domingo, 9 de junio de 2019

Y POR ESO TE QUIERO.- (MICRORRELATO)



Nací y crecí en una gran familia, donde desde muy niña me separaron de mis hermanas porque vino una tía del pueblo y me llevó con ella, entonces era tan pequeña que cuando desperté al otro día, sentí que se me rompía el corazón de tanta pena que tenía por dentro, pero como no quería que mis tíos me vieran, lloraba a escondidas, ¡un año entero estuve llorando! y cuando volví apenas tenía sentimiento de cariño hacia ellas…Mis padres toda la vida discutiendo por el dichoso dinero...Pasé la adolescencia y la juventud sin estudiar y perdiendo el tiempo, por lo que me casé con el primero que me sacó de casa, ¡qué error más grande cometí! Jamás he sentido amor hacia ese hombre, nunca lo he querido y como él se da cuenta de mi desprecio me maldice y maltrata humillándome cada dos por tres, pero no hace nada para ganarme con buenas palabras o modales finos…Es un bruto y todos los días viene bebido...lo odio a muerte…Estoy llena de rencor y envidia cuando veo a otras parejas tan felices y contentas, me da rabia y coraje, sobre todo cuando ellas los miran a los ojos con esa mirada de mujer enamorada, porque se me ha metido en la cabeza que moriré sin saber lo que es besar y amar a un hombre con verdadero amor…Estoy enfadada con el mundo entero, odio a la gente, y me odio a mí misma por ser como soy…Una pendona de cuidado…pues…Llevo una doble vida liándome con hombres que me atraigan algo, tipos guapos y bien formados, ¡me encanta ver esos cuerpos esbeltos y bellos, me encanta! Me beso y abrazo con ellos perdiendo la compostura y rajándome las vestiduras, exponiendo mi desnudez en cualquier lugar escondido o en un portal donde esté la puerta abierta, y por eso…Cada vez que paso por una iglesia entro a rezar para pedir perdón por todos mis desvaríos…Me arrodillo ante la cruz y murmuro muy bajito…Perdóname Señor mío por todos mis pecados…Hoy me postro ante ti para decirte que no tengo la culpa de haber nacido así, Tú deberías saberlo y hacer algo por mí ya que dicen por ahí que tu poder es infinito y bondadoso, aunque a veces dudo hasta de tu buen hacer y me odio aún más, pero por mucho que trato de no volver a caer en brazos de cualquier tipo, no puedo…Existe una fuerza misteriosa que me empuja a caer en la tentación ya que me gustan mucho los hombres guapos y más jóvenes, no lo puedo evitar, soy tan superficial…Mi marido me maltrata, me habla mal, me grita, además está cada día más feo y viejo, huele mal, ronca por las noches y hace gestos muy mediocres, no lo soporto…Me humilla, me descalifica y me dice que no valgo para nada, no tiene educación, no sé por qué accedí a casarme con él, no lo sé…Nunca tuve el valor de abandonarlo, ¿dónde iba a ir a vivir? No tengo estudios, carezco de dinero y no estoy preparada para vivir bajo un puente…No valgo nada, no sirvo para nada, soy un desecho humano, pero ahora resulta que me he enamorado de un hombre diez años menor que yo, pero como me conservo tan bien le he dicho que tengo uno más que él…No quiero perderlo, lo amo, me trata como una reina y eso es la primera vez que me está pasando…Lo quiero y le he contado toda mi vida con pelos y señales, pero no se fía de mí y a veces se aleja y desparece, ya no sé qué hacer…No te puedes imaginar lo que me gusta sentir la fuerza de tu brazo alrededor de mi cintura, sobre todo notar la transformación de tu cuerpo pegado al mío meciéndose con tu entrecortada respiración, que...Te juro por lo más sagrado que hay en el mundo entero que muero de ardor por ti, y no me importaría quedarme de por vida en los infiernos quemándome con el fuego de tu pasión…No te puedes hacer a una idea lo que me gusta cuando me miras a la cara con los ojos encendidos como brasas, que…Siento tal perturbación en el alma que se me derrite la piel a pedazos antes que me acaricies las espaldas, y por eso…Tengo el corazón dolorido de tanto pensar en ti…Me duele hasta el entrecejo de no poder entender tu comportamiento, ni siquiera sé porqué te alejas de mí…Te busco mirando por todas partes y no comprendo que te escondas por ahí…Quisiera poder explicarte que nunca dejé de amarte aunque estuviera apartada de ti…Me duele el alma entera de no saber nada de tus andanzas, y ahora que estoy dormida, te sueño a mi lado relajada y tranquila sabiendo que nunca me darás por perdida y siempre permaneceré aquí esperando y pendiente de tus gestos y actos para saber que me llevas dentro de ti...pues... Siento tanta alegría cuando estoy contigo que no me importaría morir abrazada a tu cuello como amo y dueño de mis suspiros, que salen de mi pecho como llamaradas de tanto como te deseo, haciéndome resucitar de nuevo hasta llegar al mismísimo cielo aunque vuelva a caer otra vez a los infierno, que bulle y me lanza mordiéndote la boca con la avaricia de mi destierro...Dime que me quieres, dime que no me has olvidado…dime que sólo es un ataque de celos por los días que estuve danzando por otros lugares donde ni me ves ni me tocas, y temes que otra boca bese mis labios…No te enfades conmigo por Dios, no me lances al vacío, no me dejes tirada por el fango, mira que chillaré tanto que oirás mis gritos y acudirás enseguida a buscarme y pedirme otra vez que regrese a tus brazos…pues…Estamos conectados con el roce de los besos eróticos, por las caricias desesperadas, esas que me gustan tanto tenerlas a escondidas, tan ricas y prohibidas que ya sería imposible dar marcha atrás, ¿te enteras? Fíjate, no me equivoco, no tengo solución, me siento como un traje de pierrot, esos que tienen dos colores, más o menos como las monedas de dos caras, la falsa y la verdadera…pues…Soy esclava de mis propias debilidades, amante de lo prohibido, las miserias humanas me dominan y por mucho que te alejes, siempre terminaremos en una sombra infinita de pasión que nos embarga y arruina la razón tratándonos como marionetas traspasando la línea que separa la fantasía de la realidad, y por eso te quiero…


viernes, 7 de junio de 2019

EN EL PAJAR DE MIS SECRETOS.- (MICRORRELATO)



Fue en un pajar donde empezó todo y desde entonces no te he dejado de amar...pues...Te hiciste dueño de mis sentimientos y esclava de tu vida...Yo estaba casada con un hombre al que entregué los mejores años de mi juventud, una juventud que pase de novia a esposa, que entre embarazos y bebés se olvidó de mi cuerpo y mi querer, ¡veinte años de casada como si fuera un mueble! Que desde la lactancia hasta la adolescencia dejó de acariciarme como mujer…y como hembra…Quizás el habernos conocido desde niños hiciera que la convivencia fuera tan rutinaria y me viera como hermana más que como esposa, y lo único que quería al entrar en casa era una buena mesa y que le dejara vivir a su manera, ya que trabajaba desde las primeras horas del alba hasta que anochecía, y cuando llegaba, después de cenar se echaba en el sofá y se liaba a roncar, dejándome todas las noches solita en cama sin sus caricias y con ganas…muchas ganas…pues…Todavía era joven y fogosa, pero…En lo más profundo de mi alma sentía que ya no me deseaba como cuando éramos novios, que durante más de diez años estuvimos saliendo por las calles cogiditos de las manos y antes de dejarme en casa de mis padres, en la oscuridad del portal me amarraba a su abrazo como un muerto de hambre, dejándome el cuello amoratado y meciéndome al ritmo del vaivén de los gemidos, que con tal que se oían pasos en las escaleras nos separábamos enrojecidos y disimulando hasta el próximo ataque...¿Dónde estarán aquellos besos tan hermosos? Se quedaron en los años mozos…pues…No me conformo, que en mi boca los quiero todos, y por eso…Me separé cuando los chicos se independizaron y cada uno por su lado sin mediar terceras personas, pero es que yo ahora…Me he enamorado…He vuelto a renacer de nuevo y aunque tengo cincuenta y siete años, siento que me falta algo, tengo un vacío en el alma que me corroe las entrañas y necesito dar todo éste amor que me desborda, lo malo es que es mucho más joven que yo…Tiene cuarenta y siete años, mide uno noventa y pesa cien kilos, y cada vez que pasa por mi lado siento el vaivén de los deseos alrededor de mis cabellos, hasta me tiemblan las piernas de tanto sentimiento, el mismo que sentía cuando tenía quince años en el portal de la casa de mis padres…pues…Ha rescatado de mis carnes templadas la fogosidad de los años mozos, y por eso me perdí en aquél pajar donde una mañana andando por los campos nos abrazamos como fuego de volcán…pues…Es un camionero que de casualidad conocí en la gasolinera cerca de un bar, y cada vez que me paraba a tomar café sentía sus ojos clavados en mis piernas y en mi ser…Estas ahí, lo sé, siempre estas…siempre…y yo aquí observándote, viendo la mirada triste de tus ojos, escuchando los latidos de tu corazón en mi pecho donde te siento morir de amor…No desesperes, ten paciencia, no llores por la ausencia de mi voz en tu cuello cuando echada sobre tu vientre te susurro te quiero con todas las fuerzas de mi cuerpo…pues…Cada vez que te veo se me estremece el pensamiento y me dan ganas de abrazarte, pero…¿sabes qué te digo? No, no lo sé, ¡dímelo! Que te abrazo con la mente, con la mirada y con los deseos de mis carnes fraguadas…pues…Hay un instinto entre tu cuerpo y el mío que se comunica con el ritmo de los sentidos y te atrapo los deseos con el fuego de mis tientos, que sin hacer un movimiento late entre jadeos y latidos…y…Se me enciende la mirada, se me trastoca la cabeza y se me rompen todos los esquemas de ser una mujer honesta y recatada, pero…Empecé a salir con un hombre diez años mayor que yo que es todo un señor, y aunque no es libre del todo, me hace sentir bien aunque a veces me dan ganas de mandarlo a freír espárragos…pues…Es como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer, y esto a mí me está dando qué pensar ya que aunque los dos lo pasamos muy bien todos los fines de semanas, cuando se va, hay veces que se tira más de un mes sin venir y yo aquí guardándole la cara como si fuera su fiel esposa, y eso ya me está cansando un poco y no quisiera enfadarme con él ni dejarlo tirado como un perro…pues…Siempre he hecho los que los demás querían aunque fuera a la contra de mis sentimientos, no sé porqué éste quedar bien con todos, incluso con la familia, que cada vez que me pedían un favor, aunque no pudiera en ese momento, dejaba mis cosas con tal que no me tacharan de egoísta, hasta ahora…Por fin vi la luz y estoy empezando a decir no y para ser sincera, me quedo tan pancha y feliz…Estoy harta de que me manejen y de darle gusto a todos menos a mí, y fue entonces cuando me enamoré de ese hombre…Ese hombre que rescató a la mujer apasionada en el pajar de mis secretos y cuando se va me quedo pensando…¡Ay mi amor! Cuando te pille te voy a arrancar los suspiros del pecho a golpes de besos, y me pienso enlazar con las piernas en tu cintura como sardina a su espeto…

miércoles, 22 de mayo de 2019

UN DESPECHO DE MUJER.- (MICRORRELATO)



Cuántos amores se hayan perdido por ahí, cuántos resentimientos siguen planeando por ahí y por aquí...justo dentro de mí, por mi alma, mi corazón…Estoy rota, partida por la mitad, me siento morir, me han hecho mucho daño y estoy llena de odio y rencor y por eso quiero que pagues…Ojo por ojo y diente por diente…la ley del Talión…pues…No pienso tener compasión con ese hombre que se ha reído de mis sentimientos y de la calentura de mi cuerpo aprovechándose de un mal momento…una debilidad que me sobrepasó, no sé porqué…Me siento usada, ultrajada…humillada y no voy a parar hasta hundirlo, quiero acabar con él lo mismo que ha hecho conmigo, arruinándome la vida, mi carrera y la dignidad tirada por los suelos, y por eso…Tengo que hacer algo pronto, porque como deje pasar los días de éste calentón de boca que tengo, se me pasará y todo lo borrará el tiempo y no pienso cejar en el intento…Estaba casada con un señor que estuvo maltratándome psicológicamente durante más de veinte años, hasta que me divorcié…pues…Toda su intención era la de rebajarme por envidia y por los celos que le corroían cuando veía cómo iba escalando puestos en la misma empresa que él, no podía soportarlo, y menos que mi trabajo estuviera valorado por los demás compañeros, pero aparte de eso, siempre estábamos discutiendo por la familia…Era como si me estuviera echando un pulso constantemente…Bien lo sabe Dios de los cielos que soporté por los hijos, hasta que la convivencia se convirtió tan insoportable que una mañana decidida le planté cara tajante y nos separamos, partimos peras y cada uno por su lado…Después de dos años saliendo y entrando con las amigas de la oficina, rehíce mi vida con un antiguo novio mío que vi por casualidad en unos de mis viajes, y aunque al principio todo era bonito, al cabo de un tiempo me di cuenta de que nunca lo amaría…pues…Con tal que nos fuimos a vivir juntos, se acomodó al sofá frente al televisor y ahí no había más que futbol y poco más, así que antes de volver a pasar por una mala convivencia, hice mi maleta y me fui a vivir a un apartamento de alquiler precioso con vistas al mar donde me encuentro bastante bien, pero…A veces tengo la sensación de que estoy perdiendo el tiempo, los años me abordan y siento un vacío en mi alma que me sobrepasa, ya que ni soy tan joven pero tampoco muy mayor y las tardes sola en casa se me hacen eternas, sobre todo en la primavera y el verano, que aunque tengo casi todo al alcance de la mano, me encuentro muy sola…y…Estando en éstas tesituras lo conocí por éstas redes donde me envió una solicitud de amistad, la cual acepté de buen grado, gran error el mío…pues…Me enamoré de su libertinaje, su estilo, sus palabras atrevidas, y porque me encantaba chatear con él por las noches cuando me conectaba…Tenía una pizca de don Juan que me incitaba a pecar…Se le notaba que era un morboso de cuidado, pero me gustaba, me atraía en cantidad, y todas las noches me sentaba nerviosa frente al ordenador esperándolo con ansiedad…Debe ser que era el hombre adecuado a mi personalidad, una personalidad desconocida para mí hasta ahora…pues…Antes era una mujer algo mojigata, más bien tímida, de esas que nunca dan el primer paso entre sábanas, tan sólo me dejaba hacer sin mover un dedo, además nunca di señales de demostrar si se me apetecía o no tener sexo con mis parejas anteriores, no sé porqué era así, quizás se debiera a la educación tan reprimida que recibí en la época que nací, pero…Éste hombre sacó frases de mi garganta tan atrevidas y descaradas que hasta yo misma me sorprendía…Era como si lo conociera de toda la vida…Quizás su desparpajo, su sonrisa socarrona y ese aire de pícaro ladronzuelo rescató a la mujer que se encontraba oculta en mi interior, a la vez que desataba mi lengua dando rienda suelta a todas esas palabras insinuantes, provocándolo al deseo sexual como si fuera una de esas chicas que están tras los cristales de los escaparates del barrio rojo de Ámsterdam para ganarse la vida, de manera que cada noche lo esperaba impaciente vestida con sedas y rasos sugerentes para que nada más conectarse viera mis carnes ardientes y le dieran deseos de mi cuerpo…A partir de entonces hacíamos el amor de lejos sintiéndolo tan íntimo y cercano que jamás en mi vida había sentido tanto placer…Fue la etapa más feliz de mi vida en la que me sentía completamente realizada como persona y como mujer, a la vez que desesperante, creando en mi mente tantas dudas que me convertí en una arpía que espiaba a todas las amigas que le rodeaban, leyendo los comentarios que le hacían y si me mosqueaba, entraba en el perfil de ellas para averiguar el estado y la edad, y si era guapa y bien formada, la perseguía sin cesar creando en mi mente escenas imaginarias donde los dos hacían lo mismo que él y yo…No sé que me pasó, era como si un demonio me hubiera poseído y ya no fui la misma nunca más, acosándolo de tal manera que al final se largó y ahí empezó el calvario de mi vida haciendo de mí un despecho de mujer…

domingo, 19 de mayo de 2019

CON LA AGONÍA DEL LLANTO.- (MICRORRELATO)


Yo estaba muy desesperada ese día, así que de un portazo cerré la puerta y salí corriendo calle abajo. Apenas veía a las personas que se cruzaban conmigo. La gente me dejaba pasar mirándome. Muchos volvían la cabeza, con la curiosidad y el morbo que despierta el ver correr a una mujer con el rostro inundado en lágrimas. Llegué a casa de mis padres llorando desconsoladamente. Ya no podía aguantar más. Estaba harta de sus manías, de su machismo y de su tiranía. Era imposible seguir ese ritmo de vida tan lleno de crueldad. Me sentía la más inútil de todas las mujeres. No servía para nada. Mi marido llevaba tantos años repitiéndomelo que al final me lo creí. Continuamente me estaba comparando a las que tenían una buena carrera, y que si no fuera por él me moriría de hambre. Más tarde empezó a insultar a los demás miembros de mi familia. No soportaba ni a mis padres y ni a mis hermanos, descalificándolos cada dos por tres. Ponía tanto empeño en demostrar el odio que les tenía que hasta me prohibió que fuera a visitarlos. Tan sólo iba cuando él estaba de viaje, a escondidas y con prisas. Apenas me sentaba a charlar tranquila, siempre temerosa de que me llamara por teléfono, incluso cuando no estaba en casa, me vigilaba desde lejos a través del móvil, poniendo el mal tiempo de excusa para los chiquillos, que apenas les tenía cariño a mis hermanas y hermanos ¡ya se había encargado, desde que nacieron que no visitaran mucho a mis padres! Sólo a los suyos, como si ellos fueran los únicos abuelos. Si no me encontraba en casa antes de que él entrara, me llamaba gritando o me echaba a patadas… No sabría precisar cuándo y cómo cambió, realmente no era el mismo hombre al que una vez conocí. Tan lindo y tan bello, educado y moderno, ¿dónde estaba aquél chico tan majo? El caso es que después de siete años de noviazgo, decidimos casarnos. Nos conocimos en una fiesta de cumpleaños, y desde el primer momento nos gustamos. Él era un estudiante de medicina con grandes pretensiones, pensando que cuando acabara la carrera iba a poner rápidamente una clínica privada, ganar mucho dinero y viajar por países extranjeros, y después de divertirse de lo lindo, casarse. Yo me saqué el graduado escolar en un colegio de niños, que por las noches daba clases nocturnas, para personas rezagadas y mayores. Después me dediqué a ayudar en casa en las faenas típicas del hogar, charlar con mis amigas y fumar, hasta que venía mi novio un rato y dar una vuelta por la calle si era verano, porque en invierno no salíamos de casa de mis padres. Era el dueño del sofá. Estábamos deseando que llegara el sábado para salir con sus amigos, ir al cine o a alguna discoteca. Mis padres me daban una pequeña cantidad de dinero para los gastos. Entonces era la época de que cada uno paga lo suyo, sin contar el tabaco, que tenía que durarme por lo menos hasta el próximo fin de semana. Cuando terminó la carrera no encontró trabajo tan pronto como se había imaginado, y pasó una buena temporada hasta que se colocó en un pueblo de otra ciudad que no era de su agrado. Al cabo del año se le acabó el contrato y regresó a casa con la mirada cambiada y una manera diferente de ser. Al final tuvo que reconocer que para casarnos tenía que coger cualquier trabajo, fijo o trotando, y sin pensarlo aceptó uno de comercial de farmacia, que tampoco era la ilusión de su vida, pero accedió porque los años se le estaban echando encima, además algo me querría, cosa que actualmente lo pongo en duda. A los seis meses iba enganchada al brazo de mi padre, que orgulloso, me condujo hacia el altar con paso firme y seguro. Todas las miradas clavada en mi, de lo guapa y bella que me había puesto ese día, con la sonrisa linda y serena, satisfecha de haber conseguido lo que más anhelaba en este mundo, casarme antes de los treinta. Alquilamos un piso, y compramos la mitad de los muebles, dejando el viaje de novios para más adelante. Al año y medio nació mi primer hijo, y poco después llegaron los mellizos, y como decía mi madre, uno no es ninguno, dos es uno, y tres carga es. Carga para mí, tan sólo para mí, ya que mi marido estaba todo el día fuera trabajando y no llegaba hasta la noche, y si tenía un par de días libre, no podía estar en casa porque se agobiaba con los niños tan pequeños y se iba al bar y no volvía hasta que estaban completamente dormidos. Jamás tuvo tiempo para jugar con los chicos, ni siquiera me pudo ayudar a bañarlos, que era una proeza el sacarlos del agua. Se tiraban por lo menos una hora larga pasándose de unos a otros la esponja, los churretes y el jabón. Finalmente me liaba a dar manotazos a diestra y siniestra, resbalándose uno y llorando el otro. Después de los gritos y llantos, les hacía la cena. No había quién los hartara, para más tarde acostarlos y entre unos y otros me llamaban para que les contara ese cuento que tanto les gustaba, dándome todas las noches las tantas y cansada, me ponía a prepararle a mi marido su buena cena, no se conformaba con cualquier cosilla, según él, no se podía dormir…Y así llevo ya más de quince años hecha una esclava. La situación no ha cambiado, llegando a ser tan insoportable, que he decidido ponerle fin e irme a vivir a casa de mis padres, pero es tan grande la maldad de mi marido, que me ha amenazado con quitarme a los niños y si me atreviera a denunciarle, le pega fuego a la casa con mis padres dentro y a mí me machaca a golpes… ¡Estás avisada! Me ha gritado con todas sus fuerzas las palabras más feas de esta tierra, y por eso de un portazo cerré la puerta y salí corriendo calle abajo con la agonía del llanto…


sábado, 18 de mayo de 2019

CON LA LUJURIA DE LA TRAICIÓN.- (MICRORRELATO)



Me ama, me ama, me ama...Me decía sonriendo mirando hacia todas partes, no podía creer aún lo que había pasado entre nosotros hace unos momentos…pues…Cuida de mí, me protege de los desalmados, me dio más de mil besos en las manos, en los brazos y yo seguía hablando sin parar contándole mis cosas, mis sueños, las inquietudes de mi sentires, y él sólo me abrazaba por la cintura, luego me miraba fijamente a los ojos, sorprendido, como si fuera la primera vez que estaba conmigo…después se paraba en medio del camino y acariciaba mis cabellos y se llevaba la yema de los dedos a los labios como si quisiera retenerlos…Seguí andando con el corazón desbocado, no podía imaginarme que lo vería frente a mí…me estaba esperando con una sonrisa en los labios…aligeré el paso…lo había echado tanto de menos que de un salto me encaramé a su cuerpo y le di más de mil besos…apenas podíamos respirar…caímos rodando sobre la hierba, y como siempre, cuidando de mi cintura, mi espaldas, todo él era pura delicadeza… seguimos abrazados hasta que se agotaron los suspiros y cuando el grito atravesó las barreras del silencio, caímos unos en los brazos del otro extenuados y agradecidos a ésta pasión que nos atrapó en esa edad, donde tan sólo la juventud hacen diabluras por amor…pues…Estamos enamorados, locamente enamorados y por eso siempre lo estaré esperando, pero…Antes de ahora iba despotricando y jurándome a mí misma que jamás volvería a caer en sus brazos, ¡pobre de mí! Con tal que me guiña un ojo caigo rendida a sus pies…es que estoy enamorada de él, ¿sabes? Y no puedo resistirme, me tiene dominada, pero no me importa, ¿te enteras? Me da igual lo que piense de mí, me gusta mucho, me encanta cuando me mira…tiene una mirada tan ardiente…es como si me comiera con los ojos y eso me vuelve loca, pierdo los sentidos, me excita…debe ser que soy muy débil y él lo sabe y por eso se aprovecha de mí…Me tiene corrompida la sangre de veneno, su veneno…Sí, sí, eso debe ser, porque cuando se va vuelve al poco tiempo, pero durante su ausencia lo siento en mis adentros regándome las arterias como puro fuego, y paso las noches en vela pensando en la llama de su deseo…Reconozco que hace conmigo lo que quiere, no tengo voluntad ni amor propio y por eso se permite el lujo de aparecer y desaparecer cada vez que le viene en ganas… hasta que me harte, ¿te enteras? Porque una se harta de tantas idas y venidas, vayas tú a creer que soy de piedra, y voy a estar sentada esperándote como si fuera la novia de un marinero que se tira en alta mar dos y tres meses…No, no, para nada, que una está todavía de muy buen ver y tiene sus necesidades como cualquier persona, y eso de estar pendiente sin saber dónde estás y con quién, es el peor martirio que pueda sentir una mujer, ¿te enteras? Que me comen los demonios de los celos, y los malos pensamientos me arrastran a pecar con el primer tío cachas y guapo que me encuentre por aquí, porque haberlos los hay a punta pala, ¡vaya que sí! Que con tal que chasco los dedos aparecen tres o cuatro a la par, y ya que una se pone en ello, me tiro al más joven y guapo del barrio y tan campante, que para estar con un tipo normal y corriente siempre habrá tiempo, así que de ahora en adelante vas a saber lo que vale una mujer, sobretodo yo que ya estoy cansada de esperar, ¡atente a las consecuencias! Y luego no me vengas llorando como haces siempre, ¿te enteras? Me ignora, no me escucha y se va tan campante, lo sé…pues…Lo quiero, lo amo y esa es mi perdición, y por eso más de una vez he estado a punto de serle infiel, bueno tanto como eso no, porque las veces que lo he intentado no he podido, y no es porque el tipo no se mereciera un pequeño abrazo o no estuviera como un tren de bueno, pero…Una fuerza misteriosa no me deja, es como si estuvieras observando cada movimiento de mi cuerpo, y eso, amor mío, eso mataría toda la confianza que tienes en mí…Mis sentimientos que son tuyos, mis gemidos de placer que tan sólo tú sabes arrancar de mi pecho cuando me acaricias con deseo, ese deseo que te envuelve y hace que siempre vengas a por ellos…es como si necesitaras escucharlos cuando te alejas de mis brazos, y yo que siempre te espero, salen liberados y airosos gritando al viento, ¡madre mía cuánto te quiero! Y tú rendido y exhausto sigues enamorado de mis labios como si fuera la primera vez que nos besamos…pues…Te enamoraste de mis besos, me lo dijiste una mañana en la esquina de la calle cuando te pillé desprevenido y te quedaste con ganas como diciendo…Tengo los labios ardiendo…Te gustan, ¡vaya que te gustan! No me puedes engañar, y por eso crees que los puedes olvidar en la boca de otra mujer, y esa es la ventaja que tengo sobre ti, ¿verdad? Que no hay mayor locura para un hombre que perderse en un laberinto de pasión, cuando una mujer lo besa con la lujuria de la traición