domingo, 23 de octubre de 2016

TRAS LOS VISILLOS BISELADOS.- (MICRORRELATO)




Estás jugando en mi mente, lo sé, estás poniéndome a prueba, como tanteando el terreno ¿verdad? Te conozco, me he dado cuenta de tu tejemaneje, enseguida te he calado. Conozco a esa clase de hombres, son como los típicos perros callejeros que van a la caza y captura de mujeres buenorras aún, pero perdidas entre amores, más o menos como yo. No vayas a creer que soy una tontita, que estoy coladita por ti… ¿eso te gustaría verdad? ¡Qué ignorante…! Aún no te has dado cuenta de que te estoy utilizando... Eres como unos visillos biselados, esos que no dejan ver…pero se pueden entrever… Era una mañana lluviosa y gris cuando regresaba de mi paseo…Mi mente se perdía en aquél otro hombre que me había robado los besos del alma mía… ¿Por qué pienso tanto en ti? ¿Por qué no te puedo olvidar? ¿A qué se debe esto de estar continuamente dentro de mí cabeza? Es tan extraño esto que me ocurre…apenas lo puedo entender…es increíble…Un hombre  al que vi tan sólo una vez en mi vida, un rato, ni siquiera llegamos a hablar una hora seguida, y ya estábamos los dos enganchados como si fuéramos una pareja sólida…Es lo más raro del mundo…Quizás no fuera yo…es posible que alguien se metiera dentro de mi corazón…Son interrogantes, preguntas sin respuestas…un misterio, un suspense…no lo llego a comprender…¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí…tú… ¿qué haces en mí? Eres un fantasma, una forma invisible, un ente imaginario…dime, ¿por qué no desapareces de una vez de mi vida? Acaso es que tú quieras estar navegando por mis pensamientos como un revolucionario, un rebelde…o… te perdiste entre los recovecos de mi cuerpo como algo inexistente a punto de nacer…Eres un beso escondido, ansioso por volver a mis labios donde una vez te dejé dormir… ¡Ay Señor! ¿Qué puedo hacer para olvidarlo de una vez? Venía de regreso cuando alguien se cruzó en mi camino…Era un tipo que desde lejos me pareciste tú, la misma cara, los mismos ojos y la sonrisa también, sobre todo la mirada…Era como la tuya cuando nos vimos por primera vez…Casi se me salta el corazón del pecho. Me quedé sorprendida cuando nos cruzamos y mirándole el rostro lo saludé…me contestó con el gesto serio, pero como si lo estuviera esperando de antemano, pues ya desde un principio sentí el peso de su mirada en mi cuerpo…había un perro blanco cerca…¡qué casualidad! Tú también tenías uno igual…Pasé de largo y al momento el móvil no paró de pitar…Mi corazón palpitaba diciéndome que eras tú, pero no ese hombre que acababa de dejar atrás…Algo misterioso me hizo pensar en una señal del más allá…¿dónde estás? ¿Por qué desapareciste de mi vida? ¿Qué hice mal? Me estoy volviendo loca de tanto pensar en ti…Me enamoré y ya no hay vuelta atrás y por muchos hombres que conozca en esta sociedad, él siempre en mí pesar…Sin volver la vista atrás seguí andando por donde tú y yo caminamos juntos de la mano…Quería seguir sintiendo ese cosquilleo dentro de mi pecho…esa emoción tan grande y excitante de nuestro primer encuentro…la despedida y el beso de tu boca y la mía…te necesito tanto…ni te imaginas cuanto necesito de tus abrazos…Desanduve mis pasos de nuevo para pasar por aquella cafetería donde paramos a tomar café, ¿te acuerdas? Nos sentamos en un rinconcito apartado, al lado de una ventana, apenas se veían los transeúntes pasar tras los visillos biselados…Una fuerza misteriosa y extraña hizo que levantara mi pie y lo apoyara en tus rodillas…parecía como si lo supieras porque enseguida empezaste a acariciarme la pierna con tus frías manos y al momento se calentaron con la calidez de mi regazo…No parabas de sonreírme…Yo coqueteaba de una manera infantil…parecíamos dos chiquillos…Era maravillosa esa manera de transmitirnos el deseo que nos embargaba…Te besé…Te besé la boca con la armonía de mis ansias locas por saber, qué era eso que tú me proponías con la mirada…Me estabas retando a volverte a besar y al momento nos pusimos de pie y me acercaste a tu pecho con la llama de tu fuego…un escalofrío recorrió mi cuerpo y de mi garganta salieron dos palabras…te quiero… Te apartaste de mi mirándome a los ojos, serio y callado, pero con una pregunta bamboleante en tus labios semicerrados… Te quedaste en silencio y salimos a la calle agarrados de las manos como si fuéramos una pareja de enamorados…Nunca he olvidado aquel encuentro ni tus besos…Y por eso lo busco en otros hombres…otras bocas que me los traiga de nuevo…Ya no son los mismos…apenas un sentimiento que me haga decir…te quiero…Sólo la rabia embravecida…una furia loca que me doblega y me domina a buscarte en cualquier esquina…Todos los días amanezco con la misma pregunta…¿fue real o fue todo una quimera de mis propios sueños? Quizás una  fantasía más de las que se implantan en mi cabeza llenándomela de historias de mujeres que miran tras las cortinas…son amores ocultos tras los visillos biselados de cualquier cafetín de nuestro escenario…Aventuras interminables donde una vez tú y yo nos encontramos en la cima del sabor infinito de un beso…Vuelve a mis brazos amor mío, que todavía no te he dicho que estoy esperándote en el mismo sitio…Allí… en aquella cafetería, en esa mesita del rincón oscuro, junto a la ventana, tras los visillos biselados donde una mañana me hiciste sentir como una princesa de cuentos de hadas, aquellos que de niñas leía y releía por las noches cuando me acostaba…¿Dónde está mi príncipe azul? ¿Dónde mis besos arropados? ¿Dónde mi fantasía de traerte de nuevo al alma mía? Mira que desespero…mira que si no llegas pronto me arrebatarán tus besos y mis sueños…pues…Hay un bandido por estos alrededores que tiene la astucia de sacarle a las mujeres bellas y decentes, la hierba buena que esconde tras los dientes y sus muelas…Son los típicos perros callejeros capaces de comerse el mundo entero con tal de darle cancha a sus huesos…Pobre de mí, he caído en sus redes, y ahora lo quiero tener en mis carnes, preso de mi cuerpo para que me libere de tu recuerdo…y de tus besos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario