jueves, 14 de noviembre de 2019

CON EL AGRIDULCE DE MIS LABIOS.- (MICRORRELATO)


¡Ay madre mía! Estoy deshojando la margarita del amor…Un dos, una, dos y tres…arranco tres hojas a la vez auto convenciéndome del engaño para no entregarme a su querer…Lo odio, lo odio, lo quiero un montón, lo odio, lo odio, ya no te quiero y adiós...¡Ay Dios de mi vida! ¡Ojalá se le rompa el alma a pedazos y se desangre de amor! ¡Ojalá lo consuma el llanto y grite de dolor! No, no...¡Perdóname Dios mío! No está bien lo que pienso, perdóname por favor...No sé lo que me digo, estoy perdida, no me hallo, me encuentro sola, aturdida, mi cabeza desatina, mi corazón se debilita... Tengo los demonios encendidos de rabia y furia, están pidiendo justicia por mi vida y la tuya...Me has engañado, ¡maldita sea tu estampa! ¡Ojalá sufras lo mismo que yo y te duela hasta la respiración! ¿Qué me has hecho? ¡Míralo ahí! Ni se inmuta, es tan falso...¡Hipócrita que eres un hipócrita! Siempre haciéndote el santo antes de embadurnarme con tu lengua de sapo…Me has matado a golpes de sexo y has violado mis sentimientos de mujer honrada, hijo de mala madre...Voy por la calle toda furiosa, llenita de odio y malos pensamientos...Siento el veneno de tu pecho mezclándose con mis jadeos, y lo único que deseo es que te quemes con tu propio fuego y ardas en los infiernos de tu cuerpo...Te juro por mi santa madre que vas a derramar lágrimas de sangre, y hasta que el desaliento no estalle en tus sienes, no voy a dejar de echar maldiciones al viento...pues...Eso es lo que siento en mis manos cada vez que salgo y no te veo...Pasos tras paso se me va la vida caminando, y... Me arranco los cabellos, me rajo las vestiduras y lloro combatiendo contra las embestidas de los recuerdos...No te busqué, bien sabes que no fui yo la que salía a tu encuentro para llenarte la boca de besos, que hasta que no lo conseguiste no paraste, y después de eso querías más y más...Te presentaste en mis puertas con los deseos del ayer...Ese ayer lejano que tenía olvidado y que rescataste con la insistencia del amante apasionado y hombre desesperado...pues... Desesperado por besar mi boca estabas con el ardor de tus manos en mis nalgas, que fue rozarme y abrirte mis carnes en canal con la furia de un volcán y después de eso...Empezaste a exigirme más y más, con tal desesperación y deseo, que me arrancaste todos los sentimientos del alma...y de mi cuerpo…y yo que estaba fría y abandonada, me dejé hacer con la esencia de tu querer y mis ansias de mujer…¡Callad! No parpadeáis siquiera que estoy escuchando al viento la pregunta que lo embarga de desconsuelo...¿Me quieres? Te quiero...le contesto...Lo sé...¿Lo sabes? Sí, lo sé...lo mismo que nunca vas a olvidarme...Lo miro, le sonrío y le digo...Tú tampoco me olvidas, ¿verdad? Se calla, no dice nada, se da la vuelta y se va, pero algo en mi interior me dice que siempre piensa en mí, porque...Si no fuera así, yo no estaría gritando mis lamentos al cielo y echando mis iras al infierno...Ese infierno en el cual vivo desde que me dijiste adiós, y yo... Mientras tanto sigo pensando en ti con el corazón destrozado, que no hay día que no te sienta a mi lado con el agridulce de mis labios...Cuánto me duele tu recuerdo…cuánto vida mía, cuánto…no te imaginas cómo te estoy extrañando…tengo la piel desnuda y las manos vacías desde que te fuiste de mi lado…Jamás podré retener en mi boca el ardor de otros labios que no sean los tuyos, que me gritan y me queman como si fueras la mecha que enciende mi candela…pues…Cuando me besas se me encienden las carnes y me siento libre como ave de paso volando por los cielos, pero cuando me acaricias, ¡madre mía! Cuando me acaricias se me va la vida entre suspiros y risas y tú que no te esperas ésta alegría mía, cabalgas sobre mi cuerpo como los jinetes del apocalipsis luchando contra colinas de fuego…

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