sábado, 3 de febrero de 2018
LA MALQUERIDA.- (MICRORRELATO)
Era esclava de sus
sentimientos, su egoísmo y sus caprichos…Lo conocí
en el momento más débil de mi vida…Desde un principio me aferré a él como a un
clavo ardiendo, y aunque en el fondo de mi alma sabía que no llegaría a ninguna
parte, seguía por amor y porque me enamore... Qué error más grande... Tenía una
venda en los ojos que no me dejaba ver más allá de sus besos y abrazos, que
los necesitaba como el aire puro para mis pulmones… Cada día se
inventaba una nueva historia para justificar su ausencia... Estaba cansada de
tantas esperas baldías, tantas patrañas y mentiras… No podía seguir viviendo a
la sombra de su ego, ni seguir con esa relación tan infructuosa y dominante que
no me permitía ver más allá de la realidad, y que jamás iría a más, sino que me
estaba desequilibrando emocionalmente, así que tuve que echar mano de la
imaginación hasta que fuera dueña de mi vida…pues…Dicen las malas lenguas que la
cabra siempre tira al monte…y verdad debe ser…No lo sé ni me importa, pero es
posible que cuando se es infiel por primera vez, no se puedan detener esos
impulsos sexuales tan exquisitos para la mente y el cuerpo, que seguir cayendo
en esa red de mentira por el mero hecho de echar fuera rabia y despecho…La
decepción y el desencanto abrió en mi alma una brecha tan ancha y profunda que
se llenó de irá y venganza, y aprendí, ¡vaya que sí! Que aprendí a ser la más
falsa de todas las mujeres…Aprendí de ti todos los tejemanejes que ocultan una
aventura de pasión…Aprendí a mentirte y a ocultarte la verdad enmascarándola
con insidiosas frases de amor tan convincentes, que me las creía hasta yo,
¡fíjate lo aplicada que fui! Tú eras el maestro y yo la alumna más aventajada
que te rodeaba en la clase de…Se infiel y no mires con quién…o sea…Cómo engañar
a tu pareja y seguir estando con ella…Incluso me justificaba ante el dios de mi
credo de que no tenían importancia, que no significaban nada, que sólo era puro
sexo y que el único culpable eras tú…La víctima era yo, por lo tanto me pasaba
las horas maquinando qué treta hacer para calmar mi dolor…pues…Cada día que
pasaba esperándote y no salías a mi encuentro me hacían dudar de tu fidelidad,
de tal manera que la sentía en mis carnes como dardos punzantes y venenosos, ávidos
de seguirte el rastro aplicando aquello de…Ojo por ojo y diente por diente…Me consumían
las pesadillas por las noches absorbiéndome el descanso, y amanecía dispuesta a
cualquier cosa que se le ocurriera a los demonios de mi cuerpo…pues…Tantas
ausencias seguidas me llevó a descubrir que todo éste tiempo juntos estaba
basado en una utopía falsa y denigrante…Jamás me había querido de verdad. Todo
había sido una burda ilusión que llegó a dominarme por completo, haciendo de mí
un títere en sus manos…Manos hábiles en manejar los sentimientos más íntimos de
mi cuerpo, anteponiendo mis emociones al ritmo de sus deseos…Y por eso empecé a
ser adicta a la infidelidad de una manera distendida y fugaz, ¡vaya que sí! Que
con tal que me atraía un hombre haciéndome sentir deseada y amada, me dejaba
llevar por las caricias de sus palabras aunque fuera por un par de días... Quizás
fuera a causa de tantos desengaños y traiciones en las que me vi envuelta la
que me llenó el alma de ira, y la sed de venganza se adueñó de mi corazón…No
había forma de pararlo después de vivir en mis propias carnes todas sus
infidelidades, ni razones que pudieran convencerme, que cuando se sienten en la
desnudez de la piel, besos y abrazos de otra persona diferente, ya no hay marcha
atrás siguiendo ese camino como una autómata, mecánicamente, hasta que me di
cuenta de mi error…Tenía que salir de ese pozo negro sin fondo que me estaba
atrapando en un bucle sin solución. Era ahora o nunca, así que sin dudarlo un
instante puse manos a la obra, al fin y al cabo nadie se muere por nadie, y
menos en estos momentos que se había acoplado la edad otoñal en su cuerpo,
arrinconando el sexo y los sentimientos al acomodo de los intereses impuestos… pues…
Había llegado la hora de acabar con esta relación abocada a expirar, en la cual
me hallaba sumida por completo sin orden ni control y lo que era peor, sin saber
por dónde tirar... No podía seguir al ritmo de sus caprichos, y lo conseguí,
¡vaya que lo conseguí! Fui cambiando de hábitos y ambiente, empezando a
rodearme de otra gente y poco a poco el amor se fue atenuando quedándose en
olvido… Adiós le dije nada más verlo…Y dándome la vuelta seguí mi camino... Era
esclava de sus sentimientos, su egoísmo y sus caprichos...Apenas me sentía, yo
no era yo, sino una autómata bajo el yugo de su pasión, que nada más verlo me
volvía loca de alegría y lo seguía como una perrita a su amo...Estaba dominada
por su hombría, su porte altanero y sus gestos…Era un títere más en la obra de
su teatro... No podía vivir sin él...Pensaba que si me abandonaba ya no tendría
interés en la vida...pues...Era la esencia de mi existir...Ejercía tal poder
sobre mí, que no veía más allá de lo que me mostraba con la intensidad de su
mirada, que sin decir nada...me hablaba... Estaba enamorada hasta las trancas y
tenía un miedo atroz a perderlo...Cedía a cualquier cosa que me pedía...Lo
quería tanto que me dejaba llevar sin oponer resistencia alguna, sabiendo de
antemano que era una más en el vaivén aventurero de sus tejemanejes falsos y
pasajeros...pues... No era dueña de mi vida, no era nada ni nadie, tan sólo era
la malquerida...
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