domingo, 5 de octubre de 2014

HOY TENGO GANAS DE TI.- (MICRORRELATO)



Buscándote me perdí y cuando te encontré te eché, ¡vaya que sí! Tenía miedo de ti, de que algún día te cansaras de mí, ya ves, son éstos celos traicioneros que me amargan la existencia cuando menos lo espero, y tan sólo de pensar que en algún momento me dejaras de mirar con deseo, se me salen todos los demonios del cuerpo. Tengo miedo que desaparezcan los besos que me entregas cada vez que te veo desde lejos, si esos besos llenitos de malos pensamientos cuando me miras a la boca, y me llamas loca, loca, eres mi loca…Quizás sea la coquetería o la vanidad femenina la que me hace ver más allá de la realidad y tema perder toda la pasión que se siente cuando una está enamorada... Te quise desde el primer momento, fíjate, y aún te deseo, pero al mismo tiempo no quiero seguir con éste juego. Me esperaste en la esquina de siempre y cuando me viste pasar, me seguiste, lo sé porque te estuve observando de reojo, pero ya estaba dispuesta a liquidarte, a quitarte de en medio y seguir mi camino. Me agobias demasiado y me haces sentir prisionera de los sentimientos éstos tan contradictorios. Me embargan de alguna manera, no ya de deseo hacia tu persona, sino como de lástima y eso me hace muy desgraciada. Ya no quiero ser tu esclava, ni estar a cada minuto que pasas pensando si te veo o no te veo, o si me voy contigo o me quedo rumiando por dentro. Es como si no viviera mi tiempo, y mi tiempo es la única vida que tengo. Lo sabes mi amor, sabes perfectamente que me gusta disfrutar de mi libertad y estar contigo tan sólo cuando me lo pide el cuerpo, ya ves, ahora soy yo la que decide, antes lo eras tu, si, si, tu, eras mi dueño y a veces me hacías sentir como si te estuviera pidiendo limosna…¡cuánto he aprendido contigo! Además de tener paciencia, fíjate en lo que te digo, que aún sabiendo lo que me duele el no estar contigo, me siento afortunada de haber vencido estos miedos míos…Me vistes pasar por la calle y corriste tras de mí como un loco, con los ojos desorbitados y unas ojeras, pobrecito, seguramente que llevabas días sin dormir tranquilo… ¿crees que no sé de qué hablo? ¡Vaya que lo sé! Que me he tirado días y semanas así, ¡sin pegar ojo! Pensando unas cosas horrorosas y con unos pinchazos entre el pecho y estómago que no podía ni respirar, me ahogaba de dolor, como si quisiera morir…Y ahora, fíjate cómo han cambiado las tornas…Te acercaste a mí y con la voz temblorosa me preguntaste.- ¿Ya no quieres saber de mí? - ¡Dios mío, claro que sí! - ¡Menuda hipócrita! – Lo tenía todo planificado y calculado. Estaba decidida a abandonarte y dejarte marchar. ¡Cuánto daño te he causado! Por el camino te dije que te quería con toda mi alma pero que tenía mucho miedo. Te metí un royo… Sé que no me creíste, nunca me crees, estás tan poseído de ti mismo y eres tan egoísta que mis sentimientos te importan un bledo. Sólo piensas en que me quieres y que soy tuya hasta la muerte, me lo dijiste una vez, ¿te acuerdas? También me dijiste que si me vieras con otro me matarías…Y yo venga hablar sola, con la pared.- Tengo miedo, compréndelo.-  Y me seguiste en el empeño de una confirmación para vernos. No eres hombre que se rinda a la primera, ni a la última porque ahora sé que aún estás ahí, si, lo sé, lo que ocurre es que estás dándole idea a otra forma de atraerme. Quieres llamar mi atención y por eso te estás alejando cada día más, para que me duela éste no estar contigo y no te vea…Ya me está doliendo el no verte. Al final siempre te sales con la tuya y me da una rabia…El otro día te vi pasar y te hice señas para poderte besar y saliste por piernas, ¡anda que no! Me di cuenta enseguida, que te escondiste, fíjate si te ha dolido mi indiferencia, que ahora te estás haciendo el interesante y tratas por todos los medios de darme celos, y los tengo, ¡vaya que sí! que tengo unos celos tremendos, ¡qué tonta soy! Siempre caigo en tus redes. Me haces pensar que estás con otra para que yo me revele y actúe, que corra como una loca y me entregue a tus brazos, siempre deseando de darme toda esa pasión que retienes en tu pecho para mí, siempre para mí… Sé que soy una caprichosa y que ya te has hartado de mis juegos… ahora te quiero, ahora no, ahora si…y tienes tu orgullo, lo sé…Y por eso estoy aquí meditando sola, llorando palabras al viento sobre unas teclas que desesperan mis dedos, tan acostumbradas como están a que las acaricie, a que les queme con el fuego que me quema por dentro. Casi me avergüenzo de los pensamientos que tengo, que arrasan por donde camino, provocándome a pecar con cualquier desconocido… Es de la misma rabia que tengo tan solo al pensar que tus labios pudiera a otra besar…Ganitas me dan hasta de matar, me salen unos demonios que las frases salen de mi pensamiento como diciendo… Venga, no pasa nada, tan sólo es un chute sin importancia…Ya lo ves mi amor, qué malas ideas me vienen a la cabeza que necesito venganza…Hoy tengo ganas de ti, ¡vaya que sí! que tengo ganas de comerte a besos, de hartarme de ellos y darme un atracón con tu cuerpo… Hoy quería estar contigo de nuevo y sentir tus brazos rodearme el cuello… será que echo de menos nuestros encuentros, esos que nosotros sabemos sin buscarnos siquiera, tan sólo la impaciente espera de la que desespera…

No hay comentarios:

Publicar un comentario