En algún rincón del destino nuestros
besos se dejaran atrapar por la búsqueda de su sabor…y yo mientras tanto me
enredo saboreando…Caminaré sola, tranquila, y sosegada…sin volver la mirada
atrás…Hay un beso escondido por ahí que no para de insistir…me dice que lo
tengo enamorado, que me quiere y que no parará hasta posarse en mis labios…y yo
aquí, aún sin decidir, pues no es la mente la que me empuja a seguir, sino el
corazón el que se opone entre los dos…o…quizás es que me gustaría probar otro
sabor…Es la montaña la que me enseña y atrapa mi atención, embargándome el alma
de mil sensaciones que brotan desde lo más profundo de mi corazón, ejerciendo
sobre mi cuerpo unas ganas de vivir, ¡madre mía de mi vida! que es como si
acabara de nacer a la curiosidad del existir…Y esa montaña por la que camino
por las mañanas bien tempranito, me muestra todas las maravillas del universo a
cada paso que doy…El aire que acaricia mi rostro me renueva las emociones y una
alegría multicolor recorre mi lápiz y mi amor…El viento me llena de energías
positivas y el sol, ¡ay Señor! El sol me recuerda la niña que corría por las
playas mías…Y la tierra, ¡la tierra por Dios! La tierra me llama, me advierte y
me avisa…Ten cuidado chiquilla por donde pisas…Y me paro para ver cómo crecen
las margaritas, cómo corretean los perros, las piedras que me revelan secretos
y traiciones de mujeres y hombres, y cientos de florecillas a mi alrededor, y
unos árboles tan esbeltos, hermosos y bellos, que no puedo por menos que
dejarme abrazar por sus ramas alegrando mi vida y mi corazón, iluminando mi
cuerpo de esplendor…Son como besos que flotan a mi alrededor, y que luego
retrato con los latidos de mi razón transformándolo en una historia de amor,
saliendo las palabras por los vericuetos de mi voz…Y me dictan con clamor…Ojalá
el aliento de mis besos se te metan en el tuétano de tus huesos y te recorran
por las directrices de tu cuerpo y los sentidos, para que no se te pueda
olvidar ni un instante de tu vida cuando me dijiste…te quiero…Ojalá se te
revuelvan las tripas en el estómago y te dobles de dolor por haberme mentido
tanto…Y es que estoy rabiosa perdida y llena de odio…Otras veces me arrepiento
y me enfado conmigo misma por ser tan perversa y cruel, pues sé positivamente
que todo mal que se le desea a otra persona se vuelve contra ti, y por eso me
arrepiento enseguida…Ojalá el terciopelo de mis besos te acaricien el recuerdo
y te traigan a mi lado de nuevo y me digas al oído…regálame otro beso que me
arden hasta los pensamientos…¡Ay madre mía, eso sí que me gustaría…! Que me
tiene todo el día enardecida perdida, que no te quito ni un segundo de mi
cabeza como si tuvieras la fuerza de habitar en mí. Y lo que no puedo
comprender es la manera tan tonta de haberme enamorado de ti, pero, ¡si no eres
mi tipo! Si hasta cuando di un salto para encaramarme a tu cintura, me quedé a
medias por culpa de tu enorme cuerpo, ¡qué cosas me ocurren por Dios! Además
eres un pueblerino y tienes maneras y formas de estar todo el día metido en el
bar jugando al mus, salir los sábados de juerga a ver si pesca una buena tía
para llevarte al coleto…porque eso me lo has contado tú a mí, ¡eh! Que no me lo
he inventando…O sea que eres de esos tío antiguos que dicen…Sábado sabadete,
camisa limpia y polvete…¡Uf, qué horror! ¡No me lo puedo ni creer! Nada más
pensarlo me entran hasta escalofrío...Pues nada, aquí estoy yo dándole que te
pego al coco sin saber qué hacer, si tirar para adelante o quedarme plantada
como una maceta esperando que me caiga la lluvia del cielo…Aún no puedo olvidar
las palabras que me dijiste al oído… ¡Qué bien besas! Eso me dijiste una vez…La
primera vez que te besé…que te quedaste prendidos de mis besos…y yo pensé… Será
porque habrá probado muchas bocas…y sus labios besados… Y por eso me callé,
para que no supieras cuánto me gustaron los tuyos, y te quedaras con las ganas
y la duda de cómo y de qué manera besé y besaron…Ni las circunstancias, ni el
modo…Si dormida o despierta, desnuda o en la calle vestida y a la liguera
fueron esos besos, que a ti tanto te gustaron y a mí me volvieron loca de
pasión, que tengo unas ganas de pillarte desprevenido…Ojalá no puedas vivir ni
un segundo sin el recuerdo de mis brazos rodeando tu cuello, acercándote a mi
boca, a mis labios carnosos y hambrientos, con ganas de comerte poquito a poco,
lo mismo que me ocurre a mí, que me duele hasta el aliento de los latidos de
aquellos besos martilleándome los cinco sentidos…el cuerpo entero…y hasta más
adentro…que me estoy quemando de tanto como te deseo…¡Madre mía qué barbaridad!
Es como si mis frases tuvieran ganas de flirtear…Si yo supiera que mis palabras
cruzaran fronteras…Si yo supiera que los gritos de mis letras te atrajeran a mi
vera…si yo supiera que tú sufres en silencio por besar mi boca y acariciar de
nuevo mis caderas…yo te juro por mi vida que no dejaría de escribir, porque si
mis palabras vuelan sueltas al ritmo de mis maneras y sentir, es porque alas
llevan para besarte en la boca, amarrarte a mi vera y gritarte muy bajito...
¡Qué ganas tenía de ti…! Continuará…
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