A menudo me encuentro hablando con el
cielo sin rumbo fijo, es tanto lo que te recuerdo que creo que es un castigo
por tu osadía y mi atrevimiento…Quizás estábamos pasando un mal momento los
dos, y por eso el destino nos cruzó en el camino…O para poner a prueba mi
debilidad o fortaleza…Muchas veces pienso que tan sólo soy una niña encerrada
dentro de la mujer, una débil mujer que nunca madurará, pues a través del
tiempo, echando la vista atrás, aún estoy más allí que acá…Debe ser que mi
corazón se debate continuamente con la razón, perdiendo siempre ésta mentalidad
mía llena de burdas fantasías, porque es tanto el miedo que me da la realidad,
que me parapeto tras ellas con las letras de mis cuentos sin acabar,
recordándome aquél de Pan y Pimiento que de niña me contaba mamá…Suspirando por
tus besos voy caminando…no quisiera nunca olvidarlos…me están matando de la
cómo los deseo y tú ni siquiera te acuerdas de mí…Hay días que me duele tanto
su recuerdo que las lágrimas no me dejan verlo…Pasaste como una nube en el
cielo de mis vicisitudes, como un rayo…un trueno…Un relámpago que acabó con la
tormenta que estaba viviendo dentro de mi alma…¡Ay mi amor! No dejes que la
duda te atrape del cuello y no pueda verte más entre mis sueños… Apagaste
aquella llamarada corrosiva que me estaba envenenando el alma, y se estremeció
el volcán que llevaba dentro explosionando todos mis sentimientos de una manera
tan poderosa, que ya no hay retroceso y su lava sigue resbalando en cascada por
cada recoveco de mi cuerpo…Me quema, me arden las entrañas por ti…Sólo quiero
darte otro beso para que apacigües las ansias que me están devorando por
dentro…Vuelve a mí, regresa a mis brazos, no me tengas en el olvido ni en tu
rechazo…Ven que te necesito para seguir sabiendo que existo, que mi vida se la
lleva la apatía y el sin sentido de seguir caminando como si fuera una
autómata…un reloj…tic, tac, tic, tac…Eres la fuente que sacia cada movimiento
de mi acaecer…Necesito el calor de tus ojos para saber que un día me
dijiste…guapa…¡mira que eres guapa…! Me arrebataron el alma esas palabras,
simples y cotidianas pero me inundaron de gracia alegría…me parecía que me
querías…Y tu sonrisa, me gustó mucho tu sonrisa, esa sí que era bonita y ahora
quisiera ponérmela de camisa para sentir que tus brazos me arropan del
frío…Necesito esos calores tuyos para saber que existo con tus labios junto a
los míos…Esos labios ardientes, sumisos y complacientes que enamoraron mis
sentidos…mis hombros, mis espaldas…y me acariciaron los sentidos…cada
escondrijo de mi esencia pura y serena… Y ahora tengo frío, estoy
desangelada…como si estuviera en la pendiente de una montaña, justo en la cima,
con las manos abatidas y vacías…y el mentón de la mejilla clavado en el hueco
de mi cuello, en el esternón, como si fuera un puñal atravesándome el
corazón…Tengo los ojos cerrados observando el precipicio con la mirada
escondida de aquella niña…y las palmas de mis manos hacia abajo y yo quiero
alzarlas al cielo, llenarlas de tus requiebros…y que me digas suspirando…te
quiero…Llenarlas de mis gritos diciéndole al eco…Hoy es el día más bello de mi
vida, hoy al fin fuiste mío…como la prosa que escribo al libre albedrío de mis
sentimientos cayendo al vacío…Recoge mis palabras, abrázame en silencio y
escucha mis latidos…Alza tu mirada al cielo y verás el sonido del eco
recorriendo el espacio infinito de mis lamentos…y ven corriendo…Llévame a tu
casa, preséntame a tus amigos y dile que soy la mujer por la que estás loquito,
la que te arrebató todo el sentido y la que te ha devuelto el brillo…Brillo que
tenías apagado por un mal querer que no supo de tus quejidos…Quejidos llenitos
de sangre y ahora están repletos de latidos…los míos…Mírame a los ojos, dime
que me necesitas y háblame de pensamientos locos…No me digas mentiras, ni me
cuentes tropelías, ni ese cuento de Pan y Pimiento que me contaban de niña…Mira
que soy mujer enamorada y lo único que quiero es que me beses la boca y el
cuello…Y que me acaricies los ojos con la mirada encendida, como la mía…Como
cuando te veo pasar como un rayo por mis recuerdos y se me alborotan las
hormonas, formando una tormenta de relámpagos que saltan chispas de fuego por
los cielos... y me transformo en pura dinamita, y sólo me sale de la
garganta…te quiero, te quiero…No sé por qué, pero te quiero y tengo tanta
necesidad de decir te quiero, que no lo paro de repetir…y es que el querer sale
de mí…porque siento que se me van los suspiros cuando te recuerdo entregado a
mi cuerpo fogoso…tus manos…tus manos recorriéndome las caderas, rodeándome la
cintura…Manos de palmas ardientes y crujientes al tocar los sentidos de mi
carne desesperada y sedienta de ti…Deben ser las trampas que ponen esos
duendecillos traviesos en la fantasía de mi poesía…y aunque haga lo indecible
por alejarte de mi vida…ahí sigues anclado como si fuera el faro que guía los
vaivenes de mis desvaríos, y por eso me hago mil preguntas, hasta me sorprendo
maquinando entre mi cielo y tu infierno…¡Qué fuerte que yo haga por no verte y
tú siempre me encuentres! Debe ser que insistes en quedarte a mis pelambreras a
pesar de hacerte el indiferente, porque no es posible que allá donde me llevan
los pies estás tú ahí, siempre ahí, como esperando una respuesta a la pregunta
que lanzaste al aire…Y yo no sé qué contestarte…no sé mentirte…que yo no sé más
que llevarme por los impulsos de mi alma salvaje…no sé quererte como tú te
mereces, sólo sé saborearte con la agonía del amor más fuerte…egoísta…el más
grande de los amores ocultos…los de los bajos fondos…lo siento, pero no me
controlo cuando mi corazón se enamora desbocándose todo loco...dando
trompicones contra viento y marea, abriéndose paso entre las tempestades del
otoño…de mi vida…
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