Yo
no sabía que se había enamorado de mí hasta que lo vi en la intensidad de su
mirada…fue en una fotografía que nos hicieron en grupo cuando me percaté que
estaba en la otra esquina…sus ojos lo decían todo, pero su sonrisa serena y
clara callaban lo que sus manos ansiaban...¡qué cosas por Dios! Una va
descubriendo a través del tiempo gestos y miradas, que aún estando presente en
el mismo momento…no se da cuenta hasta que lo ve en imágenes retratadas…Preso
por robarte un beso… Me decían sus palabras tras las rejas de su cara...y yo en
la sombra me deleitaba con las inseguridades de su calma…Apenas se atrevía a
dar el primer paso, era como un niño grande y asustado, pero aún así, la
curiosidad lo embargaba, tan ansioso como estaba de escapar de la prisión de su
máscara…Me estaba retando a caminar por terrenos resbaladizos...Tenía que
seguir el hilo de sus pensamientos con palabras suaves, siempre teniendo
cuidado de que no se diera cuenta de que lo estaba seduciendo poco a poco…Eres
preso de tus ansiedades, tus inquietudes, tus anhelos, esos que te arrastrarán
a mis infiernos…Lo estaba cautivando entre las sombras de su prisión…Quería que
saliera de su encierro con las voces secretas de su propio corazón…y las
exigencias de su cuerpo…Anhelaba ser amado…más bien devorado…Era hombre de
pasiones ocultas y prohibidas, pero tenía guardado todos sus pensamientos…Ahora
era yo la que tenía curiosidad por saberlos, pues en esos momentos me sentía
como Mata Hari…Tuve que utilizar todas mis artimañas femeninas, y al final se
los robé con la agilidad de una felina…Poco a poco pude descubrir que era un
lobo hambriento y con ganas de comerse a la primera oveja que se le pusiera a
tiro…Y yo era otra loba disfrazada…Me sonreía para mis adentros…Era muy
enamoradizo y con ganas de todo, cualquier mujer guapa y hermosa lo podría
enredar, y no estaba dispuesta a consentirlo, en el fondo me estaba gustando la
idea de cenar con él…y… ¿quién sabe? Hasta podría amanecer entre sus brazos y
desayunando café…Sabía que era un hombre muy apasionado, demasiado ardiente,
con carencias por los cuatro costados, pues estaba lleno de flaquezas...quizás
demasiado fogoso, tendría que tener cuidado, pues en el fondo me vuelven locas
ésta clase de hombres y al final podría caer en sus redes…Tenía que seguirle el
juego para llevármelo a mi terreno…Se dio cuenta al instante, porque de tonto
no tenía ni un pelo…En la distancia de la charada empecé a coquetear con él
dejando caer frases insinuantes y huidizas…Eres muy débil, muy niño, aunque
quizás parezcas fuerte…Lo estaba engatusando…Gracias por tu consejo, me
contestaba enseguida…Le estaba empezando a gustar el coqueteo…Éste era para
mí…Cualquier mujer te podría enredar…¿me equivoco? Tardó unos minutos…Tendré
cuidado… me asusta que tengas razón…No mi niño, no te asustes de mí, son
sensaciones que capto sin querer, quizás sean imaginaciones mías, es posible que
hasta me pueda equivocar...Ya es mío, ya es mío…pensaba para mí, mientras él me
seguía…De ti no me asusto…¡Éste no sabe con quién se enfrenta! Digo que me
asusta que puedas tener razón...pero su tú me asustara no te robaba
nada…¡Ladrón, más que ladrón! Pensé callada, en silencio, y gritando para mis
adentros, pero con los labios apretados, de mi garganta salió una palabras que
sonaron a falsete…Nunca me dejaría robar...me precio demasiado, mis besos son
sagrados, sólo para quien me enamorara el alma…Al momento me dijo…Por eso se
les llama robados pero ya paso... no robare nada… Bueno, mejor así...solo
miro…¿Qué miras? a ti…¿prohibido también? No…Lo tengo en el bote, loquito por
mí… pensaba…¿Te molesto mucho que dijese eso? No tenía ni idea a lo que se refería…¿Lo
qué? Preso por robarte un beso…No pasa nada…¡Mentirosa, mentirosa, soy una
embustera redomada! Sí que pasa y mucho, que me encantó, me gusto y hasta me
enamoró…Le encantaba la idea de robarme un beso y lo que no sabía era que yo
estaba dispuesta a regalárselo con ganas y con fuerzas…y otras cosas que me
callo porque esas cosas son muy íntimas…y sagradas para mí, pues poco a poco me
estaba enamorando el alma…y lo llamé antes del alba…Adiós y
perdona...preciosa…Nada que perdonar…Y se marchó…Y me quedé pensando, sola y
dándole a la cabeza, haciéndome mil preguntas…¡Qué cosas por Dios, qué cosas me
pasan! No me equivoco cuando lo expreso tal como lo siento, que me llegó a
tocar lo más indefenso que tengo, pues un beso de esos no se lo doy a
cualquiera ni en cualquier momento…por eso…La conciencia no te deja dormir
tranquilo porque en el fondo no fuiste sincero conmigo…y ahora estás que te
mueres por verme…y me ves, no vaya a creer que no lo sé, que no paras de
espiarme por aquí y por allí para saber de mí…y por eso me llamaste el otro por
teléfono, y aunque hablaste casi en un susurro escuché todo lo que te salía del
alma…Preso por robarte un beso…
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