Me vienes al recuerdo y sonrío…no sé porqué, pero…Te pienso,
no paro de pensar en ti en los momentos tan apasionados que hemos pasado, y por
eso…Sonrío al cielo…será porque aún no te he olvidado del todo, y mira que me
gustaría, ¡eh! No vayas a creer que no, que quisiera enterrar el pasado y vivir
el presente como cualquier mujer, y no que está una siempre en el limbo,
prendida de un hombre que jamás será para mí…pues…Era de otra…su cuerpo de
otra, sus besos de otra, hasta…Que una mañana de invierno, su mirada y la mía
se cruzaron en un segundo de rubor…Quizás Cupido lanzó la flecha justo en el
momento que nuestros ojos quedaron clavados en ella, y ya no pasaba un solo día
que por azar o porque me espiaba, coincidía conmigo a la misma hora y en el
mismo lugar…A partir de entonces, cada vez que lo veía, mi corazón latía a la
velocidad del trueno, y aunque sabía que nunca podríamos vivir juntos, sus
pensamientos me pertenecían…pues…Era la dueña de sus sentimientos que alentaban
a los míos a latir al mismo ritmo de su corazón hambriento…hambriento de mis
besos, mis caricias y mi vida loca…hasta de mis cabellos que se enredaron entre
sus dedos una mañana de invierno…Aquella fría mañana que lo atraje hacia mi
boca y me lo comí a besos…y él que estaba loquito por rozar mi cuerpo se dejó
besar como si estuviera sediento de mis labios…y de mi sexo, y por eso…Me fui
una tarde a caminar sola, estaba decaída y necesitaba sentir en mis cabellos el
aire fresco, y no éste aire viciado que me contaminaba hasta los pensamientos…¡Ay
mi niño, mi niño…! Te dije al oído cuando te besé…Apenas veía a la gente que en
tromba caminaban como si no pasara nada, y los más jóvenes charlaban en voz
alta riendo a carcajadas…era como si le estuvieran echando un pulso al
virus…Quizás fuera la mejor opción ya que la mente es prodigiosa, como
prodigiosos fueron sus besos lentos, que allá donde iba me perseguían como ave
de rapiña haciéndome dudar de mi verdadera personalidad…pues…No sabía quién era
yo en aquellos momentos de mi vida, si una buscona que lo incitaba a seguirme
el rastro, o fue aquél beso que sacó del interior a la mujer de los mil
encuentros, a escondidas y sin retroceso, que…Me excitaba tan sólo verlo envolviéndome
en sus deseos, y por eso…Como un alma errante vago por las canas de sus
pensamientos como si estuviera instalada en ellos…mis pasos siguen las huellas
del olor de su cuerpo haciéndome suspirar de pasión y anhelo…Una pasión
imposible de compartir, sobretodo en éste encierro en el cual estamos inmersos
de manera que traspasa los límites de la realidad…pues…Ya no tengo vida propia,
si no una serie inacabada de aventuras rocambolescas donde se juntan el hambre
con las ansias de comer, porque…Comerte a besos quisiera hasta hartarme de tu
cuerpo…Te quiero…me dijiste, ¿te acuerdas? Parecías un niño…Entonces te sonreí
pensando que te burlaba de mí, sin darme cuenta que era una verdadera profecía,
y…En éstos momentos que apenas te veo, más te siento en mis adentros, y aunque
estamos separados por la alarma social, parece como si estuvieras recostado
junto a mí, ¡vaya que sí! Hasta noto un leve cosquilleo alrededor de mi cuello
por el roce de tus labios, y por eso…Estoy buscando una excusa para alejarme de
ti, pero…Tu mente cavila por los hilos de mis cabellos…y yo que la siento
clavada en mi pecho…sonrío al cielo buscándote
en los besos que se quedaron prendidos en aquél te quiero incierto…
No hay comentarios:
Publicar un comentario