Él la espiaba a todas las horas del
día…ella seguía sus andanzas antes del alba…Él la quería a ratos…ella para su
vida... Él la buscaba entre los cañaverales verdes del río…ella descalza por la
orilla de la playa... Él la deseaba en sus noches solitarias y ella lo amaba
desnuda en los amaneceres entres sus sábanas blancas...Una demoníaca posesión
nos une a ti y a mí es esos encuentros locos e intensos, lo mismo que una
batalla de pasión donde me aferro a tus labios y te como a besos, mientras tus
manos fogosas no paran de acariciar cada átomo de mi cuerpo hasta perderse por
lugares recónditos…y sin retorno…Una lucha de vocablos voraces se enredan en un
duelo salvaje de lenguas…Estaba acostumbrado a que lo parara en medio la calle
furiosa perdida, echándole en cara el daño que me causaba y ya no me quedan ni
ira ni palabras, tan sólo una pena triste y conformada…pues…Ya no pienso
decirte nada para que te quedes con las ganas y ahora serás tú el que me grite
y me digas lo que quieras, que yo ya paso de ti y de tu indiferencia…Iba
caminando cuando de repente sentí unos pasos tras de mí…me giré y ahí estaba
él…Quieto, mudo, impertérrito, esperando que yo dijera algo…Ha venido a por mí
dispuesto a liarla, lo conozco bien, es su estilo, su filosofía, la única manera
que tiene de actuar sabiendo de mi debilidad…Esa forma de mirarme, retándome a
lanzarme hacia él, arrebatándole toda su virilidad siempre dispuesto a batirse
con la locura de mi existir, a lo bestia, y él que lo sabe me arranca todos los
besos de la boca y los suspiros de mi pecho salen exigentes, pidiéndole más,
mientras sus manos ardientes se pierden entre los cañaverales verdes de mi
cuerpo y pensamientos verdes…Cediendo a su lengua voraz que se enreda con la
mía en una batalla infinita de lujuria, donde el morbo se adueña de piernas y
brazos bajo la sombra del árbol aquél…Me lo quedé mirando con el talante éste
que me impera de mujer atrevida y valiente, enfrentándome con descaro y sin
dilaciones, en una palabra, pisando fuerte y rompiendo moldes…Y él pasando de
toda ésta parafernalia, sabiendo de mí mascarada, seguro de sí mismo,
expectante a la ingenuidad de mi interior, indagando con la parsimonia que lo
caracteriza…Con la sutileza de su silencio y mirada escrutadora que todo lo
adivina e involucra a mi honesta debilidad…Y yo ahí, toda interrogante,
hablando sin parar…No lo dudé un instante y me dejé caer de espalda sobre el
árbol aquél al cual me abrazo para sentir todo su poderío…Impregnándome de
buenas vibraciones…Acerco la oreja a la corteza de su tronco y contengo la
respiración para poder retener sus latidos…pues…Es tan sensible mi escucha, que
hasta puedo oír los susurros del viento atravesar las ramas como si fueran las
voces de los amantes, que a su cobijo dejan sus huellas entre la tierra y las
raíces bajo ella…Quizás aún perduran los suspiros desde entonces, ahora…y
siempre…Son momentos lúdicos de placer…sólo eso, momentos de amores secretos
con sabor de miel con queso…Una tímida sonrisa lasciva asoma por las comisuras
de sus labios retándome…Dos ojos burlones no paran de mirar furtivamente mi
boca, mi pelo, mi talle, mis piernas, mis brazos, mis manos de gestos
elocuentes…Mi alma se debate entre el sentido común y sus ansias de hacerme
zozobrar…pues…Tenía ganas de tocar fondo…mi intimidad…Una lucha de amantes
adictos al sexo están a punto de explosionar en una fusión de lenguas que
necesitan catar tan rico manjar, ¡bendita droga! Elixir para los infieles que
pagan aranceles con el sabor de la pituitaria…y algo más…Míralo, ya lo está
haciendo de nuevo…Me rindo, no lo puedo soportar, me tiene a sus pies…pues…Lo
amo a pesar de sus idas y venidas, lo deseo de todo corazón, con todas las
fuerzas de mi alma…No puede ser bueno éste sentimiento mío que trasgrede lo
prohibido transformándome en un ser irracional, una fiera con ganas de lanzarme
a su cuerpo y abrazarlo, sentir sus latidos en mi pecho y someterlo a mi antojo
como si fuera un perro…Me invade esa chispa que dicen por ahí que con el tiempo
desaparece sin más…la química quizás…Es como una posesión infernal…Una
atracción poderosa que me arrastra como si fuera imán él, y yo metal cuando lo
tengo frente a mí…Petrificada me quedo observando los movimientos de sus gestos
ardientes cuando me atrapa y saca la hembra iracunda y con ganas de sexo, pidiéndome
guerra desde sus más bajos fondos… pues…Esa diabólica complicidad que me ata y
desata a las libertades del alma, es la única estratégica forma de amar a la
que no renunciaré jamás…Porque me apasionan los sentimientos, porque me gusta y
porque te deseo como agua a fuego… Porque te llevo en la sangre que recorren
las venas de mi cuerpo, porque me arden hasta los pensamientos y porque saca la
hembra que envenena tus besos…Porque te veo de lejos, de cerca y cuando no te
veo… te siento como si estuvieras serpenteando con tu lengua alrededor de mi
cuello…
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