¡AY SEÑORA MÍA! - (MICRORRELATO)
Ya se agotaron todas las ansias que tenía de
ti, bueno no…todas no, que me queda un suspiro escondido por ahí…ya lo dijo en
cierta ocasión un especialista en alimentación, que siempre hay que dejar un
hueco para otro pedacito de miel con queso, ya sabes, esos que dicen la gente
que saben a besos…nunca quedarse saciada del todo y por eso…He decidido
abandonarte, no volverte a ver y si tengo un deseo en ese huequecito lo apago
con cualquier persona que no tenga sentimientos, da igual…Lo único que necesito
es apagar ese fuego que me abrasa por dentro y echar fuera esa ansiedad…pues…Ya
no te siento en mi sentir, ni tampoco en mi piel…se agotaron todas las caricias
de pasión, o no…Puede ser que otras diferentes las vuelva a encender con los
tientos del querer…quizás…¿Quién sabe hasta dónde puede llegar una mujer de esa
edad donde peligran las ansias de amar? La llama de la vela se apagó y seguir
resistiendo entre rescoldos, no…o sí, pero…No sacia los sentimientos del corazón,
ni tampoco los gemidos de pasión…mejor será dejarte partir para que fluyan los
deseos de vivir…pues…Hay un hombre al acecho…esperando…Está suplicando en
silencio jadeos ardientes que apaguen los gritos de su carne y de su mente, y
yo que lo escucho bajito y a mi lado…le insinúo entre risas y suspiros…No me
tientes, no me tientes…mira que soy caprichosa y golosa de otros labios que me
besen con lujuria…y otras cosas que hace tiempo que no saborea mi cuerpo…y mi
boca…Me aclama, me grita, me llama...le quema mi
nombre en la garganta...lo tiene fundido en el pecho y como antorcha ardiendo
sale jadeando por ríos y meandros...Sólo quiere probar mis besos…Luego se irá, me
dice…Me dejará tranquila...Lo sé, le digo...Eres curioso y juguetón, lo mismo
que un niño travieso y a mí me gusta hacer travesuras, ¿te enteras? ¿Sí? Sí, pero
tengo miedo, temo enamorarme de ti...Me escucha a través de las paredes del
infierno y se vuelve replicando... ¡Ojalá te enamores de verdad! ¿Sabes una
cosa? No, dime, le contesto al momento...No te dejaré escapar, te deseo a
muerte, sería capaz de vender mi alma al diablo por pasar una noche loca contigo...No digas eso, le dije con la voz entrecortada…Eres
un volcán de mujer, eres lo que me hace falta para llenar éste vacío que tengo
y no me deja vencer el sueño...Eres mi debilidad y tarde o temprano te
conseguiré… ¡Vaya! Eres el típico buitre…¿Por qué me dices eso? Porque conozco
a los tipos de tu edad, son unos auténticos buitres, siempre rebuscando con las
manos vacías…no se contentan con sus parejas, sino que quieren experimentar
nuevas sensaciones y se piensan que una mujer de edad madura les pueden mostrar
sabores diferentes, como si fueran la guinda del postre…Lo estaba poniendo a
caldo y lo oía mascullar entre dientes…¡Ven, corre, vuela! Déjate llevar por
los deseos de la carne…No, no…no me interesan los tipos más jóvenes que yo, me
atraen los hombres de mi edad más o menos…No te creo, reconoce que te gustaría…podríamos
probar una vez, lo estás deseando, me lo dicen las palabras que te guardas, eres
muy lista...Estás llena de deseos, emanas fuego por los cuatro costados…¡Lánzate
al abismo! Venga, no seas tímida, ¡atrévete! Un grito mudo recorrió las teclas
de mis pensamientos…Dime, ¿a qué tienes miedo? ¿Me temes a mí? No, a ti no,
sino a la reacción de mi cuerpo...Soy muy débil y reconozco que me atraes un
poco, pero no…Estoy cansada de esperar...me abaten las dudas de los pesares,
están siempre insinuando que no me debería quejar tanto y ser más flexible a la
hora de amar…pues…Tienes fuego en los labios, están al rojo vivo, y…Siento que hay
una curiosidad morbosa y latente en ti que tira con fuerzas de mí... Lo veo de
rodillas, me abraza la cintura y besa lo que su boca alcanza...Me tiemblan las
manos de ardor, mi corazón late de prisa, se me acelera el pulso de pensarlo…se
me va la cabeza, todo me da vueltas…No es tan grave, me dicen los susurros del
viento…Sólo quiere sentir mis abrazos, acariciarme la piel con su lengua de
cien fuegos...Lo arrasa el hambre...Tiene la garganta seca, sedienta por
traspasar mis piernas y lo que hay entre ellas...Es un volcán en erupción y
quiere derramar su lava en mi vientre...¡Ay, señora mía…! Me dicen los ecos de
su pasión…Le hierve la sangre por la curiosidad de saber a qué saben las
caricias de una mujer mucho mayor que él…Es un morboso y ladino seductor, apasionado
y atrevido don Juan, que está enamorado de todo lo relacionado al erótico acto
carnal de una señora de edad… Está loco por zambullirse en las oscuridades oceánicas,
perderse en los mares del sur y deleitarse con las delicias de las profundidades
submarinas...Déjame montar en tu barquita, y vayamos a navegar sin rumbo, me
dice…Déjate arrastrar señora mía, no temas nada conmigo, y si no te fías de mí,
dejaré que dirijas el timón hasta que lleguemos a la orillita del mar…No temas
nada a mi lado, mira que me tienes encandilado, soy hombre de palabra y lo único
que quiero es besar tu boca, abrazar tu cuerpo y que me sientas dentro, y luego
te suelto…
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