Me perdí
entre tus frases de comprensión y yo al creerte me enamoré de ti, ¡qué
ignorante fui! pequé de inocente y te entregué los besos más ardientes de mi
vida…estaba tan ciega que no veía más que tus caricias encendidas...jamás nadie
me había arrancado tanta pasión como tú...hasta que me di cuenta de que no era
la única mujer de tu vida, sino una más para tus noches en velas…y las
mías…porque apenas duermo, la rabia y el rencor invaden mi mente y mi
corazón…¡Qué poquito me has querido, mala sangre! ¿Quién te crees que eres tú?
¿Por qué tanta maldad? ¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí tú…ten en cuenta una cosa…¡Aquí
todo se paga! ¡Lo único que le pido a Dios es que te perdone! Te juro por mi
vida que no me arrepiento de nada... ¡Absolutamente de nada! Tan sólo me arrepiento
de haberte querido tanto…Aligero el paso mirando por todas partes, no quiero
testigos de mis andanzas, temo hacer el ridículo y que me tomen por loca, y lo
que no sabe la gente es que loca ando por ti…Yo no sabía que te conocería algún
día…ni que me gustarías…tampoco sabía que te besaría ni que me enamoraría, y
ahora ya no sé cómo olvidarme de ti…y de tus besos…y por eso grito tu nombre al
cielo…Ojalá que me llames, ojalá que tengas que venir, ojalá que quieras verme,
ojalá estés deseando besarme la boca, estrecharme en tus brazos y decirme…te
quiero…Estaba tan aturdida que ya no sabía ni lo que sentía, si real o
verdadero, era como si me estuvieran absorbiendo los pensamientos y apenas
podía dar un paso sin su recuerdo…No puedo quitarme de la cabeza tus ojos
mirando la silueta bajo la falda que imaginabas…pues…Me desnudaste con una
ojeada de arriba abajo, y yo ruborizada me di la vuelta encandilada…No quería
que supieras que me quedé atrapada a todos los deseos que cruzaron tu mente…y
tu cuerpo…que…Dirigiste cada movimiento de mis sentidos, y en menos de diez
minutos, nerviosa como estaba, rocé tus pestañas con el descaro que me
provocaron tus ojos…Me recreé en tus besos suaves de pasión, ¡vaya que sí! Que
nos recreamos los dos como si fuera un caramelito de fresa y limón…ahora para
ti, ahora para mí…fue una lucha de caricias encendidas, roces de labios
sedientos y hambrientos de carne furtiva, donde el único ganador fue la esencia
del sexo…para ti…que para mí fue el amor traicionero…pues…Mis besos tenían vida,
tenían pasión, tenían alma, tenían amor…y los tuyos sólo fueron como los de las
serpientes y su veneno…y por eso me pierdo entre los canales de riego para que
apaguen éste fuego que me está quemando por dentro…Buscándote voy por todas
partes, haciéndome mil preguntas, no comprendo nada de lo que ocurre a mi
alrededor, estoy metida en una nebulosa, un mar de dudas me asaltan y los
demonios de mi cuerpo aclaman justicia…Me dijiste que me querías, que te fuera
fiel y que volverías a buscarme otra vez, que me llevarías lejos, al fin del
mundo…y…me lo creí…y por eso…Me entregué a sus brazos…Lo llené de besos y le
conté todas mis fantasías eróticas…y las escuchó, ¡vaya que sí! Que hasta se
regodeó en mis versos de pasión mirándome a la cara él, y sonriéndole yo…con
agonía…pues…las llevó a cabo y me hizo repetirlas mientras me tomaba al ritmo
de la salsa, del tango y de una zumba mañanera…Y cuando terminó el baile…me
dejó tirada por los suelos…¡Venganza para mi vida! ¡Quiero venganza para mis
manos! ¡Tengo sed de venganza! Y lo mismo que a él me lié con su mejor amigo
para darle todo mi querer…y mis caricias llenitas de pasión...con la danza del
vientre...que se quedó enganchado para siempre…y después lo dejé…Pobre infeliz,
cayó en las redes de la ira que acuné en mi cuerpo, mi alma y mi corazón…Estoy
poseída por los demonios del averno…Señor mío, tendrás que perdonarme de
nuevo…soy un desastre de mujer, fíjate, qué bajo he caído…no lo he podido
evitar, estaba llenita de malos sentimientos inducida por el mal… Apiádate de
mí por favor, mira que me conozco y sé hasta dónde soy capaz de llegar…y me
arrodillé en la tierra…Puse mis manos junto a mis labios como altavoz gritando
su nombre al cielo, pidiéndole al Dios de mi credo ayuda para que vuelvas a por
mí…estoy navegando a contracorriente…luchando entre él y mi devenir…Y me vengo
arriba y canto canciones de amor, esas que tanto me gustan escuchar en la radio
y que me hacen dar vueltas sobre mí, sintiéndome la protagonista de cada
balada, y bailo sin cesar, hasta me crezco y me sonrío…pero…Otras veces me
derrumbo y lloro hasta el amanecer y saco todos los demonios que llevo
encerrados en mi corazón y…¡Te odio! ¡Te odio a muerte! ¡Vete, porque no quiero
verte! Te juro por lo más sagrado que cuando me muera, pienso resucitar de
nuevo, llamar a tu puerta y cogerte del cuello…y arrastrarte para los
adentros…¡He pecado! ¡Si señor! ¡Nunca lo he negado! Pero sólo fue por su
amor…un amor engañado, malo, turbulento, retorcido…¡Te quise más que a mi vida!
¡Más que a mi sangre! Sólo tú existías en mi delirio y cuando supe la verdad,
me dieron ganas de matar…Te juro por mi santa madre que voy a salir de entre
los muertos, y como una serpiente me pienso enroscar por tu pecho enredándome
por tus pensamientos…y cuando estés sin aliento, te envenenaré con mis besos…y
te arrastraré hasta los mismísimos infiernos…
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