Qué fuerza poderosa
tendrán las palabras tentadoras que amándote de lejos, te imagino que me
extrañas…y aunque tú ya te olvidaste de mis besos, yo aún los conservo en mis
labios…y los atrapo de nuevo en mi recuerdo…y contra eso, tú no tienes ni una
sílaba para arrebatarme los sentimientos míos, porque los retrato con las
letras de cada escena…y te despiertas a media noche abrazado a mi cuerpo...y
entregado al sueño con mis besos…Deambulando por la calle me encuentro con mis
diatribas, hablando sola de esto y aquello cuando de repente creí verte…Todavía
no sé si fue ciencia ficción o pura realidad, pero aún no he llegado a
comprender el cómo ni el porqué, ni a qué ton yo te besé…Y por mucho que me
paro a pensar y a evocar aquellos momentos, tengo la duda de si fuiste tú o yo
la que comenzó todo ese juego de los picoteos…deben ser cosas de brujerías,
pues algo misterioso me empujó hacia tu boca…y me gustó, ¡vaya que me gustó!
Fíjate si me gustó que repetí hasta que me harté…Bueno, no, no me harte porque
aún tengo ganas de ti, y eso que ha pasado más de un año y aún siento todos tus
besos rozándome el cuerpo, y por mucho que quiero olvidarlo, es imposible, ya
ves, ¡qué cosas más extrañas me pasan! Deben ser cosas del querer…del querer
mío, porque tú, si te he visto ya no me acuerdo…Será que perdón de Dios no
tienes, y tan sólo te dejaste besar para decir…La tengo en el bote…¿Bueno y
qué? ¿Crees que me importa un bledo? Para nada…Dime si fue un sueño o no, una
pesadilla cruel de esos seres que llamo duendecillos traviesos, esos que les
gustan poner trampas a los hombres y mujeres que no quieren madurar, pues a
veces me siento morir de dolor…Éste dolor de ausencia que me trae y me lleva a
la condena de no poderte olvidar ni un instante siquiera…Quizás fuera sólo una
ilusión, un pasaje más de la vida de cualquier ser que pulula a mi alrededor…o
un capricho más de la edad…un trofeo para ti…una aventura para mí…no lo sé…pero
pasional sí que fue…Y me llevan los demonios como si viviera en el mismísimo
infierno, dejándome atrapar por la fantasía que habita en mi interior como si
ella fuera yo…Sólo son sueños de mujer apasionada…eternamente enamorada de las
palabras que dejo volar con la pluma de mis alas…Imaginándome estaba que me
imaginaba que hasta mí tú caminabas, y viendo la sonrisa de tu mirada
encandilada, salí corriendo y de un salto me encaramé a tus brazos y te comí a
besos…¡Qué escándalo! Patético espectáculo…Alguien susurró al pasar…Eso de dar
brincos y saltos es bien visto en los jóvenes enamorados, pero nunca en hombres
y mujeres de edad madura, pues dicen las malas lenguas que eso de abrazarse en
mitad de la calle delante de la gente, es de no ser muy decente…¡Madre mía!
Como si ya no tuviera derecho a compartir besos y abrazos al aire libre…Envidia
cochina es lo que tienen de ver dos bocas retorcidas con lengua…y dientes… me
da una rabia…me repatean las serpientes…A veces me pregunto el por qué ese
dicho popular de que una mujer no debe expresar de modo abierta sus
sentimientos, pues según algunos hombres que se las dan den muy letrados,
jueces y abogados, demostrar tanto amor, es como mendigar, como si no tuvieran
orgullo y que no se dan a valer, que se rebajan y es de no tener dignidad, ¡y
un jamón con chorreras! Porque yo suelto por esta boca que Dios me ha dado todo
lo que siento, ¿te enteras? Pues para mí no es ningún problema el expresarme y
echar fuera todos mis sentimientos, que no tengo inconveniente en decir lo
mucho que te quiero y me duele hasta el entrecejo de tanto como te pienso…y
tengo tantas ganas de tenerte bajo el mando de mis deseos, que hasta desvarío
por hacerte un revoltijo de piernas y brazos con la ansiedad de mis besos…y la
agonía de mi cuerpo…¿Qué pasa? ¿Acaso eso me hace ser menos mujer? Y eso que
dicen muchas y muchos…pasando de arrobas…que cuando más reservado es un hombre,
con más fuerza e intensidad aman. No, no y no. No estoy de acuerdo y me niego a
admitirlo, porque lo que yo quiero es que me digan lo que sienten por mí. Odio
la frase de algunos que se quedan calladitos, pero te dan la puñalada trapera
con cuatro palabras terribles…Prefiero reservarme, tengo mis motivos…¡Jolines!
¿Qué motivos ni ocho cuartos? ¿Acaso crees que soy adivina? ¡Pues no me
conformo! ¡No y no! Que quiero saberlo todo aunque me hagan daño, pues más daño
hace el que deja caer la frase creando la duda, dando a entender algo que
parece y no es, ¡por Dios! Que me encantaría que me llamaras y me dijeras
palabras libres y ardientes de amor, que te desesperas por verme de nuevo, que
me necesitas y que me quieres hasta morir…Dime…¿acaso te hace ser menos hombre?
Pues estás muy equivocado, porque hay que ser muy valiente para decir todo lo
que un corazón siente y es lo que a mí me enamora el alma y los sesos…Pero eres
tan condenadamente orgulloso… ¿verdad? Pues orgullo te voy a dar, que ahora te
vas a enterar de lo que es una mujer orgullosa de verdad, que tengo que verte
de rodillas ante mí mendigando, porque te voy a ignorar y te voy a
esperar…Pienso cambiar de táctica hasta que se te acabe la paciencia y al final
tendrás que ceder y echar fuera todos sus sentimientos hacia mí, ¡lo juro por
mi santa madre! Esta vez te tocará a ti sufrir por mí, pues dicen que la venganza
es un plato frío que se come despacio…Y siento tu condena, esclavizado al
silencio correcto y reservado cuando me ves caminar…pobre de ti, reflejo del
sin vivir…es como si me quisieras abordar cada día que pasas junto a mí sin
mirar…pero me ves a través de mis pasos que te cautivan…y te arroban…
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