viernes, 9 de octubre de 2015

CON EL VENENO DE TU CUERPO.- (MICRORRELATO) Segunda parte de A trompicones con la vida.



Estaba caminando cabizbaja, pensativa…de vez en cuando hasta hablando sola, como siempre… Otras anotando en mi cuaderno de notas mil frases de amor…parecía como si el cielo me lloviera lágrimas de dolor...Es un mujeriego, seductor que se cree joven aún…Canean sus sienes, tiene barriguita y encima estás más sordo que una tapia, además que ya necesita gafas para leer, porque no ve un burro a dos pasos…¿Qué se creerá que es? Pero yo te quiero, ¿te enteras? Que te quiero desde los pies a la cabeza, pues son muchos años compartiendo ésta aventura pasajera que me vuelve loca de pasión…Dos almas perdidas y errantes se esconden tras las vías de los trenes ambulantes, como dos amantes que se buscan la boca para seguir escuchando un te quiero, que es lo único que me da las fuerzas para seguir viviendo…Siento hasta tus más bajos pensamientos llenitos de deseo y jadeos, como cuando nos entregamos al rastreo de nuestro cuerpo y escucho tu respiración en mi pecho…y me arrebatas el alma arrancándome mil palabras apasionadas, llenas de ardientes besos alrededor de tu cuello, y en la oreja te digo…te deseo, te deseo…Echo de menos tus besos…me decía entre sueños…Lo mismo que yo a él que ya hace tiempo que no lo tengo entre mis brazos, y se me quedan las manos vacías de no poderlo acariciar…Me estabas esperando en el lugar de siempre, donde tu y yo nos atracamos a besos como dos ladrones…¡Corre, corre que no se detengan mis piernas! No vuelvas la cabeza atrás, no pienses que él volverá, sé fuerte y valiente, no tengas miedo...Pobre ilusa, caeré rendida a sus pies, como siempre…al final me convence…Es la pasión la que domina mi existir, me arrebata el alma y no quisiera acabar con ésta agonía que me eleva y enardece los sentidos de mi vida…Y me volví…Echo de menos tus besos…me decía susurrando…Lo mismo que yo a ti, que hace tiempo que no tienes mi cuerpo y me duele tu sufrir cuando pasan los días y no me ves…Te quiero, te quiero…Seguía tras de mí rozándome los brazos…Estaba deseando de atraparme para poderme besar, y yo que estaba tan rabiosa perdida y llenita de celos, me revolví como una fiera deshaciéndome de sus manos con todas mis fuerzas, casi luchando con él, airada y furiosa…¡Déjame tranquila y vete con ella! ¿De quén me hablas? ¡Miralo… otra vez haciéndose el loco! ¡Tú lo sabes muy bien! Que el otro día te vi enfrente de ella y las buscas por todas partes… Estaba tan cegada por los celos que de rabia y coraje le solté…¿Qué te has creído que eres el único que puede hacer esas cosas? Al momento se le descompuso el rostro y le salieron los demonios por los ojos…¡Si eso ya lo sé, siempre lo has hecho! Y me sonreí para mis adentros…La verdad es que me pasé siete pueblos…Tú ya no te me escapas, eres mío hasta que la vida nos separe, y por mucho que quieras olvidarme, ahí te tengo yo cogido, que ya no puedes vivir sin mí, que me quieres como jamás has querido nunca, a pesar de nuestros devaneos y batallitas campales…Llena de odio me di la vuelta y le dije alto y claro…¡Tres veces!…Se me quedó mirando de arriba abajo, esperando que me echara a su brazos y negara lo que le había soltado en su cara, pero no estaba dispuesta y seguí con mi perorata, de frente y con los brazos en jarra…y las piernas separadas…Y ésto es lo que te gusta a ti, ¿no? Que te ponga a límites insospechados de celos, haciéndote creer que estoy con otro, cegándote los sesos y te lías a buscarme por todas partes, como el otro día que nada más que doblar la esquina, allá que dí frente a ti y me agarraste del brazo y me arrastraste detrás de aquél paredón....Si, si, no te hagas el tonto, que no me soltastes hasta que te liaste a besarme, y yo que estaba deseando, me dejé, porque con esas fuerzas que tienes cualquiera me desata de ti, y es que te entran esos demonios que tienes dentro de tu cabeza, pero yo ya te conozco y te voy a dar veinte mil vueltas, ¿te enteras? Me sentía eufórica…En realidad a mí es que me gusta estos juegos que nos traemos, que parecemos unos novios, siempre peleando...Pero la rabia que me da es que cuando me tienes en tus brazos y te das el atracón de besarme y hacer lo que quieras con mi cuerpo, al otro día es como si estuvieras hastiado, pero qué poquito te dura, porque cuando ves que yo ni caso, que sigo el ritmo de mis andares, resuelta y decidida con ésta libertad que me caracteriza, te entra una rabia y un coraje que no puedes evitar, porque en el fondo lo que te gustaría es verme como una tontita y sumisa mujer, pero…¿tú que te has creído que me quiero tan poco? Tengo dignidad, ¿te enteras? Y soy una mujer entregada a lo auténtico desde los pies a la cabeza, ¡vamos hombre! Que el tiempo de las mujeres resignadas a lo que quieran los tíos machorros ibéricos se han acabado, que yo soy una luchadora y guerrera mujer desde los pies a la cabeza y me precio un montón, ¿te enteras? Y que si tú me das de lado me busco el amor por donde me de la gana y mi cuerpo lo requiera…Y lo dejé con la palabra en la boca…Se desplomó todo entero y se arrodilló ante mí abrazándome las piernas…Y yo que tanto lo quería me agaché, lo abracé y le llené la cabeza de besos…Me dijistes que me tenías clavado en el pecho, que te gustaba toda entera toda, hasta mi pelo te volvía loco de entusiasmo y que sin mí de pena y tristeza te morirías…Y como una serpiente me siento enroscándome por tu cintura, que me arrastran hacia el volcán de tu vida, llenando la mía de desquiciada agonía para seguir viviendo con el veneno de tu cuerpo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario