Tengo el pecho ahuecado, los brazos vacíos y atormentados,
las manos rotas, frías…el estómago lleno de ansiedad por volverte de nuevo a
besar…Me quedé con ganas de más…frío…siento frío en el alma…Un témpano de hielo
se cierne sobre mí…Llamaste a las puertas de la muerte y te dejaste morir…me
abandonaste a la deriva del amor…Me encuentro desarmada y sola…siempre
pendiente de ti…Hay un demonio que me vuelve loca y me quiere arrastrar hacia
sus brazos… siendo tuyas las manos...Un manicomio de espectros rabiosos me
empujan al averno de tu soledad…Es un lobo con piel de cordero que escucha el
eco de mis sentimientos, clamando justicia por ese beso furioso y preso en tu
boca, gritando mi nombre con el aliento de las iras del viento… Y se desespera
con la tristeza que se ha hecho dueña de mis citas secretas, que como un
esperpento con sable de acero, me clava a tu pecho yacente y al acecho con la
agonía salvaje de un pura sangre, trotando siempre hacia adelante…Y va derramando
en mis labios gotas de fuego, como si fueran tus besos desde el infierno... Y
ese beso prendido en el viento, se encuentra bordeando la piel de mi cuerpo…y
entre las piernas...al acecho... Paso a pasito está enamorando la soledad de
mis noches, de mis días…y de mis tardes...Y ese hombre que responde a la
llamada que tengo grabada en la boca, siempre sedienta de ti...me atrae y me
vuelve loca, quemando mi cuerpo a fuego lento, removiendo mis carnes con la
fuerza de su pasión...pues...Como una rosa del jardín, siento como se clavan
las espinas de tu tallo en mi raíz... Tengo un brasero encendido de picón desde
mi pecho hasta el talón, si tú sabes cómo apagarlo te lo agradeceré de corazón…
¡Corre a sus brazos…! ¡Corre rápido, que te está llamando! Yo no quería ir,
pero al final cedí…No tengo voluntad y sé que me llevará a su terreno y por
mucho que me oponga, caeré rendida, porque me atraen sus formas…y sus deseos…No
paro de pensar en ellos… como me mira...como se deleita su sonrisa en mis
nalgas...No, no, ¿qué haces mujer? Detente, piénsatelo bien… ¡No quiero! Me
está llamando con la mente, gritándome desde lo más hondo de su alma…Lo sé
porque siento un leve aleteo alrededor de mis pensamientos que me
hablan...Dicen que me necesita, que le hacen falta mis besos para seguir
viviendo, pero lo que más le gusta son los gemidos entrecortados que me salen
de mis encierros…de las entrañas mías… se me ponen ardiendo las manos y me dan
ganas de comérmelo… de agarrarlo y desarmarlo y hacer con él lo que me pida el
cuerpo…de recorrer con mi lengua su cuello y todo lo que alcanzara mi boca en
esos momentos de locura…locura desenfrenada cuando a una se le revelan los
sentidos…sentidos sin razonamiento, puros, llenitos de agonía por entregarme
toda entera con saña y alevosía…Tengo una tormenta rocambolesca alrededor de mi
cabeza…Rayos y truenos retumban en mi cerebro…Un relámpago de fuego estalló en
el cielo y como remolino huracanado salí arrasando con todo lo que pillaba en
el camino, como alma que lleva el diablo, ni siquiera me paré a pensar en las
graves consecuencias que podrían acaecer, tan sólo quería sentir la ansiedad de
su boca cuando sintiera mis besos locos. Era tanto el deseo que tenía de
volverlo a ver otra vez, que me salieron alas de fuego en los pies… Y como
antorcha encendida fui caminando entre rescoldos ardiendo de mi brasero de
picón…¡Corre, corre, no te detengas! Mira que te está esperando con los brazos
abiertos y el corazón latiendo…Yo sentía sus pulsaciones dentro de mi cuerpo,
como si fueran los últimos besos que tendría en mi aliento…Nada podría
detenerme en esos momentos de locura que tanto me gustaban a mí… ¡Míralo está
allí! ¿es o no es? No lo reconocía…me paró en seco…Es alto, grande y
fuerte…Parece un gigante ante mí, y un niño pequeño perdido entre los asuntos
del querer…Me gusta a rabiar, demasiado, pero mejor es dejarlo pasar…Tengo
miedo de saber hasta dónde puedo llegar…pues…No tengo limitaciones, me dejo
hacer y hago lo que quieren los impulsos descontrolados de los suspiros. Son
esas díscolas emociones siempre a flor de piel, las dueñas de mi frenesí...
puro placer enamorado del sabor de tus besos…Hoy llamaste a mi puerta y salí
corriendo con los ojos cerrados hasta él y sin pensarlo dos veces lo besé…Me
entregué a sus brazos aguerridos y a sus labios ansiosos…y lo besé de nuevo
hasta que me harté…Quiero cerrar mis ojos para retenerte en mí piel... Miedo,
tengo miedo de lo que pueda surgir... Tengo miedo de mí...de ésta fuerza
misteriosa que habita en mi interior... la desconozco, no sé quién es... quizás
tú la hayas arrancado de ahí y me asusta...es una pervertida, un
monstruo...como si un ente extraño se hubiera instalado en mi alma y moviera
los hilos más primitivos de mi ser...me gustas, me gustas mucho... te deseo...
quiero tenerte en mi poder... que me busques, que me pienses y que me sueñes...
quiero enloquecerte y que no puedas dormir sin tener tus labios preso de mis
besos. ¿Tú los querías, verdad? Me los querías robar, ahí los tienes, ¿qué
pensabas? Que soy una mujer buena y recatada...pues ya ves que no, que soy mala
y desvergonzada...Mi cuerpo se pierde entre tus deseos y mis anhelos...haces
que perezca en ellos como una cualquiera... Estoy viva... Estoy muerta...
vacía, sola, triste…sin alma...la mirada se me pierde entre la censura de mis
perjuicios… Me siento como una mujerzuela…Una mendiga hambrienta pidiendo
limosna de ti. Me gusta la idea de seducirte a mi antojo... pasé por tu lado y
te quedaste mirándome... No dabas crédito a mi desconcierto...no sabía que eras
tú...Un gigante frente a mí... Alcé mis ojos y vi un hombre esbelto, parecía un
soldado haciendo guardia reteniendo su fusil…Sentí todo el peso de su
desconfianza, parecía que estaba esperando que diera el primer paso…Quizás
temiera demostrar tantos sentimientos y por eso se guarda…Tiene miedo de
quererme, de enamorarse de mí… siempre a la expectativa... esperando...
alerta... mirándome con mil preguntas en la sien, con las pupilas de los ojos
observando inquisitivamente dentro de mí…Y yo que lo entreveo con mis sentidos
al fresco me lo como a besos...Te gusta…Me gusta... me encanta… ¿cuánto te
gusta? Le pregunto coqueteando con su boca…Un duelo de lenguas retando al
deseo…me dejo mecer con frases ardientes, dejándolas caer a medias para que las
sienta en su oído y en la piel…Me tumbo en sus piernas…lo miro a los ojos y le
susurro con mi veneno…te deseo…¡cállate víbora!…Le digo a mi garganta echando
fuego…Me arde el cuerpo…me quema el pecho… quiero hacerlo mío en éste
momento…Me frenan los pensamientos de la herencia de mis fueros…Esa lengua
viperina me ata a su cuello, y me dice que siga jugando con la ferocidad de su
espada de acero…Mil ojos pendientes y al acecho de éste dudoso momento tan
rocambolesco….lo ahogo... se atraganta con mi besos de fuego que lo atormentan
por dentro... Mucho...mucho... Jadea con sus manos atrevidas por cada resquicio
de mi vida... me arrebata las formas... pierdo la vergüenza, todo me da igual,
sólo quiero que me quiera y me acaricie las caderas...abrázame fuerte...rodéame
la cintura y acércame a tu pecho...y con mis labios de fuego me trago su cuerpo
y su aliento... tiene las palmas de las manos ardiendo...se pierden entre mis
piernas y llama a la puerta del deseo...mis sentimientos se descargan como una
tormenta en llamas y me quema las entrañas...y tengo miedo...vete, vete de mi
vida y no vuelvas porque si te veo de nuevo te arrastraré hasta mi infierno y
no quiero... que sólo es un juego maldito y no quisiera tenerte como trofeo...
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