CON EL ALMA ARREBATADA.- (MICRORRELATO)
Hace un día gris, triste, otoñal y yo
aquí apagada, como esas velas consumidas que ya ni con un soplo mío se vuelve a
encender…Los truenos de mi vida relampaguean como si viviera en medio de una tormenta
revolucionaria, con unos nubarrones negros, negros…y las pesadillas de mis
celos alertas como si estuvieran al límite de mi existir…Me siento como una
rosa más de tu jardín, donde mil mariposas revolotean alrededor, lo mismo que
lluvia de abril…Y ese jardinero que me enamoró viene y las cortas de dos en dos
para ponerlas en el jarrón de su cuerpo…Y por eso estoy yo aquí, comiéndome la
cabeza, buscándote como una fiera, porque hoy te voy a cantar las
cuarentas…Tengo la lengua desatada y no pienso callarme nada, y voy a ponerte
verde como hoja de perejil, ¡vaya que sí! Que me están subiendo para arriba
unos malos pensamientos tan diabólicos, que te voy a despellejar vivo de los
pies a la cabeza, y vas a saber tú lo que es sentirse devorado por una piraña…Así
estaba esta mañana mientras caminaba por ahí y tú sin aparecer…¡Ay Señor, qué
poquito he crecido! Aún sigo como una colegiala cuando esperaba en la puerta
del instituto que mi chico llegara, ¡madre mía, la alegría que me daba verlo!
Mil sensaciones experimentaba en mi tierno corazón, cuando lo veía saludarme
con la mano en alto y bajaba de dos en dos los escalones del instituto aquél…
Entonces estaba loquita por él…era tan guapo y tan alto…nos dábamos unos besos
en el jardín de al lado… Era como una explosión de risas y alegría dentro de mi
pecho, y lo mismo que en aquellos momentos sentía, siento en mi alma todavía,
viniéndome al recuerdo aquellos guateques en casa de la vecina, que nos
pasábamos bailando toda la tarde pegados, pegados, con tus manos en mi cintura,
acercándome cada vez más a tu cuerpo, y yo con las mías alrededor de tu cuello,
y mi boca junto a la tuya para podernos besar, ¡qué bonito madre mía! Con los
ojos cerrados… Y fíjate ahora que han pasado un montón de años, siento la misma
sensación dentro de mi pecho antes de amanecer, pensando y pensando si te veré
o no te veré…Yo creía que con la edad ese enamoramiento tan fugaz de juventud,
no lo sentiría ya, pues años tengo como para estar tranquilita en ese aspecto,
pero se ve que no he crecido aún sentimentalmente…Y mis ojos siguen
cerrados…¡Dios mío perdóname! Éste amor que siento es como el veneno, quizás
sólo sea un sueño, pero despertar no quisiera jamás…y tengo unos celos… Echo de
menos tus besos, mi boca lo reclama con los labios ardiendo, quiero ser tuya en
este momento, que ya no puedo siquiera seguir pasando la vida que me somete a
tanto despojo…Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer enamorada del
amor…Soy muy débil, estoy llena de flaquezas... Me siento como una hoja de árbol,
esas que están pendientes de un hilo y la brisa las arranca arrastrándola por
el suelo…¡Qué frágil soy…! Apenas tengo voluntad para echarte de mi, será que
estoy enamorada y no puedo ver más allá…Yo pensaba que podría dominarte y ahora
resulta que me equivoqué, ¡vaya que sí! Que me equivoco siempre y no sé porqué…
Soy tan ilusa… Será porque aún no he traspasado la etapa del acomodo, donde
cada sentimiento está en el lugar que le corresponde en el corazón, y una vive
en paz y tranquilita sin temores a que la dejen tirada como a una perra, o peor
aún, que la cambie por otra mujer, y eso si que me dolería más, sobre todo si
es más joven y más guapa, ¡madre mía, qué miedo! Tan sólo el pensarlo ya me
entran unos resquemores que me muero, porque mira que soy celosa…A veces me
asaltan las dudas y me hago mil preguntas del porqué cuando nos tenemos el uno
al otro, te alejas de mí, o quizás es lo que esperas de mí y te adelantas a los
acontecimientos, para que no piense que te tengo pillado…Es por eso que me pierdo
por ahí buscando algo que me haga sonreír…¿Dónde estará? Tarde o temprano se lo
tendré que preguntar, porque eso de que vayas a la misma hora a comprar,
coincidiendo con la misma mujer que tengo entre ceja y ceja, ya es mucha
casualidad, volver ella de allí y a los cinco minutos verte a ti, así que
déjate de historias baratas, que ya está una muy mayor para pasar tan malos
ratos…Y es que me consumen los celos, reconozco que soy muy celosa y le doy
vida a cualquier situación en la cual los veo a los dos abrazándose y besándose
por ahí...Y por eso me voy y te abandono, yéndome por otros derroteros, pues no
quisiera cruzarme contigo en ninguna parte porque entonces caeré rendida a tus
besos y eso me pierde, sabes, me pierde y te sigo como un perrillo… De repente
te vi venir hacia mí y nuestros ojos se hablaron con la chispa de los volcanes
encendidos, haciéndome reír lo mismo que yo a ti, que cada vez que nos cruzamos
tu no paras de mirarme, y yo que lo sé, juego con la picardía de mis labios
pintados, y tú que me conoces, me guiñas un ojo y caigo en tus brazos con la
ansiedad de mi boca loca…Y es que te vuelves loco de pasión cuando miras mi
caminar, balanceándome para ti, como diciendo, mira nene lo que tengo a quí para
ti…y tú que ya sabes lo que quiero decir se te salen los ojos de las órbitas y
te pongo a parir, no dando pie con bolo, tan frágil como eres a los mensajes de
mi cuerpo, que a ti te saben a fuego y a mí a besos de pasión...¡Ay madre que
viene hacia mí…! ¿Dónde has estado buscándome que me he perdido por las calles
del hambre? Míralo, lo ha vuelto a hacer, me tiene en el bote…Déjate de rollo
que te vas con cualquiera que te mime un poco…Me miró de frente, serio y con
fuerza me dijo…¿Pero tú que te has creído que soy yo? Y se dio la vuelta dejándome
con la boca abierta…No tengo voluntad, me tienes dominada y haces conmigo lo
que se te antoja, hasta que me harte, porque tú sabes que me harto y me
transformo en una leona y hago contigo lo que mis más bajos instintos me
dictan…y te enredo con los rizos de mi melena, y que salga el sol por donde
quiera…Y en medio de esa tormenta, me sujetó las manos y me abrazó con fuerza…
me enlazó por la cintura y me dijo en el oído…Tú ya no te escapas de mi
vida...Y lo besé en la boca con el alma arrebatada…
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