Te tengo constantemente bailoteando en mi pecho, no te
quieres ir de ahí, lo sé, ¡vaya que lo sé! y no me importa, ¿te enteras? Porque
me encanta cantarte por bulerías y salir por peteneras para que no te vayas con
cualquiera, claro que…Soy una mujer como las de antes, recatada y muy decente.
Me gusta que me hagan la corte, ya sea mi marido, un amigo o mi amante, ¿qué le
vamos a hacer? Así me educaron mis padres, y no pienso cambiar por nada del
mundo, ¡genio y postura hasta la sepultura! Ya esté llorando lágrimas de sangre,
¿te enteras? Así que si estas esperando que salga corriendo tras de ti como
desesperada vas listo…pues…No pienso arrastrarme y darte el gustazo de que te
rías en mis narices y pienses que me tienes rendida a tus pies, ¡menuda soy yo!
Ya lo decía mi madre que en paz descanse… Una mujer de bien se tiene que dar a
valer…Qué equivocación más grande, ¡por Dios! Como si una no tuviera
sentimientos y fuera un pedazo carne o un bulto con ojos…Y por eso me encuentro
más solita que la una, perdiendo el tiempo entre cuatro paredes, esperando un
milagro y según pasan los días, semanas y meses, ¡qué digo meses? ¡Años! Encerrada
en casa y en el esqueleto de mi cuerpo…un cuerpo llenito de rejas oxidadas sin
sentir el amor de mi vida, que por culpa de ésta dichosa manía de ser presa del
orgullo, me estoy quedando echa una hojita seca…pues…Según pasa el tiempo, me
voy dando cuenta de que los milagros no existen, que son cosas de películas,
cuento chino y tonterías del año la polka, y que el verdadero milagro sería si yo
misma cambiara el chip de mi vida y saliera a buscarte por todos lados,
pero…Estoy condicionada por mi propia cultura y educación, ¡maldita sea yo y
mil veces yo! Con lo fácil que sería estar contigo y hablar con toda la
naturalidad del mundo, decirte te quiero y poco más, pero…Como soy tan antigua me
voy a quedar con las ganas y para vestir santos como se decía antes, y claro,
tarde o temprano me dejarás tirada por la primera que pase por tu
puerta…pues...No eres hombre de vivir sin una mujer a tu lado, te gusta arrimarte
tras las espaldas y te calienten las nalgas…Sí, sí…No me mires con esa cara
como diciendo…Esta usted muy equivocada…No, no, para nada…sé que eres esa clase
de tío que necesita sentir la pasión de los amantes a flor de piel, más o menos
como yo, vayas tú a creer que soy de piedra…Lo que pasa es que todavía me creo una
intachable dama, y eso de ir tras un hombre no se ha hecho para mí, ¡menuda soy
yo! Ni que fuera una perra de esas que están continuamente con las piernas
abiertas, ¡que no y que no! Que yo valgo mucho, ¡por Dios! Y una ha de guardar
la compostura y las apariencias para que vea toda la gente lo muy recatada y
decente que sigo siendo, a pesar de que por dentro esté echando humo como si
fuera una chimenea de leña, porque si te digo la verdad…Estoy como una fragata
a punto de naufragar, en un continuo vaivén que ya no sé ni qué pensar de mí…pues…Tengo
necesidad de ti y de tus caricias, y me digas al oído todas esas frases
ardientes que la ponen a una a cien, pero claro…Entonces quedaría como una
arrastrada…unas de esas mujerzuelas lanzadas y frescas que pasan de todo y viven
la vida como si fuera el último día de su amanecer, y yo…Yo no soy así, aunque…En
la soledad de mis anocheceres las aplauda y diga para mí…Ahí va una mujer de la
cabeza a los pies…pues…Tengo ganas de cogerte por mi cuenta y hacer contigo lo
que quieran mis suspiros, y no que estoy perdiendo el tiempo mascullando para
mis adentros…haciendo de tripas corazón…aparentando lo que no soy por orgullo y
educación…Una educación que le dieron a la mayoría de las mujeres de mi
generación, como si hubiéramos nacido para adornar la mesita rinconera del
salón…Y por eso grito fuerte aunque me duelan los oídos…Tengo la sangre
revuelta por todos los sentidos, mi alma pide venganza por ese tiempo perdido,
te quiero y deseo como agua a fuego, y pienso seguir tras tus pasos aunque me
pierda en el ocaso mientras te amo…pues…Más vale cien pájaros volando que
ninguno en las manos…
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