Pensaba que me querría siempre, que aguantaría todas mis
locuras…me conoces bien y sabes que soy variable y coqueta, pero…Sé que le
molesta, en el fondo se enfada y se tira varios días sin aparecer para que no
lo vea…es su manera de demostrar lo que le duelen mis desaires, aunque…Es tanto
lo que me quiere que me perdona, siempre me perdona y vuelve con una sonrisa en
la cara para que piense que no le importa nada…como si tal cosa…es un juego…un
juego de niños, más o menos como el gato y el ratón, el escondite, y ahora
mismo estamos en la misma situación, pero acondicionados a no salir de aquí, y
por eso…Escucho latir los sonidos de su voz en el silencio de mi
corazón…Silencio, silencio…ya no oigo nada tan sólo ese silencio que me aturde
y me adolece el alma…quiero llorar pero no me quedan lágrimas…me las robaste
toda cuando me traicionaste por la espalda, pero…A pesar de todo seguí con tu
juego por amor…y porque te deseaba…Alejada del mundanal ruido me encuentro
pensando en ti como siempre, y no es que quiera tenerte en mi mente…No, no,
para nada, pero…Hay un silencio a mi alrededor que me atrapa como si fuera la
tela de la araña, esa que va tejiendo en su maraña una telita a través de tus
suspiros que me oprimen el pecho…Es tal el silencio que mana desde tu interior
que hasta aquí llega tu voz…Una voz muda que serpentea por las paredes de mi
habitación y se atrinchera en mi corazón…Silencio…me dices, calla y escucha tu
corazón…En él deposito toda mis lágrimas que salen huidizas del mío…Me
encuentro solo y abandonado a lo que decidan tus brazos…tus sentimientos que ya
no los tengo latiendo en mi pecho como antes, cuando sabía que me querías…Dime
amor mío…¿Me quieres, me echas de menos…piensas en mí? Estoy llorando como un
niño chico, perdido entre las dudas de mis pensamientos…Calla, no grites, no me
llames…Un silencio mudo se debate entre los gemidos de su voz…¡Mientes,
embustero! No quiero oírte más…déjame vivir en paz con la armonía de mi
existir…Toda mi habitación se tambalea y me empuja hacia ti…tengo
frío…arrópame…quiero perderme en tus brazos, esos brazos fuertes y llenos de
templanza que acunan mi alma…El silencio se abate sobre mí…ese silencio que me
aterra y me adolece las emociones que están continuamente en un vaivén de
lujuria y placer…Toda yo quiero estar recluida entre las cuatro paredes de mi
habitación, donde sólo se oye respirar el aire que me atraviesa la garganta…Me ahogo,
no puedo respirar, su recuerdo quema mis labios…quiero salir de aquí, escaparme
por las grietas de mi ventana…algo oprime mi pecho…mis manos te buscan por las
rendijas de mi pensamiento…oigo voces en mi cerebro…me duele la cabeza de
tantos gritos que salen de tu corazón, que no paran de latir en mi cerebro…Me
zarandeas, me insultas, me gritas, me llamas mentirosa…Mujer vil y perversa,
¡te odio! Me tapo los oídos, no quiero escuchar más voces…son como aullidos de
lobos buscando a la presa…tu presa…Yo, yo soy tu presa…fui su presa hasta
ahora, ahora que lo soy de la candela que arde entre mis piernas de deseo que
tengo de él…pues…Me provoca con los gritos de su silencio a pensar en los
pasajes de los recuerdos, esos que quiero enterrar en el olvido, allá donde no
pueda dar contigo…pues…Me he encontrado a mí misma, estaba prendida en la llama
de su deseo, un deseo lleno de obstáculos y heridas donde tan sólo era su
querida…su amante…Me dijiste te quiero, te amo, te necesito…Eso me dijiste
aquél día cuando supe de tu vil traición y salí corriendo sin mirar a la
gente…no las veía por las lágrimas que inundaban mis ojos…te odié tanto en esos
momentos, y tú al sentir mi dolor…Cruzaste la carretera pidiéndome perdón…te
arrodillaste ante mí y me abrazaste por las piernas, ¿te acuerdas? No pude dar
un paso más…¿Qué iba a hacer yo? Apenas podía mirarte de la pena que me
dabas…mi corazón estaba en una nube…sabes cómo me gustan las nubes, ¿verdad? No
sé cómo, pero me desasí de ti y seguí caminando, y tú…Aligeraste el paso para
que te pudiera oír cuánto me querías…siempre lo haces, sabes que es mi punto
débil…pues…Si tú me dices eso me rompo…me derrumbo…me vengo abajo, te perdono y
ya no soy la dueña de mis sentimientos, y por eso…Me perdí entre la gente…no
quería besarte, ya sabes que eres mi debilidad y si dejo que me beses…me
entrego a ti sin más…ni siquiera miré hacia atrás…no quería verte de frente, y
menos a los ojos…te imagino llorando de dolor por mí…una vez te vi llorar y eso
me mata…no lo soporto, en aquél momento volví a tus brazos y seguimos hasta que
se nos agotaron los gemidos de placer…Quizás se humedecieron tus ojos para que
volviera a ti…lo conseguiste, y ahora pienso que fue puro teatro…Me pregunto
hasta cuánto puede un hombre actuar para conseguir el amor de una mujer, y
ahora soy yo la que te pido perdón por querer seguir adelante sin ti…ha sido el
encierro…éste encierro que me ha abierto las puertas del cielo…creo que ya me
liberé de ti…no te tengo dentro de mi pecho…saliste fuera sin que nadie te echara…Es
el impacto del confinamiento éste que nos ha separado de mente y de cuerpo
presente…pues…Las cosas ocurren por un motivo determinado…algo surgió de ésta
alarma social que en mi caso me benefició…Yo pensaba que me rompería de dolor,
que no podría vivir sin verte tanto tiempo, y me ha pasado todo lo
contrario…¡Qué contrariedad de sentimientos…! Será que ya era el momento de
romper con los deseos libres y desorbitados…pues…Desorbitados estaban los míos
que confabulados a los tuyos te deseaba en el silencio de mi corazón…
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