Siento tus labios vacios
de mí…mi alma me arrastra hacia ti, grita mi nombre al viento y bésame sin fin,
que quiero seguir amándote hasta que apagues mi boca con los besos de tu
candil…Yo era una artista que coloreaba los retratos pasajeros con los pinceles
libres de mis letras…pues...Era libre en mis formas y maneras…tenía una vida
sencilla y relajada…estaba encantada con la fantasía que me guiaba a cualquier
parte del mundo con los pinceles de mis baladas…Me deleitaba frente al
caballete que tenía en mi sala, donde cada tarde me liaba a pintar con las
pinceladas que me salían del alma hasta que lo conocí…No sé cómo comenzó todo,
el caso es que cuando me di cuenta me encontré imbuida en un torbellino de
pasión del cual, ni quería ni podía salir...Quizás esta alma mía de poeta que
tengo, me arrastrara a seguirle como si fuera el último eslabón de la cadena de
oro que era yo…pues…De oro sería celebrar mis bodas imaginarias si hubiera
seguido junto a ese hombre, que sin ser marido, amante y amigo, era…mi hombre…Ese
hombre al que entregué los mejores años de mi juventud y cuando vio los
primeros rasgos de la edad en mi rostro, se alejó por donde había venido para
encontrarse con los signos de sus desvaríos…Váyase usted con Dios, le dije sin
volver la vista atrás…Se fue sin despedirse, dejándome una brecha en las
espaldas que creí morir…Le di lo más preciado de mi vida, como era la intimidad
de mis palabras sin pudores, las que de adolescente guardaba como oro en paño,
¡qué cosas por Dios! Con la educación que había recibido de mis santísimos
padres…pues...Ejercía tal poder sobre mí, que me desataba la lengua como una
mujerzuela de la calle, esas que muestran sus vergüenzas en cualquier esquina,
¡fíjate cómo lo quería…! Que me tenía el alma arrebatada haciendo conmigo lo
que le daba la gana…pues…Estaba tan enamorada que me dejé llevar hasta las
mismísimas puertas del infierno, cuando nos íbamos por lugares alejados de la
ciudad en su descapotable rojo, que nada más sentir la melena al viento alzaba
mis brazos al cielo gritando te deseo con la libertad de mi cuerpo, y él,
eufórico perdido me abrazaba las piernas besándome lo que su boca alcanzaba, y
encendida por las prisas, danzaba sobre su vientre deslizándome como una
estrípers por la barra de su ardor, ¡fíjate cómo lo amé! Que me convertí en una
bailarina exótica por temor a dejarlo de ver, y…Ahora, en éstos momentos de mi
vida y echando la vista atrás apenas puedo reconocerme…Era tan modosita y
puritana…casi ñoña, ¡vaya que sí! y por eso…No quería darle cancha a ese
muchacho que tenía edad como para ser mi hijo, pero con el que me encontraba
como pez en el agua…Poco a poco entablamos amistad a través del chat en una
burbuja de placer, donde hombres y mujeres chatean con la libertad de su lengua
viperina, llegando a traspasar límites sin fronteras…pues…Hay quien dice por
ahí que el sexo viral es de lo más excitante y refrescante para llenar ese
vacío de ansiedad que a muchísimas parejas les aquejan, buscando por éste
poderoso medio de comunicación un poco de alivio a su maltratado corazón y
alocada pasión, y por eso estoy aquí…No sé qué es lo que me guió a seguirle el
rastro hasta que me di cuenta de que tarde o temprano tendría que poner
freno…pues…Era el típico don Juan a la antigua usanza, pero actual…me gustaba un
montón…¡Qué frivolidad la mía…! Pensé…Me estaba dejando seducir de manera
sutil…Tenía un toque picaresco que me atraía, trayéndome a la memoria aquellas
escenas en blanco y negro del cine mudo, cuando las señoritas de alta alcurnia
sonreían sonrojadas, fingiendo recato, más o menos como ellos que se las daban
de galán y caballeros con tal de atraerlas a su terreno, dejando la burla al
descubierto con ese falso pundonor, del cual estaba ya de vuelta pensando para
mí… ¡Oye nene! Donde tú vas, ya estoy de vuelta, así que, ¡puertas! Algo me
hizo desistir y lo dejé al viento para que no se sintiera incómodo ni
molesto…pues…Una ráfaga de luz atravesó mi mente…no sé…son sensaciones que una
tiene a veces que hasta yo misma me sorprendo de ver trazos antes que ocurra…Chispas
que saltan por el aire que me asustaban y excitaban a la vez…Tenía un cuidado
exquisito al elegir las palabra, al mismo tiempo que atrevido se dejaba ver,
más o menos como el cuento aquél de las cabritas y el lobo feroz… Ese que se
blanqueaba la patita para engañarlas, pero yo era justo la mamá de todas ellas
y antes que asomara ya lo veía a través de sus frases calentitas…A veces tenía
la sensación de que estaba hablando frente a un depravador sexual y aunque mil
veces lo negara, más convencida estaba…Tenía que poner fin a toda esta
parafernalia que me alarmaba y al mismo tiempo me atraía arrancando palabras
ardientes de la debilidad de mi ser…pues…Los pinceles de las letras dominaban
mis sentidos retratando la sexualidad de su vida, dándome a entender que le
excitaban mis pinturas de mujeres desnudas posando a través de sedas y tules
transparentes, y él, muy cautelosamente, me iba enviando fotos suyas con el
torso al descubierto, rescatando deseos olvidados y ardientes de mi
interior…Temía convertirme en esclava de mis propias pinceladas verdes y
encarnadas, ya que…Esta coquetería mía me llevaba hasta la desfachatez como si
estuviera esperándolo con ansia…pues… Me gustaba provocar éste gran deseo de
sexo en su mente y su piel, que aún sin verlo, sentía la transformación de su
ego en lo más profundo de mi ser…Poco a poco me estaba hechizando con sus
palabras de fuego y la desnudez de su cuerpo, cautivándome como si volviera a
resurgir de las cenizas de ese hombre que me dejó por otra más joven que yo, y
que olvidé con los retratos de su pincel…
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