¡Qué sensación tan agradable siento en el cuerpo con el
recuerdo de tus besos...cuando te pienso…! Me sentía eufórica, loca de entusiasmo
pensando que ese día vendría a por mí, que estaría buscándome por calles y
avenidas como un joven enamorado en su primera cita… Iba caminando dando
pequeños saltos de alegría, nerviosita perdida, sonriendo para mis adentros…No
podía resistirme a la emoción de verme de nuevo en sus brazos…lo necesitaba
tanto…Era como una adolescente atrapada en un cuerpo de mujer de edad respetable,
esas que dicen por ahí de edad madura…pues…Hacía tiempo que ya había traspasado
los cincuenta y pico…pico largo de cigüeña…Aún no me había hecho a la idea que
era una abuela…quizás nunca maduré…Llevaba más de dos meses sin verlo, sin
amarlo…sin tenerlo en mis brazos…sin sentir sus besos en mis labios…mis amados
besos…esos que saben a uvas con queso…Otras veces me abrumaban los malos
pensamientos y la depresión se hacía eco alrededor de mi alma y la tristeza me
oprimía el pecho…Pensaba que con el tiempo sin verme, el amor se iría al olvido
y que tarde o temprano sucumbiría a los brazos de otra mujer…es tan ardiente y
fogoso…necesita constantemente sentirse amado y amar a la vez…como yo…Somos dos espíritus libres que se niegan a seguir el ritmo natural
del tiempo en la edad terrenal…Ya no nos pegaba éstos sentimientos tan apasionantes…iba
a la contra de la naturaleza…pues…Últimamente sufría unos sobresaltos dignos de
mocita en época estudiantil, y unos altibajos impresionantes. Lo mismo me
exaltaba como me derrumbaba…y por eso…Estoy de nuevo deshojando la margarita
del amor…Sí, no, sí…Me quiere, lo sé…me quiere y me
desea de una manera carnal…Es un veneno letal que traspasa los límites del alma…pero…Es
orgulloso, no quiere dar su brazo a torcer, quiere demostrar que puede vivir
sin mí, que pasa, que está por encima de cualquier sentimiento que le
desequilibre el estado emocional…lo conozco tan bien…En el fondo es un niño, un
loco del amor salvaje y expuesto como yo…Sí, sí, como yo que soy la fiera de
sus batallas y peleas…No pienso ceder jamás a las leyes del quién puede más…pues…Somos
tal para cual, me quiere y lo quiero yo…lo amo, lo deseo, es mi pasión…un loco
enamorado de mis gemidos…Le gusta oírme suspirar de placer, le encanta, lo sé,
pero también le gusta darme celos, me quiere atrapar los sentimientos y
esclavizarme a su ego…y por eso…Sale presumiendo por ahí como si fuera
indomable…Ahora le ha dado por dejarse el pelo largo y cogérselo en una coleta
baja, pero ¡si está medio calvo! Tiene tres pelos en la frente, además canoso,
y para colmo se ha puesto un aro en una oreja, ¡madre mía cómo esta de loco…! Hasta
que me harte…el día menos pensado lo voy a coger por mi cuenta y se va a
enterar de quién soy yo…pues…Esto de ir por la calle todo vanidoso atrayendo
las miradas de las mujeres le encanta, sobre todo si estoy delante
observándolo, pero me hago la loca y lo miro de refilón y veo cómo se pavonea
como un gallo en el corral de gallinas, ¡qué rabia me da! Míralo, ahí viene, me
gusta como para perder la cabeza, pero se va a quedar con las ganas…Está como
para darle un buen revolcón y ponerle la boca a cuarta de besos…¡Señor,
Señor…cada día estoy más descarada…! Soy una deslenguada…no tengo vergüenza…
¡Ay si mi madre levantara la cabeza…! Con lo remisa y educada que era…Perdóname
mamá, es que estoy enamorada, ¿sabes? No me escucha, claro está en el cielo y
en ese lugar jamás se pierden las formas…No me lo pensé ni un instante y lo
paré en medio la calle, que mira por donde estaba llenita de gente, ¡a la porra
la gente! ¡Oye tú! Te voy a decir una cosa y escúchala bien porque jamás te la
volveré a repetir, ¿te enteras? Se quedó mirándome a los ojos…retándome… Mi vida sin ti
no tiene sentido, lo sé, ¡vaya que lo sé! pero jamás te rogare que vuelvas a mi
lado, eso lo tendrás que decidir tú... mientras tanto seguiré el camino sola
hasta que te decidas seguir adelante o conmigo…y siguió adelante...Me quedé
observándolo mientras se alejaba…no pude contenerme y le grité… ¡Oye tú! ¿Quién
yo? Sí, sí tú... ¿Tú te crees que puedes pasear por ahí con un pendiente en la
oreja, el cigarrillo de medio lado y pisando fuerte...? Eres la perdición de
las mujeres... ¡Yo...! Sí, sí, tú, que vas con la camisa desabrochada mostrando
pectorales y los vaqueros ceñidos y ajustados marcando donetes... y... ¿sabes
qué te digo? Se quedó expectante, esperando a ver por dónde salía... Lo miré
con la osadía en la frente y le plante en la cara... El día menos pensado te
voy a arrastrar hasta un callejón, te voy a estampar contra la pared y te voy a
bajar la cremallera del pantalón…y te vas a enterar tú bien quién soy yo,
porque si tú eres la perdición de las mujeres… yo seré la maldición de los
hombres...
No hay comentarios:
Publicar un comentario