Me encontraba decaída aquella mañana,
así que decidí alejarme lo más posible…¡Aire! Pensé para mis adentros…Lo llamé
por teléfono para decirle que lo nuestro se había acabado. Hacía más de un año
que la relación iba de mal en peor, no sé si por culpa de mis enfermizos celos,
o porque lo sentía cada vez más huidizo y lejano, el caso es que pensé que lo
mejor era dejarlo de ver para que me echara de menos o yo a él… pues...Me
estaba desequilibrando emocionalmente y robando el sueño…Estaba harta de sus
desplantes y sus malos royos, además tantas discusiones me estaban agobiando, y
aunque lo quería más que a mi vida, por primera vez me enfrenté a mis miedos y le
planté cara…Mi corazón se estaba volviendo frío e inánime…pues…Tenía la sensación
de que me engañaba con otra, que no eran celos infundados, sino algo ahí
latente que las mujeres enamoradas presentimos…ese poco interés en verme como
antes a diario…Ya no me decía te quiero con tanto énfasis…y yo...Necesito que
me lo digas, mi amor, ya me conoces, lo sabes muy bien y no una vez nada más…sino
dos y tres…quizás te agobié…Lo siento corazón mío…Soy esa clase de mujer posesiva
que avasalla y agota hasta al más paciente de los hombres, y yo te lo digo con todas
las fuerzas de mi corazón cuando te abrazo…y te siento en mis adentros…y tú…Sólo
me buscas para tener sexo, rápido y en cualquier momento como si fueras un
perro…Y por eso me encuentro chateando con un tipo que me está sacando de
quicio, no por su osadía tan pertinaz, sino porque, a pesar de toda su letanía
sexual me gustaba a rabiar, ¡vaya que sí! Que me tenía loquita como una
quinceañera auténtica, inocente y locuaz…Últimamente tenía muchísimas solicitudes
de jóvenes galantes, o así me lo parecían a mí, hasta que llegaban a decirme
tesoro, hermosa y bombón, pero lo que ya me fastidiaba era que me dijeran que
estaban muy solito esa tarde. Al momento me daba cuenta a donde querían ir a
parar, sobre todo cuando me preguntaban si tenía Skpe, así que sin más dilaciones
los bloqueaba. Otras veces eran solicitudes de hombres de mi edad que nada más
aceptarlo me mandan una foto en posición de ataque, ¡madre mía! Éstos eran
corrosivos para la mente humana porque estaban de lo más ridículos con esas
poses de machos cabríos, con todos mis respetos hacia ellos, pero es que
mataban la vista, ¡por Dios! Hasta que lo conocí…Yo no sabía que me podía
enamorar de nuevo, pero se ve que una no escarmienta o está diseñada desde el
nacimiento para amar hasta el último aliento…o…Quizás un alma errante se
instaló en mi interior en unos de esos paseos por las calles cuando me pierdo
entre mis pensamientos, dándole vida y aliento a todos los sentimientos puros…y
deshonestos, porque a veces me asusto hasta de mis propios deseos que son
ardientes como el fuego…y me miro al espejo y me digo…Estás traspasando todas
las reglas del buen comportamiento en una mujer con canas…y con las marcas de
la edad en el rostro…y en las nalgas…Pero cuando cierro los ojos me siento como
una colegiala que se quedó atrapada en los sueños de ilusiones y esperanzas,
esas que nunca se pierden ni en la madurez…ni en las canas…Poco a poco me fui
enganchando a sus citas por las tardes de los sábados y para ser sincera me
dislocaban la vergüenza y los buenos principios, llegando a tener dudas de mi
autoestima y mi integridad física, porque esas sensaciones que experimentaba en
los orígenes de mi cuerpo no eran decentes…Eran verdes, verdes…Como las gotas del
rocío de la noche posados en sus hojas verdes…Así me sentía yo antes del alba…Me
gustaba, me atraía y me seducía…Tenía una labia atrevida y osada, la cual me
hacía pensar que me deseaba como mujer y como animal…Eran unas conversaciones calenturientas
y de lo más sugerentes, haciéndome perder las formas y las palabras que una señora
decente jamás debería, y menos caer en las redes de éste tipo que era un
desalmado total, sinvergüenza y voraz…pero a mí me tenía encandilada…No sé
porqué caí tan bajo…Debe ser por hacerte daño o porque me gustaba sentirme
deseada aunque fuera en manos de un degradado infernal, que aún sabiéndolo me
daba igual con tal de no pensar en ti jamás…Hasta que la curiosidad se apoderó
de mis entretelas y los celos también, lo reconozco, que hizo presencia en mis
carnes, y quería saber quién era éste hombre que tantas frases ardientes arrancó
de mi lengua volviéndome una sinvergüenza…o…Sepa Dios quién se cruzó en mis
sienes…quizás…Una señora, que como yo, por celos y despecho cayó en la red de
un depredador sexual…pues…Espiando en su muro pude ver que sólo tenía contactos
de mujeres, la mayoría viudas, separadas, y según leía en los perfiles, de edad
madura, guapetonas, hermosas y como él me decía…Todavía estás para un salto…
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