Esa flor de azahar que
me ofreciste llena de besos, es lo que mueve mi corazón a seguirte queriendo y
por eso echo mis palabras al viento, que como tú yo nos queremos, jamás habrá
fuerza humana que pueda detener éstos versos que de la poesía llenan sus vidas...Oí unos pasos tras de
mí, no quise volver la vista, y al ver que no me giraba empezó a toser
levemente para que me volviera, y aunque sentía curiosidad por saber quién era,
seguí andando firme y segura…Al momento, los pasos eran más rápidos hacia mí
hasta que de reojo percibí su alta silueta justo al lado, y como no osé
mirarlo, se puso delante para ver si lo saludaba…Sonreí disimuladamente y lo
miré a los ojos…No paraba de mirarme al rostro…Todo él era pura
interrogación…¡Qué alto y grande…! Parecía
un gigante…mi gigante…Tenía una flor de azahar en las manos a la que no paraba
de dar vueltas y vueltas…Y yo frente a él, una pequeña e indefensa mujer como me
sentía en aquellos momentos…pues…Estaba deseando de sentir sus brazos alrededor
de mis hombros y decirle te quiero con todas las fuerzas de mi cuerpo…No paraba
de hablar…No lo oía, no le prestaba
atención, mi mente estaba en otra onda, sólo lo miraba con los ojos de los
sentimientos…¡Qué guapo es! Tenía la mirada más bella del mundo…¡Qué bonita su cara…!
Me encanta esa expresión de duda que tiene, parecía tan perdido…lo mismo que un
niño asustado...Sus labios se movían a la par que se llevaba la flor a la boca…A
veces sonreía agachando la cabeza, como esperando que le dijera algo, pero no
paraba de observar sus facciones, las comisuras de sus labios que mostraban una
sonrisa llena de tristeza que me traspasaba el alma…Seguía frente a mí
gesticulando, pero no podía escucharlo tan entretenida como estaba admirando
cada gesto…Todo en él me gustaba…su boca, su frente, su nariz que le daba un
porte imperioso…sus orejas… hasta las pequeñas arrugas que sobresalían alrededor
de los ojos me encandilaban…no sé porqué lo encontraba tan guapo, bello como un
dios del Olimpo, lo más parecido a Zeus…No podía apartar los ojos de su pelo
tan negro antes, y ahora todo blanco con unos visos grises en las sienes que lo
hacían de lo más atractivo y seductor…Apenas oía lo que me decía, tan sólo lo miraba
sin cesar...Me apasionaban los ojos de tanto como disfrutaba verlo ahí, tan
alto y ancho, todo un hombretón lleno de temores e inseguridades y yo sin hacer
caso, ignorando sus palabras hasta que lo escuché decir…Me han dicho que te han visto con un tío por ahí...Reaccioné
al momento. Ahí me di cuentan del porqué me había seguido y pensé...Ya está
otra vez con sus tretas, no sabe ni qué inventarse para sonsacarme...Sonreí y
seguí mi camino sin volver la cabeza y al ver que lo ignoraba, me cogió de un
brazo y me besó en la boca con la misma ansiedad que tenía yo…¡Ay Señor mío…!
Nunca voy a madurar, nunca…Llegó el amor tardío a mis canas y a mi piel, y ahí
estamos los dos…pues…Abuelo él, abuela yo…Parecemos un par de críos…A veces me
pregunto si éste sentimiento mío es real o pura fantasía de aventuras pasajeras
que se interpolan al azar cuando te veo pasar…Quizás no sea la única persona de
éste mundo que la edad natural de su cuerpo vaya a la contra del reloj biológico
mental, y por eso me sienta enamorada siempre de ti de manera pasional…La vida
nos regaló éste don del amor en sus primeros roces, infinito tal vez, y aún
sentimos las pasiones alocadas de la eterna juventud, como si el tiempo se
hubiera detenido en los años sesentas cuando éramos unos rebeldes de la vida,
unos hippies, aquellos que iban con la melena larga, pantalones anchos y flores
en el pelo…¡Cuántos recuerdos…! Por entonces fumábamos como carreteros sentada
toda aquella juventud en el suelo, y ahora fíjate cómo estoy…Sigo esperándote sentada
en cualquier rincón del camino para abrazarte y decirte cómo te quiero, y tú,
que bebes los vientos por mí, te abalanzas dispuesto sobre mi cuerpo y me
acercas a tu boca para decirme todas esas cosas que tanto me gustan oír…No quisiera
que se acabara nunca éste sentimiento tan bravo y sensual compartido con las
prisas del ardor juvenil…Debe ser que un ente imaginario se introdujo dentro de
mi corazón, o…Quizás sea esta manera mía de pensar que el amor nunca se ha de
enfriar y por eso…Te he de amar hasta que me quede el último aliento…Ese
aliento del alma, que como un suspiro errante deambula entre gargantas perdidas,
donde las pasiones humanas se desbocan por suspirar en los sentimientos que urgen
salir a la luz, y no paran hasta encontrar ese aspirante a ser amado de forma
inmortal...hay tantos corazones vacíos por ahí…Y ese hombre que pinta canas
sigue enamorado de aquella señora tan sexi y madurita ahora…pues…Sienten en su
interior los mismos deseos que aquellos años juveniles sin que hayan llegado sus
mentes a madurar, y sigan como si nunca hubieran pasado el tiempo, tan sólo
pensando en besos y abrazos como los estudiantes de ayer, que con tal que…Estoy
un par de días sin verte el corazón me vuelve a latir y cuando te veo me da un
vuelco en el pecho que parece que se me va a salir, y ya no sé si esto es amor
auténtico o un sentimiento meramente pasional…Pasiones, sólo son almas pasionales
que perdidas van atrapando amoríos a lo largo de la existencia del avatar, y como
una asignatura pendiente quedó prendida en el aroma del azahar, y por eso no
dejan nunca de vagar de allí para acá…
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