Esto de que un día me
estés comiendo la boca, y al otro pases por mi lado como si no me
conocieras...ignorándome... se va a acabar de una vez, ¿te enteras? Que ya me
tienes muy harta, ¡jolines! Lo que no sé es cómo te sigo el royo...debe ser que
me gusta sufrir y soy tan morbosa como tú, pero bueno, que ya se me irá
pasando, ¡vaya que sí! que lo que no consiga yo, dime tú a mí que estoy para el
arrastre...pero...escucha...¿quién yo? Sí, sí, tú...que el día que diga ¡basta
ya! Te vas a enterar bien de lo que vale ésta mujer...Estaba caminando por ahí,
pensando en ti, como siempre…pues…Te busco entre la gente y temo verte,
cruzarme con tu mirada ausente, pero más temo que me sonrías y me arroje a tus
brazos…como siempre…¡Ay Señor mío! Estoy llorando como una magdalena…Me encuentro
sola, triste, a la merced de los caminos donde suelo hablar con mis
pensamientos, esos que no paran de incordiarme…pues…A veces me abruman los
pesares…Debe ser por la rigurosa educación que recibí de mis padres y de la época
que me tocó vivir, ya que no la elegí…pero…Sí que he decidido ser feliz…Y por
eso, hay días que, no sé porqué, necesito expresarme, realizarme como persona,
echar mis lágrimas al viento para que el aire se las lleve lejos, muy lejos,
hacia los árboles que mecen sus ramas como asintiendo, comprendiendo todo el
teclado…De segundo plato, si señora, soy la amante, la que dicen por ahí que una
está de segundo plato, bueno, ¿y qué? ¿Pasa algo? ¿Acaso cree usted que por eso
soy menos importante para él que su leal y ferviente esposa? Quizás piensa que
me siento inferior y al margen de su vida, ¿verdad? ¡Pues se equivoca! Que para
eso estoy enamorada del hombre al que yo quiero y cuando me dice guapa mía me hace
vibrar de emoción…me llega al alma y al corazón y me siento como si fuera suya
ante la gente monda y lironda y ante el dios de mi credo…pero…Mira, escucha una
cosa que te voy a decir…Me importa bien poquito ser la segundona, ¿te enteras? Porque
cuando está conmigo me trata como si fuera su mujer y compañera de risas
salvajes y penas pasajeras…su amante…Eso es lo que quiero para mis sentimientos
libres y sinceros, no como algunas esposas que están con ellos porque no
soportan perderlos por otras, y prefieren aguantar carretas y carretones, como
decía mi santa abuela que en paz descanse, que pasó las de Caín con el abuelo con
tal de no dar su brazo a torcer, y todo porque vivía en un pueblo y tenía que
guardar las apariencias ante la familia, las vecinas... y porque le tocó vivir
en otra generación…Y… ¿eso las hace ser mejor que yo? La amante, la del segundo
plato…pues… ¿Sabes que te digo? Que en casa de mis padres, comía rápido y enseguida
el primer plato, atragantándome con cada cucharada para saborear la exquisitez
del segundo que estaba más rico y más bueno, así que ya sabes cómo serán los besos
y abrazos cuando estamos a solas…No es que le arrebatara a sangre fría a su
marido, no, no, para nada, sino que se cruzó en el camino enamorándome los
sentidos, y aunque muchas veces hemos querido separarnos, el destino nos ha
vuelto a unir con más fuerza…Te tengo un cariño tan grande que me es imposible
dejar de verte... Miro al cielo buscando respuestas a mis miedos…quizás para resolver
mis problemas y devolverme las esperanzas…Será la pasión que nos ata… Será el
capricho de una mañana coqueta y risueña de esas que una se levanta con ganas
de tener una cita loca…hacer mil travesuras…No, no es eso, es que estás
enamorada de sus besos ardientes…De sus brazos fuertes, sus ansias por tenerte…nuestras
aventuras…Esas que me atormenta con tal que pasa más de una semana sin verte,
ni tocarte, ni besarte hasta quedarme harta, y cuando desaparecemos del mapa,
reencontrarnos con más ansias y ganas…muchas ganas, así que…No digas más que
soy la del segundo plato, porque él para mí siempre será la guinda del postre…y
yo para él la copa de vino con la que brinda cada día de su vida con el sabor
de la lengua mía… Que si tú lo esperas llorando en casa sabiendo que está
conmigo liado entre sábanas, yo derramo las mías pensando que duerme cada noche
contigo en la misma cama…Que se te pasan las horas amargada, sufriendo y revolviéndote
las entrañas…A mí me duele el alma desde que anochece hasta las primeras luces
del alba, que abro mis alas al viento mirando el cielo con la mirada perdida entre
marañas…¿Vendrás hoy? ¿Estaré contigo de nuevo? ¿Te arrepentirás de quererme
otra vez? ¿Le convencerán sus miedos la conciencia? Quizás sea yo la que diga que
esto no es bueno para ninguno de los tres… pues…Aquí de lo que se trata es que
no hay manera de dejarme, ni abandonarla a usted…Es la madre de sus hijos, lo
sé, vaya que lo sé…Yo, la que nunca quise tenerlo para no amargarle más la vida,
porque hasta para eso me sacrifiqué, y ahora aunque quisiera, no puedo…Mi
sangre ya no sirve más que para seguir queriéndolo…y esperar…Que no viene…bueno,
ya vendrá…pues…El tiempo es el guardián de mis sueños y no desespero como antes,
cuando era más joven… Ahora estoy tranquila
y con el semblante sereno…No me enfado, ni le echo en cara sus tardanzas, y cuando
llega, lo beso con mis labios sedientos…y por eso siempre vuelve a mis brazos
para que lo siga meciendo con la pasión de mis risas…Le recorro el oído con mis
sentimientos, le digo cuanto lo amo…y hasta luego…Y de nuevo conmigo otra vez,
aunque a usted la tenga esperando con la mesa puesta, la comida servida y la
cama hecha…porque…Es la esposa y yo la amante…la del segundo plato…Tú eres la
calma, el acomodo, la quietud de los estanques…Yo soy como las aguas bravas del
mar con las que hay que luchar a golpes de latidos…Él es mi vida, mi pasión…y yo
pertenezco a la libertad de su amor…
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