Esa necesidad que tú tienes de rozarme
cada vez que pasas por mi lado, es lo que más me gusta de ti…Es como si me tocaras
el corazón y mil mariposas revolotearan alrededor, como si tuviera quince años
aún, mi amor…Como si el tiempo se hubiera detenido en aquél beso prendido en mi
boca, y jamás hubiera pasado por mi mente…y mi cuerpo… Debe ser esa manera tan impetuosa
e infantil que tenemos tú y yo de no dejarnos vencer por la costumbre del mal
querer…Me haces sentir joven y sensual…casi una adolescente siendo una mujer de
edad madura…eres tan tenaz… me encanta…Siempre esa ansiedad en tus ojos
reflejados por mi…y yo que lo sé, me pavoneo ante tus muestras de deseo con la
agonía de mi cuerpo…Cuerpo ardiente siempre, rebosando lozanía en lo más profundo
del legado de mi juventud perdida entre callejones sin salida, donde sólo el corazón
pervierte a la razón…Me vuelve loca, me enloquece las pasiones…me las
desorbita... Me encanta flirtear contigo hasta enloquecer… Me
apasiona la idea de seducirte y volverte del revés… Me dan ganas de decirte
palabras libidinosas al oído, besándote los sentidos con el terciopelo de mis
susurros… Me gustas a rabiar y lo sabes, así que deja ya de provocarme,
porque el día menos pensado voy a salir corriendo hacia ti y te vas a enterar
bien de lo que soy capaz de hacer, que te voy a dar un revolcón y te voy a
estampar un beso en la boca. que te vas a quedar sin respiración…porque pienso
atarte las manos con la piel desnuda de mi carne y mi sed… Me
mira y se queda observando mi caminar… Me está poniendo a prueba, al límite de
mis sentimientos y emociones, quiere que estalle y lo deje todo por él, reclamando
las caricias de sus besos prendidos en mi pecho, susurrándome suavemente…te
quiero… y yo sabiendo cuanto le gusta eso de mí…Me dirijo hacia él mirándole la
boca con la sensualidad de mis movimientos, y la coquetería de mi cuerpo, siempre
sedientos de sus labios de fuego…Me desnuda con la mirada… Me
gustas a rabiar y lo sabes, pero sería como una lucha sin cuartel y lo
pasaríamos mal porque somos dos volcanes a punto de estallar, tú a tú manera, y yo a la mía…pues… Mi entrega total sin ataduras, te
haría más daño a ti que a mí por mi forma tan arbitraria de ser…Se lleva
las manos a los hombros y se los abraza con los ojos ardiendo como diciendo…te
deseo…y me tira un beso que enseguida atrapo al viento antes que se caiga al
suelo…y le sonrío desde lejos flirteando con la agonía de su mirada…otras veces
me guiña un ojo y le susurra al cielo…mañana nos vemos…y se me llena de
suspiros el pecho…Apenas puedo pensar porque antes de darse la vuelta ya me ha robado
los sentimientos y hace con ellos lo que siente su cuerpo carnavalesco… Éramos amantes, tan sólo eso, unos
amantes de papel, donde como en una obra de teatro, cada uno de nosotros
teníamos una misión, y tarde o temprano tendríamos que hacer retroceso, volver
a las raíces y olvidarnos de que cada día hay un nuevo amanecer...Me duele el
alma, el corazón…Tengo los sentimientos rotos y los pensamientos se me desbocan
como si tuvieran vida propia…ya no me pertenecen en mi sentir…están locos,
airados, una continua lucha de dudas razonables aparecen ante mí cuando pienso
en ti, como si no quisieran que me olvidara de ti…A veces tengo la sensación de
que ya no me quieres tener a tu lado, y prefieres llorarme en la soledad de tus
sentimientos. Sufrir tus penas solo y que te olvide, que encuentre la felicidad
al lado de otro hombre… apartada lo más lejos de ti…Me dices que entonces
podrás dormir tranquilo y en paz, pues la última vez que estuvimos juntos…Tenía
fuego en las manos y al abrazarme, sentí todas sus palabras calladas, tan sólo
me hablaron sus ojos cuando me miraban a la cara con la tristeza empañando su
rostro… Me besó la boca en un infinito momento de pasión y con lágrimas en los
ojos me dijo...no olvides nunca que te quiero y jamás dejaré de quererte...y
dándose la vuelta me dijo adiós... Me estaba echando de su vida para seguir
llorando en la soledad de su alma, encerrado en su habitación con la pena
colgada a sus espaldas... Sabía que lo nuestro no tenía solución y estaba
cansado de tantos encuentros a escondidas del mundo...ya no podía soportar más
citas sin recibir nada a cambio, para luego seguir caminando solo y con la pena
de saber que por las noches, no serían sus besos los que recorrerían mi cuerpo
abandonado a sus labios, ni a la merced del vaivén… de sus abrazos…Seguí mi
camino pensando en el porqué de su llanto, pues hasta el otro día, cuando nos
vimos de frente, no había caído en la cuenta de que se estaba despidiendo de
mí, de nuestro amor...y por eso…Hoy te cruzaste en mi camino y sentí la
frialdad en tu mirada, como si quisieras pasar de mí…Pero pusiste tal empeño en
demostrar indiferencia, que te traicionaron los gestos de tu cara…pues…Era tan
intensa la sensación que emanaba de tu cuerpo, que se te escaparon los suspiros
del pecho…y tú al darte cuenta que no te seguí el juego, te fuiste enseguida calle
abajo para que no se escaparan los gemidos de tus pensamientos… y se quedaran
rezagados entre mis cabellos…
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