Me quedé en ascuas cuando leí una frase escrita en un mural que me hizo pensar, y echando manos a la lengua brava, lo mismo que El Buscón de Quevedo, como una buscona, eché mis alas a volar…Hay un chico por ahí que me está haciendo tilín, y cada vez que voy al sitio donde suelo comprar, lo busco con disimulo por todos los pasillos, y con tal que lo veo, paso por su lado para que sienta la ansiedad de mi cuerpo, y él…Que sabe de la osadía de mi atrevimiento, se me queda mirando, sonríe y sigue trabajando…No es que sea un tío cachas, ni está buenorro, ni es guapetón, pero…Tiene algo en la mirada que me hace enloquecer, y por eso…Estoy que pierdo los estribos, sobre todo cuando se gira hasta que me pierde de vista, y eso a mí…Me encanta, ¿para qué les voy a engañar? Que me salen los suspiros del pecho como llamaradas de fuego, y es que tiene un no sé qué, que me pone la cabeza del revés, pero…Cuando llego a casa me miro al espejo vuelvo a la realidad como una señora de respetable edad, y me digo…¡Basta ya de coquetear con un chico al que triplicas la edad! Y salgo al otro día tan campante con mis armas de mujer fatal…Reconozco que coqueteo descaradamente cuando lo veo, lo sé y seguro que él lo sabe también, pero…No lo puedo remediar porque me gusta a rabiar, y aunque hago todo lo posible para que no se me note demasiado, es verlo y se me desbaratan las formas acelerándome el corazón de tal manera, que…Como potra salvaje galopo por los pasillos buscándolo por todas partes para darle un revolcón, y eso a mí me está dando qué pensar…pues…Como Gigliola Cinquetti cantaba…No tengo edad para amarte…Me pregunto si no se me habrá ido la pinza, como se suele decir en el argot popular, o me haya quedado aparcada en la adolescencia, el caso es que no me puedo contener…A veces pienso que nunca voy a madurar, incluso me enfado conmigo misma reprendiendo las tonterías que hago como si estuviera en la edad del pavo, pero…Es ver su socarrona sonrisa y la mirada tan picarona que tiene, que me dan ganas de arrastrarlo a un rincón y sepa usted a saber de lo que sería capaz de hacer, y es que…Me pierdo por los umbrales del tiempo y me lío a coquetear con la ilusión de que en un descuido, se arrime demasiado, y con el descaro y la poca vergüenza que tengo me lo coma a besos…¡Señor bendito, la Virgen santísima y todos los santos del cielo! ¡Tres veces me he persignado, recordando a mi santísima madre! ¡Ay si me viera, por Dios! ¿Qué pensaría de mí? La verdad es que estoy alucinando en colores, y cuando lo pienso fríamente me da una vergüenza, que para qué le voy a contar, hasta miedo siento…¿No será que me estoy enfrentando a la realidad de la intrusa que habita en mi interior, y pasa de la mujer que está inscrita al carnet de identidad? Porque a veces dudo de que ésa que está en la foto sea yo…Quizás me quedé en la época estudiantil cuando me gustaban todos los chicos del instituto, o puede ser que quiera regresar al pasado para recuperar los mejores años de la juventud, y por eso…Lo busco por todos lados haciéndome la encontradiza para que vea los movimientos de mis caderas, que aún sabiendo que son patéticas, me da igual lo que piense, porque me gustas, me atraes y porque no tengo vergüenza, además que, lo mismo que aquella pintada en la pared…Diga lo que diga, callar no me deja ser...
No hay comentarios:
Publicar un comentario