Hay que ver
Dios mío lo mal que me encuentro. Soy una desgraciada por fuera y por dentro y
ya no sé si soy yo la culpable o es la vida que me tocó vivir, el caso es estoy
aquí escribiendo mis penalidades, las penas que me afectan al alma, ¿sabes? Soy
muy desdichada, me estoy perdiendo en un laberinto de pasiones y odios. No sé
qué hacer ni a qué atenerme, pero me siento desesperada. Estoy desperdiciando
mi vida….Me casé sin estar enamorada y ahora el tiempo me está pasando factura.
Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer enamorada, fíjate qué cosas me
ocurren, como se suele decir, a la vejez viruela… Yo no lo busqué, me lo
encontré y a pesar de que es quince años más joven que yo, mi corazón late cada
vez que se cruza por los pasillos del centro donde trabajo…Estoy atemorizada,
para qué no vamos a engañar, por eso te cuento, para desahogarme porque no sé a
quién recurrir, además me da tanta vergüenza decirle a alguien que me he
enamorado a mi edad. Estoy experimentando unas sensaciones que me desbordan el
alma. Es la primera ver que me siento arrebatada de pasión, y por eso me
avergüenzo. Son emociones tan de adolescentes, tan bonitas…Me casé por quitarme
de en medio. Éramos tantos en casa de mis padres comiendo, además estaba harta,
quería salir de allí, quería vestir mejor, quería volar…Y me casé y nos fuimos
a tierras lejanas donde mi marido ganaba mucho, la verdad es que fue la mejor
época de mi vida matrimonial, además nació nuestro primer hijo y entre unas
cosas y otras pasé los primeros años pletóricos de confort, donde las amistades
y la juventud no me dejaba ver en la trama que poco a poco me iba
envolviendo…Después la cosa empeoró y tuvimos que regresar a casa de mis
suegros porque no teníamos ni para comer, para colmo me quedé embarazada de mi
segundo hijo, menos mal que se colocó enseguida en una joyería y se hinchó de
ganar dinero, tanto era que podíamos
despilfarrar sin pensar jamás que algún día volvería a estar parado…Llegó la
crisis y otro hijo más…Ya han pasado los años, mis hijos son mayores y mi
marido lleva parado tanto tiempo que ni me acuerdo…Y mis hijos también están
parados, los tres, bueno al chico de vez en cuando le sale algo, pero poco…No
sé cuando empezamos a discutir, ni cuando lo dejé de querer, no lo sé, a veces
creo que nunca lo quise, tan sólo me dejé querer…Y por eso estoy aquí
malviviendo, porque esto no es vida para mí…De repente, a los sesenta años
cumplidos me llaman de la bolsa de trabajo y me ofrecen una sustitución de
limpiadora en un instituto, que aunque no es lo que me hubiera gustado hacer,
pues bueno, me reporta unos dineros que bien falta que nos hace, ya que en casa
hace mucha falta, y en éste momento, si no fuera por mí, no sé qué habría sido
de la familia…Me casé en una época en que la mujer no trabajaban tanto como
ahora. Yo sólo era un ama de casa, ¿sabes? Además nos fuimos a tierras
catalanas y allí estaba como una señorona. Francamente, en casa de mis padres
no me faltó nunca de nada y para ser sincera he sido bastante vagota para los
estudios. No sé qué pasaría por mi cabeza, pero era una holgazana de verdad,
además siempre me he creído una condesa. Me educaron para casarme y yo era vaga
a reventar. Siempre esperando que alguien me mantuviera, y mírame ahora, estoy
de limpiadora en un centro de alumnos, donde la mayoría son simpáticos, lo
mismo que los profesores tan agradables conmigo, pero mis compañeras de trabajo
me han cogido una manía…Siempre me están cuestionando. Me llaman señoritinga,
quizás no me dé yo cuenta y no me comporte muy bien con ellas…¡Ay Dios
mío! ¿Por qué me diste esta cabeza? Creo
que tendría que ir a un psicólogo, porque me encuentro en un mar de dudas… No
sé cuando empezó a beber, antes sólo eran los sábados, llegaba con una
borrachera, había unos escándalos en casa, unos gritos… fue entonces cuando
empecé a alejarme de él…Sólo quiero estar fuera de mi casa, no soporto a verlo
comer, no quiero ni que se le ocurra tocarme, ni siquiera rozarme la mano. Hace
ya mucho tiempo que vivimos en la misma casa pero cada uno en su vida
particular. Somos como dos desconocidos. Estamos separados por el pasillo, él
siempre viendo la tele en el salón, yo en el cuarto de matrimonio, que por
cierto de matrimonio no tiene nada. Nos equivocamos los dos. Yo no soy la mujer
adecuada para él ni él es mi hombre, y por eso, como lo sabe, le ha dado por
beber y bebe a rabiar y echa una peste…somos tan diferentes... a mi me pega más
un caballero no éste mamarracho, no puedo ni mirarlo…Es un bruto, me da asco,
no soporto el olor de su boca, no quiero ni pensar que pudiera besarlo, siento
tal rechazo hacia él que ya me está superando…Tengo lástima de mí porque me
acechan los años y sé que me voy a morir sin haber saboreado el amor de verdad
de hombre. Si, si, ese amor de mujer enamorada y ya ves los años que tengo…Yo
no sabía que me iba a enamorar a esta edad, fíjate, que me siento como una
quinceañera y con ganas de abrazarlo, de besar su boca y que me diga cosas
hermosas, no como éste tío que vive en casa conmigo que lo único que hace es insultarme.
Por la mañana me acompaña al trabajo porque es de noche y tengo miedo, y
durante todo el trayecto no para de descalificarme. A voces me llama torpe,
inútil y que no sirvo ni para la cama, y yo muy bajito le contesto que no sirvo
con él… entonces se pone echo un animal y grita más diciéndome que si no me
conviene que ahí está la puerta porque él de casa no se mueve, que es suya y
que yo no he puesto ni un p…duro…Los dos nos aguantamos, yo por asustona y él
porque con lo que le dan de ayuda, madre mía… y encima mis hijos parados… Mi
casa es un verdadero infierno, no sé qué hacer, el caso es que llevo ya dos
años limpiando unas aulas enormes, de altos techos y las escaleras tremendas,
¿quien me lo iba a decir a mí? Con lo señoritinga que soy, y claro eso es lo
que envidian de mi las tres compañeras, me cuestionan todo, si me arreglo, si
voy moderna, si me pinto, me dicen que ya somos unas viejas, pero yo me veo tan
juvenil aún y en éste momento de mi vida me siento más joven que nunca… Es la
primera vez que estoy sintiendo éstas emociones… Hay que ver, de repente tengo
un trabajo muy bien pagado y encima me he enamorado… Yo creía que eso sólo le
ocurría a las jóvenes y no, a mí también pero tengo tanto miedo. Antes era muy
tímida, iba por la calle casi desapercibida, sentía vergüenza por todo y ahora
cuando voy caminando hasta me echan piropos y me dicen guapa y se me ha subido
la moral…Este hombre me habla bonito…Siempre me dice lo preciosa que llego, lo
linda que estoy y se dirige a mí con una
educación… Algunas mañanas me trae una flor y eso si que me llega al alma…Me
gustaría saborear sus besos y abrazos, aunque es mucho más joven que yo…Me
atrae mucho, me encantaría pasear de la mano, que me llevara a un hotel y
acostarme con él, pero tengo tanto miedo a no gustarle, porque una cosa es que
me vea vestida y arreglada y otra desnuda, además si mi marido se enterara me
mataría… por eso jamás lo podría hacer y sé que me moriré porque para colmo ni
siquiera me puedo separar de él porque, ¿a dónde me voy a ir? ¿Bajo un puente?
Y por eso estamos así en la casa, dos extraños que se cruzan en el pasillo, que
por interés vivimos bajo el mismo techo y mi vida desperdiciada…
No hay comentarios:
Publicar un comentario