No sé ya dónde buscarte…Me
dijo al pasar…Y yo que lo estaba esperando le dije… Me pierdo por callejones escondidos
para que no me puedas encontrar…pues…Se me agotan las pasiones, la paciencia,
los sentimientos los tengo aparcados hacia otras miras, ya ves…La comodidad
llamó a la puerta sin avisar, y al final cedí a la tranquilidad de mi estatus
social…deben ser cosas de los avatares…Sí, sí…esos son los que manejan los
hilos de los latidos y arremeten con fuerza con suspiros y delirios… Delirios
que me trastornan el sueño cuando cierro los ojos y te veo buscándome por todas
partes como si temieras perderme…Ignóralos, no hagas caso y pasa de largo…sigue
adelante sin mirar atrás porque esos avatares son fuertes y poderosos…Se
alimentan del temor de los viandantes que se asustan a la menor
contrariedad…quieren acabar con todo lo que tenga que ver con esperanzas e
ilusiones que nos abordan día y noche, pero jamás podrán con ellos porque estos
se enfrentan con las mismas armas despejando el camino…pues…Siento tus dudas
belicosas como puntas de lanzas clavadas en mi pecho que me desgarran el alma…Susurros,
siseos, sombras y luces…pintadas en las paredes…Soplos de aire que me gritan en
la oscuridad de la noche que estás apenado por mí…Lo sé, ¡vaya que lo sé! Que
me lo dicen los sentidos de la vigilia que me alertan de tu estado de ánimo
triste y apagado…No tengas miedo mi amor que yo sigo aquí, queriéndote y
amándote como el primer día que te conocí, ¡fíjate qué cosas! Que cada vez que
te veo me viene al recuerdo aquellos besos, y el corazón me palpita…Es como si
el tiempo se hubiera detenido en el mismo momento que te besé, ¿te acuerdas?
Fue una tarde en el jardín aquel donde paseando juntos tus manos rozaron las
mías y sin previo aviso me paré, me arrimé a tu cuerpo y te quedaste quieto sin
saber qué hacer…y yo te besé…Al momento reaccionaste y frenético perdido me abrazaste
con unas fuerzas que casi me ahogas, y ahora, mírate, aún sigues igual a pesar
de los años que han pasado… Todavía te retraes cuando me ves, como si fuera
siempre la primera vez…como si estuvieras permanentemente desconfiando de mis
sentimientos e indeciso no sabes qué hacer, ¡vaya que sí! Que te quedas quieto
esperando mi reacción, y yo que desespero por lanzarme a tu cuello, te sonrío
para darte ánimo y confianza…pues…A veces pienso que todavía no te has dado
cuenta de lo mucho que te quiero…y de qué manera te deseo…Te deseo con descaro
y atrevimiento, con todas las ansias de mi cuerpo que nunca se cansa de tus
caricias y tus besos…Besos lentos y ardientes…esos que dicen por ahí de
tornillo…Los que me dejan sin respiración y tengo que tomar aliento para volver
una y otra vez a comerte la boca con mi voz…y la lengua…pues…Me seduces con la
mirada…con tus palabras calladas, esas que sin decir nada salen de tus ojos
como luces iluminadas…como si nunca hubiera pasado el tiempo por mi cuerpo…No,
no…por mi cuerpo no, si no de la risa que provocas en mi rostro cuando te veo
acercarte poco a poco…y me rozas la sombra, me pillas los pasos y me tocas…y yo
que siento la llamada de tu deseo, te miro, te sonrío y sigo mi camino… No sé
ya donde buscarte... Me dijo al pasar por mi lado...Y yo que estaba deseando de
escucharlo le contesté...Me pierdo por calles alejadas para no encontrarme
contigo... pues…Tengo miedo de mis sentimientos que son libres y deshonestos…Y
por eso voy por barrios periféricos de la ciudad donde me confundo con la gente
dejando la mente soñar…Sueño con la madurez de mis suspiros…Sueño a través de
los visillos de las ventanas que vislumbran voces y poesías…quizás algo más…pues…Esas
puertas desencajadas invitan a entrar…Y entró, ¡vaya que entró! Que me entregué
a su abrazo con delirio y pasión…Y sigo caminando por callejuelas estrechas, leyendo
en las paredes descarnadas y abiertas…Son aventuras y desventuras de amores
escondidos y secretos como son el tuyo y el mío…pues…Imagino que vamos paseando
solos tú y yo para encontrar un pedacito de libertad, y la encuentro, no vayas
a pensar que pasa de largo…No, no, para nada, que está ahí siempre espiando,
alerta, en estado de vigilia como cuando por las noches te sueño, ¡vaya que sí!
Desde que me enamoré por primera vez…Entonces era un jovencito con unos
sentimientos llenos de deseos y ahora, a pesar de las décadas que han pasado,
siguen estando iguales de apasionados…Es tan delicada y poderosa a la vez ésta permanente
sensación de juventud que nos atrapa y atrae que jamás nada ni nadie la podrá
desatar…Ni los aires ni los vientos, ni las dudas ni los celos…ni las canas, ni
las marcas del tiempo en la cara y el cuerpo…pues…Ese no sé ya dónde buscarte
que me dice al pasar me hace reverdecer de aquí a la eternidad…
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