Es un ladrón que se cruzó en mi camino y me
arrastró a su nido engatusándome con palabras de fervor…Primero hizo como si le
encantaran todas mis aventuras escritas con la fantasía de una jovencita, luego
me llenó la cabeza de palabras bonitas, después empezó a adularme y a
piropearme como si quisiera conquistarme, y lo consiguió, ¡vaya que sí! Pues a
través de mis frases, empezó a leer entre líneas y me escribió en privado un
mensaje de amor, donde me hablaba de su desdichada vida, de tal manera que le
abrí todo mi corazón…Poco a poco fue descubriendo a la soñadora que habitaba en
mi interior y de un zarpazo me cazó, y como una gatita presumida caí en las
garras de su hambriento corazón…Él tiene las llaves de mis secretos, mis
intimidades y de mis besos…él sabe buscar entre las mascaradas de todo lo que
atrapo al viento, porque es el aire que mueve los vaivenes de mi entrecejos, y
a veces me mece en las olas del mar como si fuera una barquita a la deriva de
sus embestidas…es travieso y juguetón y muy campechano…me encanta…me gusta
tanto que me pregunto…¿será que a base de gustar una se pueda llegar a
enamorar? Debe ser que sí, porque me gusta cada día más y lo puedo llegar a
querer de verdad…de hoy a la eternidad…Es un tigre, un león rebelde que se
quedó sin su manada, y se fue alejando del mundo en busca de la presa que
saciara su hambruna insatisfecha, queriendo más y más…Nada le detiene, alerta
como está, siempre al acecho, hasta que a través de mis llamaradas me
encontró…La curiosidad se hizo dueña de sus recelos y su agonía. Sus
pensamientos le corroían por dentro, cada vez que me veía pasar de refilón.
Quería saber hasta dónde llegaba la fuerza de mi voz plasmada en papel de
carbón, y en un momento de debilidad lo atrapó arrastrándome a sus abrazos de
calor, subyugándole de pasión…Sus palabras disfrazadas de comprensión y
tolerancia hacia mis penas, desataron mi lengua...Mis amores secretos y mis
poemas lo encarcelaron entre mis rejas…Eres el dueño de mi presente y mi
pasado, que hace y deshace conmigo cuando quiere y se te antoja…el amo de mis
pesares, mis sentires, mis deseos…y mis pecados…que te apareces en mis sueños y
me come a besos el cuerpo y me roba el pensamiento…que no se pueden contar por
escandaloso…y por…inconfesables…Me camelaste el sentido con la máscara del
zorro, y me dejé arrastrar por los quejidos de tu piel, y cuando abrí los ojos,
me abandonaste en mitad del camino donde habitan los demonios…Y ahora eres tú
el esclavo de los movimientos del fuego que tengo dentro de mi cuerpo...y mis gritos
de placer…Sé que miras mi muro, lo sé aunque te escondas tras la pared…Y ese
hombre que se cree un león, que me lee, que sigue mis relatos tras éste
escenario, es más pequeño que un ratón, y se agarra a mi mano como si fuera el
capitán dirigiendo el timón, me llama y me pregunta, ¡oye tú! ¿Quién yo? Si tú,
dime una cosa, ¿de quién hablas en todos tus retratos, de mí o de él? Porque me
tienes loco perdido con tantas mascaradas…y le contesto…Yo soy la pluma
mensajera que vaga por el aire con las alas de la libertad, y escribo con la
poesía que me encuentro cada día en las calles de mi fantasía…Y éste hombre
imaginario que ves reflejado tras la pared, serán las sombras de las figuras lo
que tú quieras ver…Sal de ahí de una vez, no te escondas más que me tienes rota
por tu querer…Y es que cada día lo siento más sobre mí, que me busca de noche,
cuando nadie lo ve, y a las horas que sabe que mis aventuras están por
decidir…Es muy listo y avispado y se está haciendo el importante para tenerme
comiendo de su mano, lo sé, lo conozco muy bien y aunque se vaya de juerga con
sus amigos, su corazón late conmigo, porque me lo transmiten sus silenciosas
palabras ocultas tras las cervezas que se toma para olvidarme…y cuando llega a
su casa se lía a rastrearme como un perro, ebrio perdido y luego se echa en la
cama y se queda dormido con mis besos quemándole los labios al rojo vivo…como
copa de vino…Y yo sigo mis andares atrapando los besos de mil amantes, sabiendo
que aunque se esconda tras los cristales, su recuerdo lo tengo en mi sino
persiguiéndome por el camino…Y me entrego con rabia y celo al dueño de mis
suspiros, persiguiendo la prosa con la sangre de las almas errantes que
sucumben en las garras de los miserables…Y desfallezco en sus brazos como niña
perdida en el desierto, que me mima, me mece y me dice te quiero, te quiero y
jamás dejaré de quererte aunque me arrastres a los infiernos…Y me dejo querer
pensando en ti...lo beso como si fueras tú y le entrego mi cuerpo metida en tus
pensamientos…Es tanto lo que siento, que los suspiros se me escapan del pecho
aireándolos el viento con el martillo de los celos…y de tu boca salen los
demonios por el escenario de mis versos…¿Por quién suspiras mujer? Que me
tienes las sienes retorcidas de tanto como te deseo…y ya no sé de mí…y
mirándolo de reojo le suelto con rabia y arrojo...Tu esencia está en ese
personaje imaginario que cada día me habla de ti...con los latidos de mi sentir…
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