Regresaba del mercado pensando en
ti…pues…Tú nunca te vas de mi mente, no sé por qué....pero ahí estas siempre
ardiendo como cráter de volcán...y en cal viva me tienes suspirando por las
canas de tu pelo blanco, como si en vez de fría nieve, se hubiera posado en mi
cuerpo fresca primavera de perennes hojas verdes, esas que ni se caen ni se
secan...pues...Perennes como son mis sentimientos...Sembraste en mi vida la
semilla de la atracción, brotando desde el interior mil besos de
pasión...terriblemente sexuales, y...Como hojita prendida a tu rama me
encuentro sintiendo el aire fresco de la mañana, y antes del atardecer, la calidez
de la brisa marina, que como una suave caricia en las mejillas, revolotea por
el cuello lentamente hasta morderte con deseo, y por las noches mi cuerpo grita
tu nombre con hambre y deseo, y por eso…Echo tanto de menos tus manos cuando me
abrazas por la cintura, me miras y me dices…te quiero…Fue en ese momento cuando
te vi caminar hacia mí…¡Qué arrogancia en su andar! No hizo falta
palabras…pues…Una sonrisa lánguida encarnó mi rostro cuando con la mirada me lo
dijiste todo…Todo, me lo dices todo con la expresión de tus ojos que lo abres
como platos como diciendo…Estás para comerte…y a mí que me encanta oírte, me
transporta a la edad del pavo cuando los chicos me piropeaban por la calle
haciéndome rejuvenecer de nuevo…pues…Fue la época más alegre e inocente de mi
vida, la más feliz y despreocupada, la que nunca lloraba el mal de amores, la
que fui tratada como una princesa y corría por las calles libres de ataduras
teniendo a todos los chicos a mis pies, pasando una juventud desbordada de
entusiasmo y diversión, siendo el centro de atención en guateques y bailes de
salón…La que elegía a los hombres por el nivel de su carrera, y porque era un
buen partido, que los miraba con ojo de lupa para tener un futuro regalado,
cómodo y asegurado…¡qué infeliz y desgraciada fui! Tanto mirar por ahí y por
aquí, al final me casé con un militar, el mejor dotado de estrellas que mostraba
el galón de sus hombreras…y el más mujeriego, además de borracho…Yo pensaba que
eso era de muy machote y varonil, además me trataba bien y como no me faltaba
nada, aguantaba carreta y carretones, como decía mi santa madre que en paz
descanse, haciendo la vista gorda y no querer oír los cotilleos de las amigas…hasta
que lo vi con mis propios ojos…Fue entonces cuando decidí dar un giro de
noventa grados a mi vida divorciándome, y aunque mis padres no querían, por
primera vez hice lo que el corazón me decía…pues…Hasta ahora siempre había
aguantado por comodidad, por mis hijas, y por el qué dirán, guardando las
apariencias dando a demostrar a la familia y a la vecindad que era la mujer más
feliz del mundo entero, pero después que ellas se independizaron y se fueron a
vivir con sus parejas, me dije a mí misma…No aguanto más, y empecé de cero…Tenía
cincuenta y dos años…Era como si hubiera visto la luz por primera vez, y de lo
remilgada que había sido siempre, me encuentro en éstos momentos trabajando en
una residencia de ancianos de auxiliar de geriatría, donde los atiendo en todas
sus necesidades, y es tanto lo que estoy recibiendo en cuanto a sentimientos al
verlos tan indefensos, que cada día que amanezco le doy gracias a la vida de
haber hecho de mí una persona valiente y decidida…pues…Siempre fui una cobarde,
orgullosa engreída, mimada y mal criada…Un sábado por la mañana que me tocaba trabajar,
estaba con una señora sentada en su sillita de ruedas en el jardín y lo conocí…No
sé qué pasó por mi interior, pero el corazón me empezó a latir como cuando era
esa jovencita alegre y feliz…pues…Algo brotó en mi pecho que hacía muchísimos
años nadie me había hecho sentir…Y ahí empezó la gran aventura de mi amor
contigo, que desde entonces no pasa un solo día sin que te espere…Era el marido
de la señora que llevaba en la silla de ruedas…está imposibilitada, además
tiene alzeimer. Viene todas las tardes a visitarla y se queda un rato sentado
frente a ella sin articular palabra alguna…Ella tiene la cabeza echada a un
lado, la mirada perdida sin saber quién es él…no lo reconoce…A veces me asomo
tras los cristales y lo veo callado, en silencio y toda la amargura sobre sus
hombros…Me da mucha pena, siento lástima de la expresión de sus ojos, el gesto
triste, pero aparte de eso…Creo que me estoy enamorando de él poquito a poco y
tengo la sensación de que el sentimiento es mutuo…pues…Con la mirada me lo dice
todo…Todo el dolor y sufrimiento que alberga tras de sí…Y por eso lo besé…Desde
entonces, por las noches cuando me acuesto no paro de pensar en él y tengo la
sensación de que piensa en mí diciéndome…Estoy besando tu boca con la
intensidad de mis sentimientos, fíjate cómo será la ansiedad de mis deseos, que
hasta te veo esperar en silencio…Debe ser que estamos conectados con el sabor
de aquél beso… pues... Siento sus susurros a lo lejos, y por eso cada día lo
espero…Fue en ese momento cuando te vi caminar hacia mí y con la mirada me lo
dijiste todo…
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