Me siento tranquila, pero…Rara, muy rara…es como si hubiera salido de mi cuerpo, ¡qué cosas más extrañas me pasan! Voy caminando a paso lento, ¿qué digo lento? Si parece que estoy andando sobre catacumbas…además hay pasajes a los lados de mis sienes que pasan volando…son como escenas en blanco y negro de la vida de cualquier persona…¡Anda, si hay una en la cual me reconozco de cuando era niña! ¡Qué feliz era…! Quizás esté soñando…Sí, sí, eso debe ser porque siento que me zarandean para que despierte, pero…No quiero despertar no siento el peso de mi cuerpo, ¡qué bonito todo lo que me rodea! No quiero abrir los ojos…pues…Son escenas que me reconfortan y alivian mis temores…¿A qué tienes miedo? ¿Quién habla? ¿Quién anda ahí? Soy yo…la sombra de tus sentimientos…Sigo hacia adelante sin saber bien dónde voy, aunque…La curiosidad es tan grande que estoy deseando llegar…Hay una luz que me deslumbra, y cuando llego se abre una puerta…Una señora de mediana edad sale a mi encuentro dándome la bienvenida, y me invita a entrar…Ante mis dudas se presenta como la portera de la Gran Vía…Lo primero que veo es una calle llena de mujeres aullando entre ellas como ovejas perdidas…Al momento escucho gritos lejanos…¡Mamá, no te vayas, vuelve! Creo reconocer las voces de mis hijos que me llaman, pero…Una mano aferrada a mi cuello oprime mi pecho…me duele el alma…quiero escapar y no puedo porque lo quiero a morir…Alguien me agarra de los pelos y me arrastra por el suelo…es un monstruo con llamas de fuego saliendo de su boca, que a la vez que me golpea, me arranca la dignidad con la lengua de su ebriedad…Hay un cuchillo oscilando entre mi cuerpo y el de mis hijos…me arrodillo y rezo por mi vida y la de ellos…cierro los ojos para no seguir viviendo…pues…Muerta en vida llevo más de mil días…días llenos de golpes y heridas…moratones y cardenales empañan mis ojos con lágrimas de dolor y sangre…¿Quiénes son esas mujeres que se lamentan con las manos atada y la lengua muerta? Son víctimas de sus parejas, maridos o amantes, ¿quién sabe? Cualquier escoria de la humanidad que no tiene nombre ni dignidad…¿Qué hago yo aquí? Tú eres una más del montón de las muñecas rotas que no hacen más que llorar arrinconadas, y por eso…Estás aquí…No puede ser, sólo estoy perdida, pero…Pronto encontraré el camino, además mi marido me está esperando…por favor, déjame salir de aquí…La portera con cara de pocas amigas, la conduce a lo largo de varias callejuelas comentándole…Tu marido te pega, y por vergüenza callas y no dices nada…Callé por mis hijos, además no tengo dónde ir…Lo sé, y como tú muchas mujeres son silenciadas por temor, y por eso…Llegan aquí antes de tiempo…pues…Deambulan como ánimas errantes por la vida, no tienen voz, son sumisas y obedientes, y según sus parejas, unas ignorantes que no sirven para nada, las pobres viven encerradas en su propio cuerpo como si fueran autómatas, pero…Nunca se quejan, permanecen impertérrita ante el opresor que las supeditan hasta la violación, y…Ellas acatan obedeciendo como si fuera lógico y normal, pero…Están viviendo entre las rejas de su amargura sin oponer resistencia por temor al qué dirán…En aquél callejón están las que pusieron mil denuncias, y aunque sus parejas estuvieron presos, cuando salieron volvieron a la carga, hasta…Que una se defendió con un cuchillo y lo mató, y entre las rejas de la prisión clama justicia gritando…Si no me defiendo, la muerta soy yo…De repente abrí los ojos y me vi rodeada de hombres y mujeres…Por lo visto, alguien escuchó mi llanto a través de ellas, esas que viven entre las rejas de la vida…
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