sábado, 9 de diciembre de 2017

CON LA CANDELA DE SUS SENTIMIENTOS.- (MICRORRELATO)



Me muero, me muero, le dije…voy a morirme si no estoy contigo de nuevo…Deambulando voy por los senderos de la muerte porque morir quería…Nada tenía sentido para mí, sólo deseaba perderme, irme lo más lejos de aquí y no regresar jamás…Llevaba tantos días sin tener noticias de ti que el techo se me caía encima y encerrada como estaba, sentía que las cuatros paredes me oprimían el alma y la razón…No entendía qué era lo que te apartó de mí, si mi forma de ser tan posesiva y dominante o es que ya no me amabas como antes…El caso que me veo hablando sola por las calles tan alto que muchas personas se me quedan mirando como diciendo…Pobre mujer, se le ha ido la cabeza…pues…A veces me revuelvo contra mí misma de tal manera que se me escuchan las represalias que me hago siendo tan mal pensada…no sé porqué soy tan desconfiada…siempre me lo decías, que me inventaba las cosas…cuántas veces me tachaste de mentirosa…Es verdad, tienes razón, no sabes la cantidad de mentiras que te he dicho…quizás tenía miedo de perderte, y por eso escondía algunas verdades…como la de aquél tipo que conocí que no paraba de tirarme los tejos…Era un treintañero de cuidado, ¡un verdadero buitre! Esos que les encantan elegir a sus víctimas oteando el horizonte y mira por dónde me puso las garras encima, y no había forma de quitármelo…Lo miré de reojillo cuando se puso a mi lado como si fuera un amigo de toda la vida…Estaba todo cachas, seguro que no salía del gimnasio haciendo pesas porque era músculos definidos desde las cabeza a los pies, y el torso era una tableta de chocolate, como se dice ahora, que daban ganas hasta de pasarle la lengua de arriba abajo y comérselo a bocado limpio sin dejar ni un resquicio de piel, de lo rico que estaba, además era guapo a reventar y tenía una sonrisa preciosa de niño travieso, y una seguridad hablando, vamos el típico ligón, esos que no hay mujer que se le resista, sobre todo cuando me dijo…Guapa, eres lo más bonito que me ha sucedido esta mañana…¡Madre mía lo que me dijo éste tío! Cada vez que lo recuerdo me entra una alegría por el cuerpo que me subo por las paredes…Reconozco que me gustaba la idea de pasar un rato con él, darme un capricho…a punto estuve, bien lo sabe Dios del cielo, pero me daba rabia y coraje porque tenía veinte años menos que yo…Era uno de esos tipos que se creen que una mujer mayorcita, de buen ver, como suelen decir ellos, de edad madura, caminando solita por la calle, moviendo las caderas de manera pausada y tranquila, femenina y coqueta, de mirada ausente, perdida entre callejuelas está con ganas de tirárselo a muerte como una arrastrada, ¡no lo soporto! Es algo que me subleva y me pone a parir de un burro…pero…Éste tipo tenía un no sé qué que me seducía…quizás fuera su labia rápida y espontánea…su jeta tan dura…era el típico guaperas que se las llevaba de calle a todas las jovencitas, de eso estaba segura, porque estaba como un tren de bueno, y en ese momento de mi vida me daba igual…Le seguí el juego con la convención de llevármelo a mi terreno y si quería tema, lo iba a tener a mi manera, como quería y cuando quisiera, así que haciéndome la interesante y cuidando las formas, como decía mi madre cuando era niña…Hijita hay que guardar la compostura…Los chicos de hoy en día vais al grano y en lo único que pensáis es en sexo duro y puro, pero, ¡vamos hombre! ¿Tú qué te has creído, que yo me voy con cualquiera? Que a mí me gusta que me enamoren los sentidos…Sí, sí, pero que al final, ¡Zas, te la meten como todos! ¡Madre mía de mi vida, qué bestia! Muy guapo, pero un verdadero animal de tomo y lomo…Y yo que creía que era un caballero…Ahí me di cuenta de lo desfasada que estaba…Por un momento se me fue la pinza dándole aliento a la idea de llevármelo a la cama, menos mal que reaccioné a tiempo…pues…Te imaginé en tu casa, triste, lloroso y solo…sin mí…preguntándote qué ocurre en mi vida, mi alma, mi corazón… ¿Qué pienso ahora que ya no estás a mi lado? ¿Dónde voy y con quién estoy tantas horas en la que tú me buscas en el cielo y no me ves? Y yo que te escucho en los suspiros del viento le susurro al oído de los aires…Estoy esperando que me digas te quiero todavía…espérame, ten paciencia…y no te alejes más de mi vera que se me rompe la garganta del llanto por tu ausencia…Y por eso no me fui con él, sino que sigo esperándote amor mío, porque me dijiste…No te mueras sin mí, por Dios, no te vayas sin mí…espérame, que si mueres, morimos los dos…Entonces le dije…No me gustan los hombres jóvenes para mí, lo siento...pues...Algunos se creen los amos del universo, y se piensan que una está ansiosa de puro sexo, no, no...para nada, que me gusta un hombre de mi edad, esos que por la mañana te los cruzas en la calle andando y te miran de arriba abajo desnudándote, y ves un cielo rojo como el fuego…y al atardecer te besa y sientes en tu cuerpo relámpagos y truenos…y anocheces en sus brazos rodeándote la cintura con sus manos susurrándote en las espaldas...te comía enterita, vida mía...y antes del amanecer te despiertas con la candela de sus sentimientos en la puertas del infierno, y la apagas con los suspiros que te salen del pecho…y de tus húmedos besos…

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