada…pues…Es un
hombre de mucho guardar la compostura delante de la gente como si fuera don
perfecto…El caso es que le dije…Tú lo que quieres es acabar conmigo y te has
inventado todo este rollo para quedar bien y acallar tu conciencia, ¿te enteras?
Y si es verdad que has venido a por mí, ¿cómo es que no te he visto? ¿Sabes qué
te digo? Que estás liado con otra y punto pelota, así que déjate de pamplinas
porque te conozco como a la palma de mi mano…No estoy con nadie…me
contestó…¡Claro que sí! Con esa con la que te parabas a hablar diariamente con
la sonrisa boba pintada en la cara, además también te he visto como le ponías
la mano en el hombro, ¡venga ya hombre! Y como tú, cuando te paras a hablar con
una tía es porque te gusta, te atrae y quieres pillar cacho, te piensas que yo
soy igual y no lo soy, ¿te enteras? No lo soy…pues…Mientras yo te quiero con
toda mi alma, tú sólo me quieres para saciar tu apetito sexual, así que déjate
de milongas conmigo, que la edad del pavo la dejé hace años, ¡y no vuelvas
nunca más a por mis besos y abrazos! Y dándome la vuelta firme y segura me
marché…Me fui serena y tranquila, pero sobre todo, convencida…Seguí con el
parloteo con las paredes de las casas, que inertes y blancas me
escuchaban...Qué manera tan patética de acabar con nuestra relación, como si
una fuera tonta…Claro, como no sabía cómo terminar se inventó un rollazo…mira
que decirme que estaba con otro, ¡por Dios! Qué ridículo ¡anda y que le den!
Éste se cree que voy a seguirle, ¡ni loca! ¡No me arrastro por nada ni por
nadie! ¡Estaría bueno! ¡Venga ya hombre, y el que quiera medallas que las gane!
La realidad es que ya no sabía cómo acabar conmigo, ¡adiós muy buena! No te
vayas a creer que me voy a morir…No, no, para nada, que voy a seguir con mi
vida y tan campante, que para sufrir y pasar penas siempre habrá tiempo…Ya
lloré todo lo que tenía que llorar cuando se murieron mis padres, así que
seguiremos viviendo y haciendo las mismas cosas que me gustan y me hacen
feliz…pues…Estoy en una época de la vida que aguanto lo justo y necesario, y
gracias a Dios, tengo la capacidad para dominar cada situación con el poder de
la mente… Pero ahora…Seguía andando y hablando sola…Ya sabemos de qué pie
cojeamos, y si tú me dices adiós, yo te digo chao, y éste cuento se ha
acabado... Estaba harta de sus manías y altibajos…No soporto más sandeces, y
menos a estas alturas, tonterías las justas, y si acaso las mías…Al
momento me vino a la mente las que hacía de niña sola ante el espejo cuando me
estiraba la boca con los dedos de la mano hasta las orejas, mientras me
aplastaba la nariz para arriba y los ojos para abajo... parecía la mona chita…Y
alzando los ojos al cielo comencé a sonreírle a la vida… y para mis adentros…
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