Dicen las malas lenguas
que cuando se cree en un ente imaginario y lo llamas, aparece al momento, y por
eso…Te encontré en el camino de la vida, cuando un frío amanecer, grité al aire
todas mis quejas, lamentándome de mi mala suerte pensando que jamás conocería el
amor de amante apasionado, y estando rondando por mi cabeza tanta amargura lo
conocí…Nunca pude imaginar cuando te vi por primera vez que me iba a enamorar
de ti…pues…Ni me gustabas, ni eras mi tipo y además es que me parecías de lo más
simple y corriente señor de cierta edad, algo metido en carnes y con las sienes
plateadas hasta que…Una mañana de invierno me echaste una mirada de arriba
abajo que me atravesó el alma y me dejó medio hechizada, y todavía no sé por
qué ni le he encontrado explicación, el caso es que a partir de entonces…No
paro de pensar en ti a todas horas, y no hay momento que no estés metido en mis
pensamientos como si quisieras hacerte dueño de ellos, de tal manera que estoy empezando
a dudar de mi propia personalidad, llegándome a plantear si en esa mirada que
me echaste aquella mañana, no lanzaste al aire una pócima salvaje para hacer de
mí la fiera que comenzó a seguirte como si fueras mi rey, y yo fiel esclava de
tus pasos…pues…Cada vez que te pienso, apareces sonriendo, y por eso…Una mañana
antes del alba salí de estampida para no cruzarme contigo ni en la entrada ni
salida de calles y avenidas, y ahora que me encuentro sola vagando en un mundo
lleno de gente, me vienes a la mente y se me llenan los ojos de lágrimas de la
ausencia de tus pasos, de tu mirada ardiente y los susurros de tus lamentos…que
son los míos…Sé que me estás echando de menos, que me buscas como agua a fuego,
y yo que te siento en mis adentros, escucho tus suspiros a través del viento...Te
amo, te necesito y te deseo…Lo mismo que yo a ti mi amor, que nada más verte se
me altera el corazón y se me arrebolan las carnes de la candela de tu ardor, y…Sorprendida
me pregunto el porqué de ésta extraña sensación que, sin conocerte, ni haber
hablado nunca contigo me tiene el alma en vilo como si fueras algo mío y yo
tuya…Como si fuéramos pareja, como si nos perteneciéramos…ya no puedo estar con
otro hombre…pues…A más de uno besé y entregué mi cuerpo, y sabiendo de antemano
que sería tan sólo pasar un buen rato, con tal que se acababa la faena, me sentía
vacía y hueca, y cuando me encontraba sola, la amargura se adueñaba de mi
persona…me dolía el alma a morir, y por eso creo que me he enamorado de ti…¿De
verdad? Sí, sí, de verdad…No sé qué pensar…te veo tan fresca y natural que dudo
mucho que te puedas interesar por mí…Me dijeron sus palabras al pasar, o así lo
quise creer…Te lo digo de corazón, me gustas cada día más y no paro de pensar
en ti…Se quedó observándome con la mirada perdida y errante...Era como si
quisiera traspasarme, adivinar los verdaderos sentimientos que anidaban en mis
cabellos…Le sostuve la mirada sin pestañear al mismo tiempo que le decía…Estoy
empezando a desearte de forma irreal, es como si ya te hubiera conocido en otra
vida, no sé…me pareces tan cercano, ¿sabes qué te digo? No, ¿qué? No sé si
debo, me da un poquillo de vergüenza…podrías pensar que soy una mujer fácil, de
esas busconas que se van con cualquier tío que se encuentra en su camino, y la
verdad es que no soy así, lo que ocurre es a veces cometo errores, deben ser
cosas de la edad, ya se sabe, una está siempre tan sola vagando de un lugar a
otro, que de vez en cuando me pierdo, y luego me arrepiento, pero estoy segura
que contigo no…No entiendo qué me está pasando…Estaba alucinando conmigo misma,
¡prácticamente le estaba contando mi vida! Era como si lo conociera…¿Qué tenía éste
hombre para atraerme de esta manera tan sugestiva y demoledora? Estaba atónita,
sobre todo cuando de repente me contestó de manera exigente…¡Dímelo, dímelo, quiero
saberlo todo de ti! ¡Vaya! Pensé para mí…No esperaba que pusiera tanto énfasis
en sus palabras…Debe ser que seamos una misma persona a la vez…pues…Eso de
estar al mismo tiempo los dos como si estuviéramos coordinados, ¡qué raro me
parece todo esto! Serán cosas del destino, o de esos duendecillos traviesos que
me persiguen desde niña…Quizás le di vida al creer tanto en ellos…No sé si
creerte, me dijo…Te veo siempre tan contenta andando por ahí…es como si
estuvieras enamorada de alguien…De ti, estoy enamorada de ti, le contesté…Y si
me ves feliz y contenta es porque cuando te vi de frente y me tiraste un beso,
el corazón me dio un vuelco y me dieron ganas de gritar al cielo, ¡Dios mío
cuánto lo quiero! Y por eso…Canto y bailo por toda la casa con la ilusión de
encontrarme de nuevo contigo, y corro por la calle…Aligera, aligera los pasos
que te estoy esperando…¡Vuela, vuela mi vida que necesito besar tus labios para
saciar ésta sed que me desespera! Lo oigo, lo escucho en los latidos de mi
corazón que sigue el compás de los reclamos de sus sentidos…Es él, el hombre de
mi vida, el que da alegría a mis noches y a mis días, ese que no deja de
mecerme en sus brazos cuando me tiene cerca, cuando me encuentra, cuando me
dice…Me tienes loquito, loquito…¿Qué es lo que tiene ese hombre que me gusta y
me atrae y me tiene los sesos absorbidos? Es su semblante serio, sus ojos
negros como carbones incandescentes, o pueden ser…Sus manos templadas y serenas
que se pierden entre los jadeos de la desnudez de mi cuerpo…Sus caricias hábiles
que van arrasando cada tramo de mis sentidos hasta que haya lo que el destino
pone en su camino, que…Sigilosamente le muestran los jadeos de mis suspiros,
hasta que juntos llegamos a la cumbre del volcán donde ruge la marabunta de
las pasiones compartidas, con sus gritos y los míos…
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