Dicen las malas lenguas que la respuesta está en el tiempo y verdad debe ser
cuando al fin pude comprender... pues…Estaba empeñada en que era el hombre de
mi vida, al cual había conocido años atrás y lo que empezó como un simple
coqueteo, poquito a poco se convirtió en un juego caprichoso de besos y
toqueteos, para terminar en una peligrosa obsesión donde no podíamos estar sin
vernos ni un solo día…Sentía mis labios flaquear, vacíos y llenos de ansiedad
por un beso más…Era una extraña y misteriosa atracción llena de fuego, donde el
deseo por estar con él era más fuerte que yo...Me tenía completamente
esclavizada a apagarlo, como si me quemara cada pedacito de mi cuerpo…Era lo
más emocionante a la vez que peligroso…Cada día quería más hasta atravesar
todas las barreras de la sociedad y del buen hacer de una pareja de
bien…pues…eso de jugar con fuego me encantaba y tentar a la suerte todavía
más…estaba hechizada…era adicta a los besos que manaba de su interior como si
no pudiera vivir sin ellos…Éramos como dos fieras salvajes en la batalla del
quién domina a quién, sin perder cada uno nuestro espacio de libertad…Era muy
celoso…yo también…Teníamos mucho orgullo y carácter fuerte, de tal manera que
eso fue lo que minó la convivencia…Se volvió posesivo y dominante…yo también…A
veces me acusaba de que estaba con otro, lo mismo que yo, que no paraba de
decirle que le gustaban todas y no se perdía ni un trasero que pasara por
delante. ¡No lo podía soportar! Me daban ganas de estrellarlo
contra la pared, o como decía mi madre, sacarle los ojos y dejarlo ciego para
siempre…pobrecilla, era de celosa...No podía comprender que estando tan
enamorado de mí, mirara a otras con tanto descaro, dejándome en mal
lugar...pues…Era insoportable su obsesión hacia mí, y continuamente me echaba
en cara que yo lo había seducido como a un niño chico, que lo había acorralado
y que seguramente esa era mi táctica para enamorar a los tíos…Que era demasiado
coqueta y presumida, que me encantaba que me miraran los hombres por la calle,
y me echaran piropos…No podía soportar verme hablar con ninguno…¡Ay! Le
respondía…El ladrón se cree que todos son de su condición…Cuántas veces te he
visto pararte a hablar con esa tía con una sonrisa de oreja a oreja y una cara
tonto...¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí tú…Escúchame bien lo que voy a decir, porque
no te lo voy a repetir más…Si a ti te gusta esa tía, ahí tienes la puerta y te
vas, ¿te has enterado? Que yo no quiero tener a mi lado a un tío que está por
lástima ni nada parecido, que todavía tengo dignidad, ¡vamos hombre! ¡Faltaría
más! Discutíamos mucho, llegando a ser imposible el seguir juntos, de tal forma, que
ya no era feliz ni un momento, así que decidí apartarme… Hacía dos meses que no
sabía nada de él, me sentía muy desdichada, con ganas de desaparecer del mapa…ni
siquiera quería vivir…Tenía que enfrentarme a la realidad aunque me temía lo
peor, lo que ya de antemano sabía, pues hacía mucho tiempo que lo intuía, pero
siempre me daba la oportunidad de equivocarme, así y todo, me dejé llevar por
mi sexto sentido y me encaminé hacia su casa para hablar…pues…Si ya todo se
había acabado, nada mejor que cada uno por su lado y punto, y así fue como
descubrí la cruda realidad, cuando vi a la tía esa encerrarse en el cuarto de
la luz del sótano, algo en mi interior me decía que no estaba sola... Abrí la
portezuela y los pille juntos, él desnudo de cintura para abajo y ella de
rodillas y les puedo asegurar que no estaba rezando...No sé qué pasó, ni qué
ocurrió…pero…Una duda misteriosa se instaló en mi mente cegándome los ojos del
corazón, impidiéndome escuchar sus latidos al ritmo del amor...pues...No supe
discernir el deseo de la pasión de los verdaderos sentimientos, dejándome
llevar por las ansias de amar y ser amada, como si fuera la dueña de mi alma,
mi vida y corazón…Me siento morir, tengo las carnes vacías de ti…Me llevaste
por caminos insondables buscando cada día un grito más de mi pecho…Me
acariciaste las piernas con el fuego de tus besos y me arrancaste todos los
suspiros de mis adentros…los más ocultos que tenía en el fondo de los
infiernos…y cuando me dejaste sin nada…me abandonaste a la merced de tus
delirios…Me has robado la dignidad…has usurpado mi orgullo…pero…¿Sabes que te
digo? ¡Que no me importa! ¡Me da igual! Todavía tengo el poder de las palabras
que me salen del alma…y tú jamás podrá arrebatármelas porque son como lágrimas
derramadas en cascadas…¡Fuerza de la naturaleza, abre mi pecho y que salgan
toda la furia fuera! No quiero tener éste llanto contenido dentro de mi
cuerpo…Lo único que deseo es dejar mi melena al viento para que salgan los
versos que tengo escritos con sus besos…Salí corriendo de allí sabiendo que los
había descubierto, y es así cómo empecé a renacer de nuevo cuando nos besamos
en el pavimento...Esos besos que se quedaron grabados en la piel de mis labios,
y cuando cierro los ojos todavía los siento…Siento tu abrazo rodando por el
asfalto…Siento que me echas de menos en el silencio de la noche, siento que me
vas a querer con los cinco sentidos a la vez…Siento que vienes y me llevas a tu
merced... Yo te estoy esperando, ya ves, nunca pierdo la esperanza de empezar
de nuevo... Llévame contigo, no quiero seguir en éste estado de lasitud…apenas
tengo fuerzas para caminar…me desconozco…Tienes que venir pronto a por mí si no
quieres que me rinda a sus pies…Necesito volverte a ver…besar tu boca y me
digas cuánto te quiero mujer…dime, ¿dónde estás? ¿Por qué no te veo? Has
desaparecido de mi espacio…¿qué te ha ocurrido? No me he ido mi amor, estoy
vagando por el escenario de tu melena al viento, estoy aquí a tu lado…sólo
tienes que buscarme en las huellas de la carretera donde nos besamos sin
límites ni fronteras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario