jueves, 11 de noviembre de 2021

ENTRE LAS REJAS DE LA VIDA.- (MICRORRELATO)

 Me siento tranquila, peroRara, muy raraes como si hubiera salido de mi cuerpo, ¡qué cosas más extrañas me pasan! Voy caminando a paso lento, ¿qué digo lento? Si parece que estoy andando sobre catacumbasademás hay pasajes a los lados de mis sienes que pasan volandoson como escenas en blanco y negro de la vida de cualquier persona¡Anda, si hay una en la cual me reconozco de cuando era niña! ¡Qué feliz era! Quizás esté soñandoSí, sí, eso debe ser porque siento que me zarandean para que despierte, peroNo quiero despertar no siento el peso de mi cuerpo, ¡qué bonito todo lo que me rodea! No quiero abrir los ojos…pues…Son escenas que me reconfortan y alivian mis temores¿A qué tienes miedo? ¿Quién habla? ¿Quién anda ahí? Soy yola sombra de tus sentimientosSigo hacia adelante sin saber bien dónde voy, aunqueLa curiosidad es tan grande que estoy deseando llegarHay una luz que me deslumbra, y cuando llego se abre una puertaUna señora de mediana edad sale a mi encuentro dándome la bienvenida, y me invita a entrarAnte mis dudas se presenta como la portera de la Gran VíaLo primero que veo es una calle llena de mujeres aullando entre ellas como ovejas perdidasAl momento escucho gritos lejanos…¡Mamá, no te vayas, vuelve! Creo reconocer las voces de mis hijos que me llaman, peroUna mano aferrada a mi cuello oprime mi pechome duele el almaquiero escapar y no puedo porque lo quiero a morirAlguien me agarra de los pelos y me arrastra por el sueloes un monstruo con llamas de fuego saliendo de su boca, que a la vez que me golpea, me arranca la dignidad con la lengua de su ebriedad…Hay un cuchillo oscilando entre mi cuerpo y el de mis hijos…me arrodillo y rezo por mi vida y la de ellos…cierro los ojos para no seguir viviendopuesMuerta en vida llevo más de mil díasdías llenos de golpes y heridas…moratones y cardenales empañan mis ojos con lágrimas de dolor y sangre…¿Quiénes son esas mujeres que se lamentan con las manos atada y la lengua muerta? Son víctimas de sus parejas, maridos o amantes, ¿quién sabe? Cualquier escoria de la humanidad que no tiene nombre ni dignidad¿Qué hago yo aquí? Tú eres una más del montón de las muñecas rotas que no hacen más que llorar arrinconadas, y por esoEstás aquíNo puede ser, sólo estoy perdida, pero…Pronto encontraré el camino, además mi marido me está esperando…por favor, déjame salir de aquí…La portera con cara de pocas amigas, la conduce a lo largo de varias callejuelas comentándoleTu marido te pega, y por vergüenza callas y no dices nadaCallé por mis hijos, además no tengo dónde irLo sé, y como tú muchas mujeres son silenciadas por temor, y por eso…Llegan aquí antes de tiempo…pues…Deambulan como ánimas errantes por la vida, no tienen voz, son sumisas y obedientes, y según sus parejas, unas ignorantes que no sirven para nada, las pobres viven encerradas en su propio cuerpo como si fueran autómatas, peroNunca se quejan, permanecen impertérrita ante el opresor que las supeditan hasta la violación, yEllas acatan obedeciendo como si fuera lógico y normal, peroEstán viviendo entre las rejas de su amargura sin oponer resistencia por temor al qué diránEn aquél callejón están las que pusieron mil denuncias, y aunque sus parejas estuvieron presos, cuando salieron volvieron a la carga, hastaQue una se defendió con un cuchillo y lo mató, y entre las rejas de la prisión clama justicia gritando…Si no me defiendo, la muerta soy yo…De repente abrí los ojos y me vi rodeada de hombres y mujeresPor lo visto, alguien escuchó mi llanto a través de ellas, esas que viven entre las rejas de la vida

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