Cada día me gusta más esta situación
tan enrevesada y sin remisión...pues... Era deliciosamente pasional…Me
encantaba la manera tan sutil que tenía de arrastrarme tras los matorrales
donde nos dejábamos vencer por la avaricia del deseo y el querer... A veces le
decía al oído... Alguien se acerca, date prisa amor mío que oigo voces... Y él
seguro de sí mismo se balanceaba en sus lentos movimientos para provocar los
entrecortados gemidos del silencio carnavalesco, que callada y en silencio me
abstenía de gritar... ¡Dios mío, Dios mío…! Suspiraban los placeres de mi
cuerpo… ¿Hasta cuándo tendré que soportar tu agonía en éste lugar? Que me tienes loca perdida y no puedo
más... Tranquila, quédate quietecita y déjate llevar y grita cuanto quieras,
que estoy aquí para tapar tu boca antes de que amanezca...Y yo, ensamblada al
asta de su bandera, atascada como estaba entre él y mi desfachatez, seguía el
ritmo meciendo las caderas sabiendo que tarde o temprano me quemaría con el
fuego de su yesca...pues... Era la morbosidad del riesgo lo que más le excitaba,
haciendo de cada encuentro una lucha continua entre deseos y miedo... Me tenía
completamente dominada y aunque muchas veces me perdía semanas y meses para no
verlo, algo en mi interior me empujaba a sus brazos...pues…Sentía la llamada
insistente de su deseo en mi pecho…llantos ahogados, manos entrelazadas como si
fueran suplicantes ruegos oía a lo lejos…Sabía que me necesitaba para calmar su
desespero…parecían lágrimas de fuego y me martilleaban por dentro como puñales
de acero… Era como una droga, y adicta a sus besos salía vencida y corriendo
hacia él sabiendo que era presa de su querer... ¡Corre, corre…no te detengas
amor mío! Mira que no me pienso mover de aquí hasta que no te vea aparecer…Me
decía mientras aligeraba los pasos que me llevaban hacia adelante, ¡qué
paciencia Dios mío tenía conmigo! Sabía que al final cedería y por eso no se
iba y esperaba hasta demostrarse así mismo que era suya de por vida…y en cal
viva…pues… Me tenía las hormonas dislocadas y hacía conmigo lo que le daba la
gana, y ahora mírame, otra vez solita y desperdiciada, porque tengo unas ganas
de pillarte…No te puedes imaginar las cosas que te haría, y por eso…Hoy me siento triste y tengo un sin vivir que no puedo reprimir, ¡vaya que
sí! Más o menos como el día éste que amaneció gris…es como si amenazara lluvia,
debe ser que tiene ganas de llorar, como yo…pues…Me levanté abatida y sin
ánimos de salir…Te extraño mucho mi amor, dime, ¿dónde estás que no te veo
desde hace tiempo? Parece como si hubieran pasado años desde que nos quisimos y
abrazamos, y no sé pero pienso que…Hay alguien por ahí que quiere arrancarte de
mí y te está engañando…te está llenando la mente de calumnias para que dejes de
amarme…No creas todo lo que te dice ella…está celosa, tiene miedo, mucho miedo,
y temerosa que la dejes, y por eso se inventa todas esas mentiras sobre mi
persona…pues…Te conoce bien…sabe que los celos te consumen y jamás permitirías
que fuera de otro, ¡qué ilusa es! Se piensa que es la única forma que tiene
para que dejes de quererme, pero lo que ignora es que estás perdidamente enamorado
de mí y aunque fueran verdad sus fábulas, tú me seguirías hasta los infiernos,
porque hasta eso te enloquece de tal manera que…La mera sospecha que tuvieras
en lo más recóndito de tus pesares, te quemaría a fuego lento por dentro y tan
sólo yo te la apagaría con mis apasionados besos, ¡fíjate si te conozco! Que
por mucha leña que eche sobre mí, más se avivan las iras de tus anhelos y
ansias por tener una vida loca conmigo… que no hay ni sol ni luna, ni noche ni
día, que tu boca no desee besar la mía como amantes de raso y satén…pues…Te enfurece
y excita a la vez para someterme a tus celos y tu querer, porque…Agonizante
padeces el sabor de otros besos en mis labios y en mi pecho, conociendo el
placer que reflejan mis ojos bajo la sombra del despecho, y despiertas antes
del alba con el morbo latente en tus entrañas, y por eso…A la merced de tu ira
salvaje me abandono cuando me amas con rabia y con sed, vaciando la lujuria de
tus besos calientes en el valle de la muerte, fluyendo gemidos y deseos a la
par como río a la mar…pues…Sabiéndome amada como sé que me amas…te fundiré en
un volcán de fuego, aunque ardamos en los infiernos, y jamás me daré vencida
mientras tenga un pálpito de tus iras malditas, arrastrándote a las mías con la
delicia del olvido infiel…
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