sábado, 14 de abril de 2018

AMOR MÍO, AMOR MÍO…- (MICRORRELATO)


El desengaño se adueñó de mi mente cuando te oí con la voz del corazón, ¡vaya que sí! Ese susurro a media voz que todo lo presiente, lo intuye…Son las únicas voces que tenemos que nos advierte de que algo va mal…pues…Me dijo que había venido a buscarme, que me estuvo esperando más de una hora, y mientras lo escuchaba, tenía la impresión de que mentía…¿Por qué no te creo? Me decía para mis adentros…Será esa intuición, ese sexto sentido que dicen las malas lenguas que las mujeres tenemos…Ese instinto animal lo estaba atravesando, extirpándole todas las palabras, sacándolo al exterior, y él que me conoce tan bien, no sabía ya donde esconder esa falsa sonrisa que aparecía en las comisuras de su boca…Hipócrita, falso y embustero…Seguía pensando para mí…pues…Imágenes extravagantes se pasean por mi interior dibujando escenas de enredos…Desconfío de él, y su novia desconfía de mí…Aún no se ha dado cuenta de que hay otra pululando por ahí esperándolo en su coche, y juntos perderse por las carreteras sin retorno para arrebujarse como tórtolos en el pajar…como yo…No, no, más bien es él que desconfiado se ha buscado una cuarta a la que ha echado el ojo para deshacerse de todo su entorno…y de mí…pero…Somos como uña y carne, que por mucho que nos engañemos y escapemos con terceras personas, siempre volvemos a por nuestros besos…pues…Son los únicos que nos llenan el alma para seguir viviendo como jóvenes siendo ya canosos bajo las hojas del otoño…Y por eso le estoy dando aliento para dejarlo marchar…pues…El desencanto llegó a mi vida cuando vi los días y las semanas pasar sin verte…ya no te siento tan dentro de mis pensamientos aunque no quieras irte de ellos…Lo sé, ¡vaya que lo sé! Estas ahí aferrado como una rémora, siempre apegado a mí y yo que estoy enamorada de ti como una adolescente, me dejo seducir porque quiero y porque sí…y es que tienes una manera tan descarada de mirarme que me desarma y desbarata todas las expectativas de dejarte salir de mi mente…y de mi cuerpo…pues…Eres el hombre de mi vida, que lo mismo que me la das…me la quitas… Ni come ni deja comer, y cuando se da cuenta de mi olvido, me tira los besos al viento para tenerme rendida a sus pies y hace conmigo lo que quieren sus caprichos y su hiel…Malditos besos que anidan en mi carne como cuervos que matan a dentelladas…y por eso…Corriendo voy a la cita, nuestra cita, la de todas las semanas en el lugar de siempre… ¡Míralo! Ya lo veo caminar de frente, viene buscando guerra, lo sé, ¡vaya que lo sé! Con una sonrisita como diciendo…Te va a caer la del pulpo…Y yo que leo sus pensamientos desde lejos, aligero el paso y de un salto me engancho a sus brazos, lo beso y le mordisqueo los labios…Enseguida me arrastra y lo lincho con mis uñas en las espaldas y luego le hago un nudo marinero con las piernas en el cuello y me lo como a besos desde los pies hasta la cabeza…Los ojos, las orejas, no dejo ni en un resquicio de su cuerpo sin pasarlo por mi boca…y mi lengua…Y él que me provoca a seguir con el opíparo banquete, me dice muy bajito en el oído…Me tienes loco perdido con tantas desconfianzas, contando los días, las horas y hasta los minutos que pasan tan lentos que me desvivo hasta que te veo llegar, nervioso, sin pegar ojo en toda la santa noche, haciéndome las mismas preguntas del porqué no me crees cuando no me ves, y ahora que te tengo en mis brazos me siento como un niño con sus zapatos nuevos, y es que hasta la muerte te he de querer mientras me sigas siendo fiel…Y esas palabras que me dice muy bajito en el oído me hacen estremecer de miedo…pues…Me humedecen el alma y las entrañas…Mi pecho se inflama de suspiros recalcitrante, que aunque pudieran ser equívocos, volveremos siempre a errar en ese abrazo infinito e infernal…¡Qué más quisiera yo que poderte olvidar…! Y si tú no me dejas de amar, ¿qué fuerzas y poder voy a tener contra esa quemadura que quema y sutura la piel justo cuando te dejo de ver? Qué injusticia cometió el tiempo cuando apareciste en mi vida por primera vez, que ni siquiera un instante te vas de mi pecho, tan apegado como estás en la sangre que recorre mi cuerpo y mi hiel…pues…Eres para mí como ese encantador de serpiente, siendo yo tu veneno, que no puedo alejarme de ti por mucho que lo intente…Tú siempre rondando por el halo de mis pensamientos como si en vez de ser yo la dueña de las palabras, sean tuyas las frases de amor que salen de mi garganta encendidas de pasión, señales precursoras de que hasta que la vida se me acabe seré tuya…y tú mío para siempre unidos por los juegos del amor…sexo infiel…Fuego eterno que pervierte y urge a la constante persecución como autómatas preconcebidos para arder en los infiernos del querer…pues…Eres como el aire que aspira el viento sobre las cuerdas de mi garganta diciéndome…Amor mío, amor mío…

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