Dicen las malas lenguas que quien mucho se ausenta, pronto
dejará de ser hacer falta y yo me pregunto… ¿Porqué te necesito tanto para mi
existir? No te mereces la ansiedad que siento por ti, no te mereces mi llanto,
no te mereces que sufra tanto, así que he decidido seguir adelante…pues…No voy
a dejar que manejes los delirios de mis sentimientos ni que manejes los hilos
de mi cuerpo, estoy harta de tanto te quiero y no te quiero, de tantas dudas en
tus razonamientos, y lo único que vas a conseguir es que me enamore de otro,
¿te enteras? porque yo nací para amar y ser amada y si tú no sabes quererme,
caminito de plata para tus pies…No, no…me engaño, miento, no paro de pensar en
ti y eso debe ser porque tú no me sueltas, ya me lo dijiste una vez que era
para ti…o para nadie… El pensamiento era el único hilo de conexión que nos unía
en nuestro diario avatar…Ni siquiera podía sentirme sola, lo mismo que te ocurría
a ti, y por eso te alejaste de mí…pero, ¿sabes qué te digo? Que no me importa
tanto como antes, que ya no sufro de aquella forma en la que me escondía llorando
por la esquinas, o me quedaba encerrada en casa días enteros sin que me diera
el aire…No, no, para nada, que ahora salgo toda airosa y con ganas de gritar al
mundo entero que ya no me duele tanto tu olvido…pues…Pensaba que ya no me
deseabas como antes, que ya no me querías y que ansiabas olvidarme para
siempre, pero se ve que ese hilo que nos unen jamás se podrá romper…Quizás fue
un hilo soldado a fuego lento con aquellas palabras que me dijiste…Eternamente
enamorado de ti…¿Te acuerdas? Aún laten en mi corazón…Y eso es lo que me atrajo
de ti, precisamente esas palabras que me persiguen por donde quiera que vaya y
aunque quisiera irme lo más lejos posible, al final me encuentras…Debe ser que
me conoces tan bien, que me adivinas el pensamiento adelantándote a mis
emociones, por eso cuando me viste tan triste, te acercaste a mi lado para
decirme…Estas muy guapa…Tú también, te contesté…Parecíamos dos chiquillos perdidos
sin saber cómo actuar después de una pelea infantil…Demasiadas ausencias sin
sentido estaban haciendo mella en mí, de tal manera que poco a poco te ibas
alejando, y los besos que me dabas en la boca se perdieron en el camino del
olvido, pero mi carne y mi piel aun los necesitaban tener…Debe ser que tuvieran
memoria o hechizo, no lo sé, quizás esa pizquita de locura irracional me hizo esclava
del flechazo carnal, donde no existen ni leyes ni control, y sólo mandaban los
latidos de mi corazón danzando al ritmo de su amor…A veces me sentía como si
fuera la última romántica del siglo veinte a la antigua usanza, padeciendo y
penando por ti, esperándote…Siempre esperando un gesto que me hiciera correr
hacia tus brazos como una colegiala…Otras en cambio me veía como una descarada
y atrevida mujer transgrediendo las leyes de la naturaleza, siguiendo sin pudor
ni vergüenzas los instintos primitivos de mi osadía, mostrándome tal cual,
provocando en ti tal lujuria que te llevaba a mi terreno y hacías lo que te pedían
las ansias de mi cuerpo…pues…Me gusta el aroma que despide tu piel, me encanta,
ya sabes que me subyuga y me dan ganas de abrazarte y comerte a besos lentos,
debe ser eso que llaman la química, no sé…Quizás es lo que despierta tanto
deseo en mí por ti, que siento unos impulsos caninos como si estuviera en celo,
¡qué vergüenza por Dios! Con lo recatada que era antes y fíjate en lo que me has
convertido, en una salvaje inmunda a la que tienes que saciar hasta que se
agotan todas mis ansias de devorar…pues…Devorarte quisiera cada vez que pasas
por mi vera, y tú que lo sabes, me persigues por todas partes, casi pegado a
mis espaldas, rozándome los hombros, la cintura con las manos, echándome la
respiración en lo alto, emanando de tu cuerpo ese aroma que me enloquece y me
presiona…Me encanta su arrogancia, su piel, su presencia era toda entera como un
abrazo para mí…Su mirada de fuego me subyugaba en el recuerdo…Su instinto animal
desprendiendo de sus carnes una fragancia de deseo…que…Como si fueras un perro callejero
me induces a seguirte por los rincones para liarnos a mordiscos, saciando todo
lo que nos pide el cuerpo que son cosas de intimidades por las cuales
desfallezco…Era como si en vez de él fuera yo, siempre dentro de mi mente, mi
alma, mi sexo…Estaba conviviendo conmigo… Yo sabía de ti sin verte, lo mismo
que tú te percatabas de mi estado emocional…Parecía cosa de brujería, pura
magia, esto de entrever cómo estaba el otro aún en la distancia de la lejanía,
pero siempre cercana del alma, unidos por los deseos de la carne y separados
por el destino, inmersos el uno en la mente del otro, sabiendo cada paso y cada
sentimiento…Los momentos de rabia y enojo, la pena, los celos, el llanto, la tristeza,
la alegría…el dolor de la ausencia…pero…Cada vez que me buscas me encuentras porque
te espero y sabes que estoy, fundiéndonos en un abrazo pasional…pues…Somos una
pareja de adultos, mayores de edad, ya pasamos los sesentas años y seguimos
viviendo en la etapa de la pasión juvenil… Dos jóvenes enamorados dentro de un
cuerpo que no respeta el paso de los años…Dos adolescentes eternamente inmersos
en un alma joven, teniendo canas en el pelo, arrugas en el rostro y el cuerpo
marcado por el paso de los años, con la piel siempre alerta a las caricias del
ayer, siendo hoy…pues…Los latidos siguen siendo pasionales y desbocados... en
su máximo esplendor de los años mozos, sintiendo las mismas ilusiones, miedos,
inseguridades, celos...hasta temor a perdernos el uno al otro…y si yo muero por
tus besos, tú sientes pavor a que mis los míos se los lleve otro hombre, porque
sabes cómo beso…y de qué manera…
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