lunes, 26 de septiembre de 2022

EN LA MADUREZ DEL ANHELO.- (MICRORRELATO)

 Yo no sabía que existiera esta forma tan brutal de querer hasta que te conocí, y mira que llevamos tiempo amándonos…Se ve que no nos cansamos de encontrarnos…Son los golpes bajos de la edad madura, donde impera la inmadurez de una forma letal como es ésta eterna juventud pasional…Y aquí estoy sola sin ti, mi amor, buscándote con la mente y el corazón, sabiendo que me tienes en el pensamiento con la arrogancia de hacerme tuya…Pasión misteriosa es lo que te provoca la desenvoltura de mis movimientos cuando paso por tu lado, y siento tus besos en la presencia de un sueño…Sueño aventurero, donde tus ojos se abren con cada suspiro que me trae el aire cuando cierro los míos…Paso a paso, mis manos recorren tu cuerpo lentamente como si temiera despertar…pues…Apareces en ellos acariciándome el cuerpo, besando mi boca y diciéndome…¡Cuánto me gusta! Y yo que te siento tan vivo y tan bravo te digo muy bajito en el oído…Me gustaría dormir todas las noches contigo abrazada a tu espalda, recorrerte el cuello a mordiscos ardientes y lentos…besar tu cuerpo con mis labios sedientos y hambrientos desde los pies hasta tu boca, pero…Antes quisiera sentarme sobre tu vientre cabalgando lentamente…Despacio, muy despacito para que sintieras cada movimiento de mis caderas y supieras cómo te deseo y de qué manera, mientras desesperas por llegar a la meta ante los gritos de la guerrera…Te deseo con hambre y con sed, con toda la plenitud de la madurez…Deseo abrazarte y sentir las caricias de tus manos alrededor de mi cuerpo con los gemidos que te salen del pecho, los mismos que deseo entre mis piernas retorcidas y desvergonzadas, sin pudores, ni inhibiciones…Contigo me muestro auténtica y natural, siguiendo el ritmo del desesperado momento del éxtasis sensual…frenético y salvaje…pues…Somos como dos animales sueltos a la bravía del temporal que se buscan entre batallas de pasión…Te deseo como agua a fuego, como hembra a hombre…quizás sea que todavía estoy ardiendo desde el último encuentro, y en éste momento de mi vida…Te quiero en la madurez del anhelo…Te cruzaste en mi camino cuando más lo necesitaba, y aunque muchas veces me asaltan las dudas, me pierdo entre tus labios cuando me besan de esa manera que parece que vas a devorarme toda enterita…Me encanta provocarte y despertar deseos inconfesables en ti, ¡me enardecen! Hoy me vestí para ti, me puse ese vestido rojo que marca silueta, y cuando pasé por tu lado me dijiste al oído que parecía que iba pidiendo guerra…No te equivocaste amigo mío, te dije, porque…A esa guerra sigo yendo yo, siendo tú el dueño de mi corazón, y por eso…Me revolví contra mis propios sentimientos, despeñándome de tal manera que parecía una raposa…Tu raposa…esa que se envalentona cuando ve a su jinete husmeando tras los matorrales para llevársela de calle

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