Me duele el alma, es como una película de terror lo que estoy
viviendo…tendré que empezar desde el principio… Soy muy inocente, me lo creo
todo, cualquiera puede engañarme, aún así, soy consciente de ello…No me
importa, me da igual, no sufro por ello y aunque sepa con toda seguridad que me
estás utilizando para beneficio propio, me es indiferente porque pienso que
necesites de mi ayuda…o quizás es que no tengas otra cosa que hacer, la verdad
es que no me afecta demasiado y siempre he pensado que soy una mujer fuerte y
libre de espíritu…Por otro lado, hay algo en mi interior que me incita a pecar
con los peores sentimientos del mundo…pues… Te odio, te odio a morir y sólo te
deseo el mal…Soy mala, muy mala y me gusta sentirme llena de rencores y con
ganas de hacerte daño, hasta me regocijo y cuando sé que sufres por mí, me
regodeo en recordarlo una y mil veces más…Yo era una persona normal hasta que
me casé…Me casé porque tonteando con mi novio me dejó embarazada, aunque nos
queríamos mucho y yo estaba enamoradísima de él, claro que entonces éramos tan
jóvenes…Al principio todo era muy bonito, pero después de siete años de matrimonio,
nuestras discusiones iban de mal a peor…pues…Quería vivir la vida como si
no fuera padre, dejándome sola con el niño triste y abandonada a la merced de
mi rabia y mal querer, anidando en mi alma un odio y un rencor que me
atravesaba desde la cabeza a los pies… Soy mala de nacimiento porque Dios me
hizo mala y no pienso cambiar, ni hacer nada por ser mejor, me da igual todo,
además tengo motivos para seguir por las riendas del mal, sobre todo cuando mi
marido me planteó separarse… Se había enamorado de otra, que según él, era la
mujer de sus encantos, que le hacía feliz y dichoso en la cama, que era ardiente
y apasionada, y que al fin sabía lo que significaba el auténtico amor. Que ya
no podía seguir conmigo, que lo nuestro había sido un error de juventud, y que
no pensaba sacrificar los mejores años de su vida ni por el niño, ni por mí… No
sabía lo que era el sentimiento del deseo hasta que lo conocí…pues… Cada vez
que pensaba en él, los latidos de mi cuerpo se disparaban como si fueran dardos
afilados punzándome el pecho, y el estómago se me llenaba de mariposas
bailoteando la danza del fuego, y aunque sabía que no era libre, la imagen de
sus ojos desnudándome por dentro me llegó a enamorar, y una mañana que estaba
paseando por una callejuela estrecha, sentí los suspiros de su alma que
emanaban tras mis espaldas…mi pulso se aceleró de tal manera que no me atrevía
ni a respirar, hasta que no pude más y me giré…No podía soportar tanta hambre
de mujer en su mirada…Jamás en mi vida había visto tanta ansiedad por mi
cuerpo, y sin dudarlo, me acerqué a él y lo besé…te quiero…te quiero…No paraba
de repetir…y seguí mi camino…pero...Me buscaba de día, me buscaba de tarde y me
buscaba de noche, y antes del alba me hablaba con los brazos ardientes de
pasión…me rodeaba la cintura y me decía…vida mía…vida mía…y me despertaba toda
ansiosa por tenerlo junto a mí… A partir de entonces no pasaba un solo día que
no me lo encontrara, y sin decir palabras, oía sus voces desde lo más hondo de
su corazón diciéndome que me amaba…Mi alma se llenó de amor hacia él y todo lo
que rodeaba su morada, y por eso le dije que no podía seguirle…Sentía pena por
ese hijo tan pequeño y bonito que tenía y no quería tener sobre mi conciencia
el haberle robado a su padre…Así que decidió hablar con su mujer y contarle
todo lo que sentía por mí, pidiéndole perdón y el divorcio… Ahí empezó mi
agonía de verme convertida en la mujer más mala del mundo…No estaba dispuesta a
ceder tan fácilmente y menos, que lo arrancara de mi lado otra mujer, que al
fin y al cabo no era nada del otro mundo, más o menos como yo…No, como tú no, para
nada…pues… Soy incapaz de retener a un hombre a mi lado a la fuerza, y menos
sabiendo que no existe nada entre los dos, ni deseo ni pasión, y que jamás
volvería a amarme. Sería lo más vejatorio para él, y humillante para mí... La
odiaba, le deseaba lo peor y no hacía más que pensar en cómo quitármela de encima.
Desde que me levantaba hasta que me acostaba, no paraba de darle vueltas a la
idea de que mi marido renunciara a ella…No podía soportar saber que se había
enamorado por primera vez en su vida…No estaba dispuesta a ello y empecé a
maquinar algo que revoloteaba en mi cabeza para tenerlo a mi lado hasta el día de
nuestra muerte… Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre…Tú te vas a
quedar toda la vida conmigo aunque seas un desgraciado… ¡Éstos se van a enterar
de quién soy yo! Poco a poco empecé a darle forma a un bulo que me había
inventado para que la gente hablara mal de ella, dejando caer que era una
libertina de cuidado, y que se liaba con todos los hombres casados, de manera
que hasta mi propio marido dudara de su fidelidad…pues... Más de una vez me
tachó de frígida y que no ponía pasión en nada, y que esa mujer lo había enamorado
por su entrega total sin reparos ni resistencias… Quería hacerle daño, todo el
daño del mundo y que sufriera en sus propias carnes mi dolor…No sé si hablaron
del tema o no, el caso es que me la crucé en la calle y pasó de largo con la
altivez de una soberana y poderosa mujer… ¡La odiaba con todas mis fuerzas! Empecé
a insultarla a voces para que toda la gente lo oyera, quería que todo el mundo
supiera la clase de persona que se escondía tras esa máscara de honradez, que
supieran cómo era en realidad… Me quedé callada sin decir nada, al fin y al
cabo tenía razón…Pensaba que estaba llena de dolor y eso le hacía desvariar y
despotricar insultándome de esa manera…En el fondo la comprendía un poco y le
pedí perdón, diciéndole que lo lamentaba mucho, pero que ya no había vuelta
atrás… No podía soportarla y me lancé sobre ella, venía un camión e intenté
empujarla para que la atropellara…quería matarla…Forcejeamos, me sujetó los
brazos y me miró a los ojos diciéndome…Ten mucho cuidado conmigo… En ese
momento sentí todo el poder que ejercía sobre él…Tenía que poner manos a la
obra urgentemente si no quería perderlo para siempre, tenía que recuperarlo… Yo
tenía una amiga íntima, mi paño de lágrimas y ella sabía porque yo le contaba, además
comprendía mi dolor…pilló a su marido en la cama con otra…Era la víctima
perfecta para darle forma a la idea que estaba planeando…No te preocupes, que
yo sé bien lo que se puede hacer para apartarlo de ella… Nada mejor en un lio
de faldas, que presentar batalla con las mismas armas de mujer…Y ahí empezó mi
verdadera agonía, sintiendo en mis propias carnes el mismo dolor de ella, cuando
una mañana lo sorprendí escondido con la amiga besándose a brazo partido…Me la
encontré en la calle, la miré a los ojos…Nunca busqué a tu marido, el destino
lo puso en mi camino y cuando quise darme cuenta ya era demasiado tarde… ¿qué
creías, que dejándolo te iba a querer más?
Ten un poco de dignidad…quizás piensas que es un capricho de la edad, y que
tarde o temprano volverá reclamando tu amor… Lo conoces muy bien, y sabes perfectamente
que tengo toda la razón, pero nunca cederás por odio hacia mí, porque si de
verdad lo quisieras y tuvieras corazón, le habrías dado su libertad, pero…
¿sabes que te digo? Ahí lo tienes, te lo regalo…y seguí mi camino…
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