¡Ay madre mía! Estoy deshojando la
margarita del amor…Un dos, una, dos y tres…arranco tres hojas a la vez auto
convenciéndome del engaño para no entregarme a su querer…Lo odio, lo odio, lo
quiero un montón, lo odio, lo odio, ya no te quiero y adiós...¡Ay Dios de mi
vida! ¡Ojalá se le rompa el alma a pedazos y se desangre de amor! ¡Ojalá lo
consuma el llanto y grite de dolor! No, no...¡Perdóname Dios mío! No está bien
lo que pienso, perdóname por favor...No sé lo que me digo, estoy perdida, no me
hallo, me encuentro sola, aturdida, mi cabeza desatina, mi corazón se
debilita... Tengo los demonios encendidos de rabia y furia, están pidiendo
justicia por mi vida y la tuya...Me has engañado, ¡maldita sea tu estampa!
¡Ojalá sufras lo mismo que yo y te duela hasta la respiración! ¿Qué me has
hecho? ¡Míralo ahí! Ni se inmuta, es tan falso...¡Hipócrita que eres un
hipócrita! Siempre haciéndote el santo antes de embadurnarme con tu lengua de
sapo…Me has matado a golpes de sexo y has violado mis sentimientos de mujer honrada,
hijo de mala madre...Voy por la calle toda furiosa, llenita de odio y malos
pensamientos...Siento el veneno de tu pecho mezclándose con mis jadeos, y lo
único que deseo es que te quemes con tu propio fuego y ardas en los infiernos
de tu cuerpo...Te juro por mi santa madre que vas a derramar lágrimas de
sangre, y hasta que el desaliento no estalle en tus sienes, no voy a dejar de
echar maldiciones al viento...pues...Eso es lo que siento en mis manos cada vez
que salgo y no te veo...Pasos tras paso se me va la vida caminando, y... Me
arranco los cabellos, me rajo las vestiduras y lloro combatiendo contra las
embestidas de los recuerdos...No te busqué, bien sabes que no fui yo la que
salía a tu encuentro para llenarte la boca de besos, que hasta que no lo
conseguiste no paraste, y después de eso querías más y más...Te presentaste en
mis puertas con los deseos del ayer...Ese ayer lejano que tenía olvidado y que
rescataste con la insistencia del amante apasionado y hombre
desesperado...pues... Desesperado por besar mi boca estabas con el ardor de tus
manos en mis nalgas, que fue rozarme y abrirte mis carnes en canal con la furia
de un volcán y después de eso...Empezaste a exigirme más y más, con tal
desesperación y deseo, que me arrancaste todos los sentimientos del alma...y de
mi cuerpo…y yo que estaba fría y abandonada, me dejé hacer con la esencia de tu
querer y mis ansias de mujer…¡Callad! No parpadeáis siquiera que estoy
escuchando al viento la pregunta que lo embarga de desconsuelo...¿Me quieres?
Te quiero...le contesto...Lo sé...¿Lo sabes? Sí, lo sé...lo mismo que nunca vas
a olvidarme...Lo miro, le sonrío y le digo...Tú tampoco me olvidas, ¿verdad? Se
calla, no dice nada, se da la vuelta y se va, pero algo en mi interior me dice
que siempre piensa en mí, porque...Si no fuera así, yo no estaría gritando mis
lamentos al cielo y echando mis iras al infierno...Ese infierno en el cual vivo
desde que me dijiste adiós, y yo... Mientras tanto sigo pensando en ti con el
corazón destrozado, que no hay día que no te sienta a mi lado con el agridulce
de mis labios...Cuánto me duele tu recuerdo…cuánto vida mía, cuánto…no te
imaginas cómo te estoy extrañando…tengo la piel desnuda y las manos vacías
desde que te fuiste de mi lado…Jamás podré retener en mi boca el ardor de otros
labios que no sean los tuyos, que me gritan y me queman como si fueras la mecha
que enciende mi candela…pues…Cuando me besas se me encienden las carnes y me
siento libre como ave de paso volando por los cielos, pero cuando me acaricias,
¡madre mía! Cuando me acaricias se me va la vida entre suspiros y risas y tú
que no te esperas ésta alegría mía, cabalgas sobre mi cuerpo como los jinetes
del apocalipsis luchando contra colinas de fuego…
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