Me olvidaste, me
dejaste tirada en la calle como a una zarrapastrosa... ¡Ay Señor mío, qué mala
suerte tengo! No me duran los hombres ni un año, ni un mes, ni siquiera una
semana, ¡nada! Ya no sé qué pensar de mí… ¿tendré yo la culpa o las tienen
ellos? ¿Qué pasa conmigo? ¿Qué les ocurren a ellos? No comprendo estas cosas y
a veces pienso que soy uno de esos bichos raros, como se suele decir, porque ya
me está afectando demasiado, haciéndome dudar hasta de mi feminidad… debe ser
por mi carácter o mi imagen, no sé…pero algo extraño han de ver en mi interior
que no alcanzo a dilucidar…Es como si temieran mi forma de actuar, tan libre e
informal…El caso es que desde un principio parece que les gusto y me gustan,
tenemos una cita y como es natural si nos atraemos, nos besamos y nos
acostamos, pues eso de estar haciendo manitas con éstos años ni me lo planteo,
la verdad…quizás sea lo que los echen atrás…Hacía tres años que me había
separado de mi marido, después de diez años compartiendo todo, menos la gracia
de sentir en mis carnes una noche loca de pasión entre gritos de placer… según
él porque yo era frígida…Puede ser que haya tenido la culpa por no haberle
dicho nunca que no servía para pianista, ni tampoco para guitarrista, pues no
tenía oído para ningún órgano musical…me daba corte…será que me educaron a la
antigua usanza o que era algo timorata…pensaba que los secretos de cama tenían
que dirigirlos ellos, creía que si me mostraba tal cual, parecería una mujer de
la vida…cuantas noches me he pasado en vela mirando el techo y fingiendo, gimiendo
para darle a entender que era el mejor amante del mundo…Si por mí hubiera sido,
me habría pintador un mapa en el cuerpo con flechas indicativas para guiar su
camino, porque eso de tener que decir con mi boca…no, no, por ahí no…más a la
derecha, no, abajo…Lo peor era cuando tenía la sensación de que estaba tocando el
timbre de la puerta hasta que se me adormecían los latidos…y no sentía nada de
nada…así que lo dejaba hacer hasta que acababa la faena, se daba la vuelta y
hasta mañana…ni siquiera tenía la gentileza de preguntarme…¿te ha gustado? El
caso es que después de los años de convivencia rutinaria, se lió con una
compañera de trabajo y me quedé en las santas glorias, pues nunca me atreví a
dar el primer paso por el qué dirán… Y por eso te busqué en las páginas de
Internet, fíjate, y me metí sin querer en facebook…Me encontraba vacía, sola y
triste…Estaba pasando por los momentos más difíciles de mi vida, haciéndome mil
preguntas, analizándome y siempre llegaba a la misma conclusión…Jamás debería
haberme casado con un hombre que ni fu ni fa…son los riesgos a los que una se
expone después de cumplir los cuarentas, que me veía echa una solterona, y mis
amigas ya madres y algunas abuelas…Empecé a dar rienda suelta al exterior,
derrochando todas mis ansiedades, mis pasiones ocultas, repasando cada detalle
de mis noches de alcobas junto a mi ex, quería saber el por qué tenía tanta
vergüenza de expresar mis sentimientos, llegando a la conclusión de que al
principio de casarnos le dije una frase ardiente en un momento de intimidad, y
me contestó que parecía una ramera…y ahí empezó toda mi agonía de sellar mi
boca para siempre con él…De repente brotaron de mi alma unas poesías rotas de
amor, todas mis carencias salieron a flote como si quisieran respirar aire puro…pues…
tenía una mujer dormida que despertó al atardecer…y empecé a llorar…Una lágrima
cayó en un sueño erótico que tocó tu corazón, y quisiste conocerme, y cuando te vi me arrebataste el corazón con
esa sonrisa infantil...fue un atraco a bocajarro, a mano armada, quise
mostrarme ante ti como la mujer apasionada que soy, no quería esconderme más
tras la máscara de la falsedad, beata y puritana señora, acomodada en su
poltrona con la decencia de la dignidad a troche y moche, como si fuera
indecoroso dar el primer paso…Te eche los brazos al cuello y me dejaste
desarmada con más de mil besos de pasión y luego me olvidaste…Después de ti
conocí unos hombres, y lo único que conseguí fue un par de encuentros de aquí
te pillo y aquí te mato y si te he visto no me acuerdo…En menos de tres años
pasé de una pacata e indecisa mujer a una libertina de cuidado, una Mata Hari…pues
si mi ex era un torpe en la cama, los siguientes unos correvediles del tres al
cuarto, que lo único que buscaban eran sexo puro y duro. Decidí alejarme de esa
vida superficial, al fin y al cabo yo tan sólo quería ser feliz, enamorarme…hacer
el amor apasionadamente… Besar tu boca y perderme entre frases íntimas…esas que
salen de los momentos eufóricos de ardor con la libertad de los amantes…
expresarme abiertamente, sin vergüenza ni falsos pudores… Por eso me apunté a
un gimnasio… ¡Vaya como está el monitor! Cuando se dio la vuelta me quedé de
piedra… Era como un gallo de pelea en su corral y todas las gallinas locas a su
alrededor… las tenía a todas suspirando… menos a mí… Era el mismo que me dejó
desarmada con mil besos de pasión…el de la eterna sonrisa infantil…pues…A pesar
de mi libertinaje durante tres años, en el fondo, soy muy antigua para estas
cosas y siempre me ha gustado que me busquen…lo siento…Sé que hoy en día eso
queda muy obsoleto, y lo mismo da que una de el primer paso insinuándose que
no, pero no me sale…y menos con él después de haberme dejado como una
zarrapastrosa, ¡qué vergüenza por Dios! Pero cuando lo veía enfrente con esos
leguis apretados que…¡Uf! mejor no lo miro porque vaya, vaya, madre mía, ¡qué provocación
para mí! con tantas carencias…Estaba muy
necesitada, me entraban unos sudores…unos
nervios…no debería decir éstas cosas, hasta me pongo colorada y pensaba…Dios
mío…los años pasan y me voy a ir al otro barrio sin saber lo que es un beso de
amor…con sexo…Tendrás que perdonarme, pero lo deseo tanto…apenas puedo dormir
pensando en él, los dos durmiendo abrazados juntos, besándome…diciéndome cosas
bonitas al oído…haciéndome el amor…Y así hasta que me quedaba frita…deseando de
que pasara ese día para volverlo a ver…y nada más llegar… Me miraba a los ojos
como si estuviera verdaderamente enamorado de mí…había una tristeza oculta tras
su máscara de alegría…siempre pendiente de mí y yo de él…¡Ay, Señor, haz que no
se me note lo perdidamente enamorada que estoy! Me está mirando, me ha
sonreído…viene hacia mí…sí, quiere decirme algo… ¿Te encuentras bien? Si, si…Te
veo tensa…Déjate llevar…deja tus brazos volar…Y se puso detrás de mí
dirigiéndome…me temblaba todo el cuerpo…lo notó porque me atrajo hacía sí…se me
despertaron todas las teclas…casi me desvanezco…empecé a sudar como un
pollo…las piernas no me sujetaban…sus manos y las mías enlazadas como si
quisiera agarrármelas para no soltarme jamás…Me arrancó los botones de la blusa
con los dientes…me desgarró las medias…me levantó del suelo y me llevó en
brazos hasta el dormitorio…me tumbó en la cama y se arrodillo a mis pies y
empezó a amasarlos como si quisiera hacer un pastel, luego me beso lentamente,
siguiendo el camino de las flechas imaginarias del mapa de mi cuerpo, llegando
al triángulo de las bermudas, donde se agolparon mis suspiros con mil gritos de
pasión, siguió monte arriba acelerando mis latidos, revolviéndome el pelo, y
antes de desgarrarse mi garganta rota de placer, silenció mi boca con la agonía
de sus besos y yo mirándole a los ojos me desperté diciéndole…te quiero…
No hay comentarios:
Publicar un comentario