lunes, 13 de octubre de 2014

EN EL VAIVÉN DE LAS OLAS.- (MICRORRELATO)



Y ahora estoy aquí dándole mil vueltas a la cabeza, no sé ni cómo empezar, tengo tanto miedo a tu reacción. Si, porque esto es muy fuerte, demasiado feo y pecaminoso pero sé que tarde o temprano tendrás que saber. Para mí es un sin vivir tenerlo tan guardado, no me gusta tener secretos contigo, fíjate, qué tontería, siempre había pensado que a los hombres sólo había que contarles la mitad de lo que nos sucede en la vida real…Hoy voy a confesarte algo que hice mal, seguro que cuando lo sepas me dejarás tirada, lo sé, es muy grave pero tarde o temprano te lo tendré que contar…Me dijiste que te había embrujado y que no podías borrarme del pensamiento, y eso me asustó más pensando que tarde o temprano tendría un final infernal, y por eso te dejé marchar como si fueran las olas del mar, porque las olas no se las pueden sujetar, se van solas y sin mirar atrás...Yo soy la ola…Si soy como una ola que se deja mecer en calma. Mis sentimientos van a la deriva del vaivén que se pierden en alta mar, donde se arremolinan en un torbellino de corrientes continuas, arrastrándome siempre a la misma orilla. Si, allí donde tus besos acarician mi cuerpo como si fueran los rayos del sol…Esos besos y abrazos que me diste ayer cuando nos encontramos de nuevo…hacía tanto tiempo que no te veía… porque yo estaba huyendo de ti, ¿sabes? Tenía miedo de encontrarte mi amor…Tengo tanto miedo de confesarte lo que he hecho, que no quiero ni mirarte a los ojos…Apenas puedo expresar tantos sentimientos contradictorios que me llevan a cometer mil locuras, pues no quisiera caer en la rutina que deterioran las relaciones esas tan bellas y estrambóticas que se leen en las novelas de amor...Me siento como la protagonista de un clásico, ¿te enteras? He leído tantos libros que mi cabeza se ha llenado de mil pájaros volando y volando y ya de por sí rechaza todo lo mediocre y cotidiano. No quisiera basar mi vida en algo común y corriente, sólo en una interminable aventura romántica donde las pasiones siempre están a flor de piel…Será que necesite continuamente esos besos apasionados y arrebatos de locura para seguir viviendo…sin más…Quizás será la edad…A veces tengo tanto miedo de descubrir hasta dónde soy capaz de llegar, es como un reto al azar que siempre está ahí provocándome a ir más allá... Si, si, atravesar la línea de la moralidad, del buen hacer, del recato, de la honestidad, porque, ¿cómo voy a saber qué sería de mi si tu me dejaras ir? Si es un amor sincero y no un rollete de primavera...o más bien de otoño…Te echaste a mi cuello como un vampiro, ¡vaya que sí! que hasta me hincaste los dientes y de entusiasmo casi muero, porque es verdad que te quiero como agua a fuego… Me apretaste tanto y tan hacia tu pecho que temí perderme para tus adentros…como si te atravesara el cuerpo… Hasta se me han quedado pegados a la piel cada soplo de tus besos, mi amor, fíjate cómo serían de intensos que parece que aún los tengo susurrándome por el cuello…Te llevo siempre en mis sentimientos, como si aún no te hubieras ido nunca de mi lado, y por eso tengo tanto miedo de que llegue el momento de que te cuente mi secreto y me digas adiós…Y por eso te dejé marchar…Me encuentro de nuevo caminando por calles y avenidas, tranquila y feliz, ¡vaya que sí! Que no te necesito para seguir mi vida tal cual amigo mío…Hace tanto tiempo que no estoy contigo que me veo y me deseo para seguir viviendo cada paso del camino… Y éste hombre que me sigue al lado, que no para de mirarme como tu, con los ojos llenos de fuego… será eso por lo que vamos casi de las manos rozando…En los lugares oscuros me atrae hacia sí y me acaricia la espalda y me gusta, ¿sabes? me gusta bastante…me entra un cosquilleo por el cuerpo…Es más joven que yo, le llevo casi veinte años, y aún no sé por qué me persigue, debe ser que le atraen las mujeres mayores…Y por eso me lo llevé a la cama, ¡vaya que sí! que me lo comí a besos antes de que le diera tiempo a reaccionar, y cuando llegamos a la puerta de su casa, me agarró por la cintura y me encaramé con mis piernas atenazándole la cintura, y empezó a darme vueltas por la sala, lo mismo que en las películas de amor…¡Cómo me gusta a mí esos arrebatos locos de pasión! ¡Me encantan! Me gustan a rabiar…Será que aún no he crecido lo suficiente, me quedé en la adolescencia…debo parecer ridícula... pero al mismo tiempo me sentía feliz y contenta…Luego empezó a desnudarse y con la prisa del arrebato, casi se tropieza y se cae… parecía algo nervioso… mientras yo indecisa, lo único que me preocupaba era que apagara la luz…Temía no gustarle, pero por su expresión supe que aquello que veía sí que le gustó, y mucho porque estaba loco por echarse en lo alto mía…entrecerró un poco las persianas y fue cuando se dió la vuelta lo vi entero y entregado…Estaba delante de mi, desnudo, guapo como ninguno, alto y ancho de espaldas, con unos brazos exagerados de musculoso, era como un dios, todo rasurado perdido, ni una pelusa en ese cuerpazo tan perfecto, ¡por Dios! Aquello parecía una mesa brillante de billar, tan sólo faltaba que yo me pusiera a jugar con el taco y las bolas…No, lo siento, no es que me gusten los hombres osos, ni gorilas, ni nada de eso, no, pero donde esté un hombre con pelos en el pecho... ¡me encantan esos ricitos asomando por ahí! Lo encuentro tan varonil… y éste muchacho tan lindo, tan bello… ¡me cachis en la mar!…No sabía si darle un cachete en las nalgas o ponerle un pañal en ese culito pelado, pero me dio una risa…tanto me reí que mi joven amigo se descompuso de tal manera que se vino abajo como una gominola… Recogí mis cosas y salí pitando de allí, ja, ja, ja…

No hay comentarios:

Publicar un comentario