Me encontraba tan triste por todo lo
ocurrido últimamente, que estaba desesperada. Tenía que hacerle ver que con una
mujer no se juega, y aunque reconozca que me encantan las batallitas campales
de amor, hay veces que me agotan tanta letanía de lo mismo…Así que sin más
preámbulos, cogí mi cuaderno de notas y me fui a caminar por ahí, quería
perderme entre la gente, poner en orden mis sentimientos, pues a veces me dejo
llevar por mis emociones del momento y allá que echo todas las serpientes que
envenenan mi cuerpo…Soy tan impulsiva…Me paré en seco, te miré a los ojos y sin
titubear, con toda la seguridad del mundo y el daño que salió de mis entrañas,
te solté aquello para que te dieras cuenta de una vez por todas, que estaba muy
herida y me había dolido mucho tu desaire, ¿te enteras? ¡Muy dolida! y que
conmigo no se juega…Una mujer entregada y enamorada, que lo único que hace en
esta vida es querer y amar con todas las fuerzas de su ser y su corazón…Y
todavía te quiero y ya no sé si hice mal o bien…A veces tengo dudas y por eso
tuve que ingeniármelas para hacértelo saber, quería que te sintieras
completamente abatido, consumido por los celos esos tan grandes y perversos que
me rompen el corazón…Y tú al acecho, enfrente, como un perro callejero
esperando una caricia, una leve mirada de ternura, deseoso de ver en mis ojos
una muestra de amor, de arrepentimiento…Que te dijera algo con mis gestos, pero
pasé, ¡vaya que sí, que pasé! Quería que sufrieras en tus propias carnes el
dolor que me habías causado, que supieras lo que siento en mi alma cuando al
otro día después de besarme y haberme entregado a tus brazos, pasas indiferente
por mi lado y te dedicas a mirar a otra como si ya no me quisieras…Te besé, te
dije te quiero y te entregué mi cuerpo y tú al mismo tiempo…Me dijiste que me
tenías clavado en el pecho, que te gustaba toda entera toda, hasta mi pelo te
volvía loco de entusiasmo y que era una actitud, la mía, la que te tenía loco
perdido, ¡vida mía, cómo te quiero! ¡Mentira! Todo me parece una falsedad por
tu parte…Creo que me engañas, que ya no me quieres y que estás conmigo por
compromiso…No, por compromiso no, sino por necesidad o quizás es que me quieras
de verdad…Y ahora eres tú el que no duermes por las noches, el que sufre y el
que apenas puede respirar…Te ahogan mis palabras, te asfixia tanta presión en
el pecho, y por eso pasé de largo cuando tú volvías, y yo salía…Me miraste como
diciendo… ¿Dónde irá a estas horas? Seguro que ha quedado con alguno…Lo sentí
en tu porte, me lo soplaron los ecos de tus adentros y lo leí en la caída de tu
mirada…No te vayas, vuelve a mis brazos que llevo más de una semana que ni
como, ni duermo ni nada…Lo sé, lo presiento, me lo transmiten tus ojos llenos
de tristeza, tus brazos celosos y tu pecho lleno de dudas pensando que estoy
con otro comiéndome sus besos, abrazando su cuerpo y escuchando mis frases
ardientes…Las mismas que te susurro al oído y te vuelven loco de pasión cuando
te digo lo que me gusta…rendida a tu amor…Y ahora tienes dudas, esas dudas
mortales que sembré en ti aquél maldito día que me crucé en tu camino…Reconozco
que no hay nadie en el mundo peor que una mujer despechada, eso es mortal y yo
ahí puse toda la carne en el asador…Sé que me piensas, que me tienes clavada en
el alma, que me quieres aunque sea de una manera extraña…Esa manera tan
extravagante donde un hombre se enamora de una mujer por su estilo, su carácter
y el genio que tiene cuando la hieren…Me sentía eufórica de alegría pues
llevaba más de una semana sin saber nada de él y me estaba consumiendo los
celos, y hoy me ha dicho en sueños que me quiere y que no me olvida y que soy
la mujer de su vida…Si, lo soñé y por eso ya no sufro, ya no me dueles y ya sé
de qué manera me quieres…Y por eso fui a tu encuentro…Me estabas esperando en
el lugar de siempre, donde tú y yo nos atracamos a besos como dos ladrones y
corrí, corrí hasta ti y de un salto me encaramé a tu cuello hasta que me
hartaba de tu boca…que parecíamos dos chiquillos, corriendo y sudando como
pollos, yo te miraba y me reía…Y qué me gusta a mí ese querer tan grande y tan
fuerte como cuando te besé por primera vez…que me arrancaste ardientes palabras
de pasión y como un niño hambriento caíste rendido a mis pies…tan lleno de
fuego porque ese querer tan ardiente jamás conociste en mujer y por eso aún
seguimos como el primer día aquél que yo te seduje con mis armas de mujer…Y me
arrebatas el alma sentándome en tus rodillas que me enlazas por la cintura, y
me acaricias la espalda como si no te creyeras que me tienes agarrada como si
estuviera pegada a ti…Y mientras me abrazabas con la urgencia que te delata las
ganas que tienes de mi cuerpo, te paras, me miras y entre besos lentos me
susurras en el recorrido de mi cuello...¿de qué te ríes…de qué te ríes? Y yo
sin poderme contener seguía riendo…Y mientras te comía la boca a retazos de
besos locos y apasionados, me ahogabas con tus labios, llenándome el alma de
alegría al sentir tus prisas cuando nuestros cuerpos se rozan por los bajos...y
tus manos me agarran por la cintura atrayéndome, revolucionando todo mi
entorno, y mis piernas que se despegan del suelo, cuando me levantas hacia el
fuego que tienes dentro... y te lo apague con la locura de mi deseo…
lunes, 12 de octubre de 2015
viernes, 9 de octubre de 2015
CON EL VENENO DE TU CUERPO.- (MICRORRELATO) Segunda parte de A trompicones con la vida.
Estaba caminando cabizbaja,
pensativa…de vez en cuando hasta hablando sola, como siempre… Otras anotando en
mi cuaderno de notas mil frases de amor…parecía como si el cielo me lloviera
lágrimas de dolor...Es un mujeriego, seductor que se cree joven aún…Canean sus
sienes, tiene barriguita y encima estás más sordo que una tapia, además que ya
necesita gafas para leer, porque no ve un burro a dos pasos…¿Qué se creerá que
es? Pero yo te quiero, ¿te enteras? Que te quiero desde los pies a la cabeza,
pues son muchos años compartiendo ésta aventura pasajera que me vuelve loca de
pasión…Dos almas perdidas y errantes se esconden tras las vías de los trenes
ambulantes, como dos amantes que se buscan la boca para seguir escuchando un te
quiero, que es lo único que me da las fuerzas para seguir viviendo…Siento hasta
tus más bajos pensamientos llenitos de deseo y jadeos, como cuando nos
entregamos al rastreo de nuestro cuerpo y escucho tu respiración en mi pecho…y
me arrebatas el alma arrancándome mil palabras apasionadas, llenas de ardientes
besos alrededor de tu cuello, y en la oreja te digo…te deseo, te deseo…Echo de
menos tus besos…me decía entre sueños…Lo mismo que yo a él que ya hace tiempo
que no lo tengo entre mis brazos, y se me quedan las manos vacías de no poderlo
acariciar…Me estabas esperando en el lugar de siempre, donde tu y yo nos
atracamos a besos como dos ladrones…¡Corre, corre que no se detengan mis
piernas! No vuelvas la cabeza atrás, no pienses que él volverá, sé fuerte y
valiente, no tengas miedo...Pobre ilusa, caeré rendida a sus pies, como
siempre…al final me convence…Es la pasión la que domina mi existir, me arrebata
el alma y no quisiera acabar con ésta agonía que me eleva y enardece los
sentidos de mi vida…Y me volví…Echo de menos tus besos…me decía susurrando…Lo
mismo que yo a ti, que hace tiempo que no tienes mi cuerpo y me duele tu sufrir
cuando pasan los días y no me ves…Te quiero, te quiero…Seguía tras de mí
rozándome los brazos…Estaba deseando de atraparme para poderme besar, y yo que
estaba tan rabiosa perdida y llenita de celos, me revolví como una fiera
deshaciéndome de sus manos con todas mis fuerzas, casi luchando con él, airada
y furiosa…¡Déjame tranquila y vete con ella! ¿De quén me hablas? ¡Miralo… otra
vez haciéndose el loco! ¡Tú lo sabes muy bien! Que el otro día te vi enfrente
de ella y las buscas por todas partes… Estaba tan cegada por los celos que de
rabia y coraje le solté…¿Qué te has creído que eres el único que puede hacer
esas cosas? Al momento se le descompuso el rostro y le salieron los demonios
por los ojos…¡Si eso ya lo sé, siempre lo has hecho! Y me sonreí para mis
adentros…La verdad es que me pasé siete pueblos…Tú ya no te me escapas, eres
mío hasta que la vida nos separe, y por mucho que quieras olvidarme, ahí te
tengo yo cogido, que ya no puedes vivir sin mí, que me quieres como jamás has
querido nunca, a pesar de nuestros devaneos y batallitas campales…Llena de odio
me di la vuelta y le dije alto y claro…¡Tres veces!…Se me quedó mirando de
arriba abajo, esperando que me echara a su brazos y negara lo que le había
soltado en su cara, pero no estaba dispuesta y seguí con mi perorata, de frente
y con los brazos en jarra…y las piernas separadas…Y ésto es lo que te gusta a
ti, ¿no? Que te ponga a límites insospechados de celos, haciéndote creer que
estoy con otro, cegándote los sesos y te lías a buscarme por todas partes, como
el otro día que nada más que doblar la esquina, allá que dí frente a ti y me
agarraste del brazo y me arrastraste detrás de aquél paredón....Si, si, no te
hagas el tonto, que no me soltastes hasta que te liaste a besarme, y yo que
estaba deseando, me dejé, porque con esas fuerzas que tienes cualquiera me
desata de ti, y es que te entran esos demonios que tienes dentro de tu cabeza,
pero yo ya te conozco y te voy a dar veinte mil vueltas, ¿te enteras? Me sentía
eufórica…En realidad a mí es que me gusta estos juegos que nos traemos, que
parecemos unos novios, siempre peleando...Pero la rabia que me da es que cuando
me tienes en tus brazos y te das el atracón de besarme y hacer lo que quieras
con mi cuerpo, al otro día es como si estuvieras hastiado, pero qué poquito te
dura, porque cuando ves que yo ni caso, que sigo el ritmo de mis andares,
resuelta y decidida con ésta libertad que me caracteriza, te entra una rabia y
un coraje que no puedes evitar, porque en el fondo lo que te gustaría es verme
como una tontita y sumisa mujer, pero…¿tú que te has creído que me quiero tan
poco? Tengo dignidad, ¿te enteras? Y soy una mujer entregada a lo auténtico
desde los pies a la cabeza, ¡vamos hombre! Que el tiempo de las mujeres
resignadas a lo que quieran los tíos machorros ibéricos se han acabado, que yo
soy una luchadora y guerrera mujer desde los pies a la cabeza y me precio un
montón, ¿te enteras? Y que si tú me das de lado me busco el
amor por donde me de la gana y mi cuerpo lo requiera…Y lo dejé con la palabra
en la boca…Se desplomó todo entero y se arrodilló ante mí abrazándome las
piernas…Y yo que tanto lo quería me agaché, lo abracé y le llené la cabeza de
besos…Me dijistes que me tenías clavado en el pecho, que te gustaba toda entera
toda, hasta mi pelo te volvía loco de entusiasmo y que sin mí de pena y
tristeza te morirías…Y como una serpiente me siento enroscándome por tu
cintura, que me arrastran hacia el volcán de tu vida, llenando la mía de
desquiciada agonía para seguir viviendo con el veneno de tu cuerpo…
martes, 6 de octubre de 2015
A TROMPICONES CON LA VIDA.- (MICRORRELATO) Primera Parte
Estuviste buscándome todo el verano,
cada día que salía, allí que te veía pasar de frente, de lado y hasta detrás,
como si ya no pudieras seguir viviendo y yo, débil mujer, allá que caigo rendida
a tus pies como una colegiala…Me pierdo, me pierdo cuando me miras, porque me
miras pidiendo limosna de amor, rogándome que te quiera y suplicándome un beso
por favor, y yo que no sé negarte nada, te beso, me entrego y me doy toda
entera, porque te amo de corazón, y luego cuando te hartas de mí, te vas, te
das la vuelta y te alejas de nuevo dejándome el alma vacía…No te entiendo, no
te comprendo, siempre igual, y aún sabiéndolo de antemano caigo en la trampa de
tus redes…Y por eso me colgué la mochila y me fui a caminar por los barrios más
periféricos de la ciudad, donde la muchedumbre se apretuja entre los bares y
comercios por todas partes. Me encandilan y entretienen el deambular de la
gente, es una manera de poderte olvidar, sacarte de mi mente pues desde el otro
día que te vi frente a ella, no paro de cavilar que te gusta y hasta que te
puedes liar y abandonarme, por eso hoy cuando me crucé contigo, giré mi cabeza
para no verte ni la cara ni los ojos, porque no quería que me pararas para
decirme esto y lo otro, y que te dieras cuenta de que tú a mí no me las con
queso…Que ya estoy harta de tus explicaciones, siempre divagando, diciéndome
que coqueteo con todos y por eso me quieres dar celos mirándola, y al final me
voy a ir con el primero que me guste…Y luego no me vengas con el rollo de que
estaba deseando dejarte para irme con otro, eso serán tus pensamientos, la
verdad es que ya me estás dando qué pensar, ¿te enteras? Porque tú sabes que
soy atrevida y que cuando me hacen daño me pierdo, y ya no me ves el pelo en un
mes por lo menos, ¡vaya qque sí! La verdad es que yo tampoco soy trigo limpio,
pues también he tenido mis devaneos, total no es para tanto, dos tío más
jóvenes que me llevé al huerto...soy tan curiosa…Realmentes estuve con éste
niño para olvidarme del perenne, si ese que no me deja ni de día ni de noche y
que tenga mi vida tranquilita y sosegada…Y por eso les cuento… Fueron unos
besillos de nada, lo malo es que nos rozamos un poco, y hasta me llevó a su
dormitorio, y por gusto estuve un rato echada en su cama, pero vamos, más que
unos mordisquitos birrioso y gurrumino...
estaban ricos, para qué nos vamos a engañar, y se puso muy contento…Lo malo fue el militar...Estaba coladito por mí, ya ve, veinte años menos que yo, y ese si que me gustó por el uniforme, ¡me pirran los uniformes! Desde siempre, no sé qué es lo que me pasa pero me ponen a cien, es ver a un tío en uniforme militar y se me descomponen todas las teclas de mi cabeza, ¡madre mía, cómo me gustan! Y mira por dónde se me ocurrió decírselo y ahí que lo tenía todo el día esperándome, con su gorrilla echadita para un lado, y el pantalón y el cinturón, así puesto como de muy machote, y la camisa con las mangas arremangadas...se leveían unos brazacos, ¡me encantan los músculos! ¡qué cosas por Dios! Y un par de botones desabrochados, mostrando unos pelillos que le sobresalían del pecho, ¡eso si que me gusta! Me imaginaba unos pectorales como una tableta de chocolate, vamos para comérselo que estaba… No es por nada, pero tenía un no sé qué, que me ponía loquita perdida, como para hacerle un hombre, ¡por Dios! Y eso fue lo que me perdió que estuve casi un mes entero, pero la verdad, ya me estaba hartando, porque a mí éstos tíos que pasan de los treinta y cinco, que se creen los amos del mundo y que todo el monte es orégano...me repatean...Y yo, la verdad, no estaba por la labor, porque llega un momento que me aburren, ¿qué quiere que le diga? Que no me dicen nada...Sí, sí, mucho pelillo en el pecho, mucho enarbolar la bandera, pero que a mí me van los madurito, o sea de mi edad, porque ahí ya hay una historia que contar, porque vamos, ¿de qué puede hablar un tío de esos que no sepa una ya? ¡Nada, nada! Sólo de tetas, culo y poco más...Total que lo quería dejar, pero él se creía que yo era una coqueta y que me había encaprichado con otro, y no me vea la que tuve que liar para dejarlo sin hacerle daño, porque no se pueden imaginar lo que es ver a un tío más grande que un carro llorando en tus brazos, ¡jolines! Que bastante he tenido que aguantar un llorón de noche y de día como para estar limpiando mocos todavía... Porque lo que a mí me gusta es la pasión enardecida de una pareja toda enamorada...Enfrascada en el arte del hechizo a saltos de mordisco limpio, y la magia de la aventura, donde un hombre y una mujer se enfrentan a situaciones rocambolescas, dando rienda suelta al exterior todas sus debilidades, sin tapujos ni temor al ridículo, enfrentándose a sus más bajos instintos carnavalesco a golpes de latidos, y amor compartido...A trompicones con la vida y a bandazos ardientes de mil besos de pasión…y locos, siempre muy locos…Míralo, ya lo tengo en el bote, y es que en el fondo es un niño que le gusta estar al mando, es un iluso si se cree que me puede tener tan fácilmente...A éste ahora le voy a dar caña para que se de cuenta que conmigo no se juega como si fuera una muñeca de feria…Después de tantos años siendo mi esclavo de amor, ahora quieres ser el amo de mi desamor…Y todavía no ha nacido hombre que domine a esta clase de mujer… Continuará…
estaban ricos, para qué nos vamos a engañar, y se puso muy contento…Lo malo fue el militar...Estaba coladito por mí, ya ve, veinte años menos que yo, y ese si que me gustó por el uniforme, ¡me pirran los uniformes! Desde siempre, no sé qué es lo que me pasa pero me ponen a cien, es ver a un tío en uniforme militar y se me descomponen todas las teclas de mi cabeza, ¡madre mía, cómo me gustan! Y mira por dónde se me ocurrió decírselo y ahí que lo tenía todo el día esperándome, con su gorrilla echadita para un lado, y el pantalón y el cinturón, así puesto como de muy machote, y la camisa con las mangas arremangadas...se leveían unos brazacos, ¡me encantan los músculos! ¡qué cosas por Dios! Y un par de botones desabrochados, mostrando unos pelillos que le sobresalían del pecho, ¡eso si que me gusta! Me imaginaba unos pectorales como una tableta de chocolate, vamos para comérselo que estaba… No es por nada, pero tenía un no sé qué, que me ponía loquita perdida, como para hacerle un hombre, ¡por Dios! Y eso fue lo que me perdió que estuve casi un mes entero, pero la verdad, ya me estaba hartando, porque a mí éstos tíos que pasan de los treinta y cinco, que se creen los amos del mundo y que todo el monte es orégano...me repatean...Y yo, la verdad, no estaba por la labor, porque llega un momento que me aburren, ¿qué quiere que le diga? Que no me dicen nada...Sí, sí, mucho pelillo en el pecho, mucho enarbolar la bandera, pero que a mí me van los madurito, o sea de mi edad, porque ahí ya hay una historia que contar, porque vamos, ¿de qué puede hablar un tío de esos que no sepa una ya? ¡Nada, nada! Sólo de tetas, culo y poco más...Total que lo quería dejar, pero él se creía que yo era una coqueta y que me había encaprichado con otro, y no me vea la que tuve que liar para dejarlo sin hacerle daño, porque no se pueden imaginar lo que es ver a un tío más grande que un carro llorando en tus brazos, ¡jolines! Que bastante he tenido que aguantar un llorón de noche y de día como para estar limpiando mocos todavía... Porque lo que a mí me gusta es la pasión enardecida de una pareja toda enamorada...Enfrascada en el arte del hechizo a saltos de mordisco limpio, y la magia de la aventura, donde un hombre y una mujer se enfrentan a situaciones rocambolescas, dando rienda suelta al exterior todas sus debilidades, sin tapujos ni temor al ridículo, enfrentándose a sus más bajos instintos carnavalesco a golpes de latidos, y amor compartido...A trompicones con la vida y a bandazos ardientes de mil besos de pasión…y locos, siempre muy locos…Míralo, ya lo tengo en el bote, y es que en el fondo es un niño que le gusta estar al mando, es un iluso si se cree que me puede tener tan fácilmente...A éste ahora le voy a dar caña para que se de cuenta que conmigo no se juega como si fuera una muñeca de feria…Después de tantos años siendo mi esclavo de amor, ahora quieres ser el amo de mi desamor…Y todavía no ha nacido hombre que domine a esta clase de mujer… Continuará…
jueves, 1 de octubre de 2015
CON EL ALMA ARREBATADA.- (MICRORRELATO)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)