Como un
extraño pasaste por mi lado…pues…te desconozco, no sé quién eres…Era como si
jamás hubiéramos tenido una relación, como si nunca hubiéramos paseado juntos
de las manos… ¡qué sensación más rara…! Después de haber pasado por tantas
vicisitudes, luchando siempre a la contra, y aunque no vivíamos juntos en la
misma casa, sí que más de una vez nos íbamos por ahí a pasar cortas temporadas
como amantes de una noche de verano…Caíamos unos en brazos del otro con la
ansiedad de los amores locos…y ahora, fíjate, ¡qué cosas por Dios…! Sola y
abatida de dolor me encuentro llorando mis penas a los cuatro vientos la perra
vida que tengo. He sido una ilusa e ignorante desde el mismo momento que te
conocí. De nada me ha servido luchar tanto por ti, de nada…Cuántas veces te lo
repetí, que lo mejor era dejarlo y cada uno por su lado, pero tú siempre
insistías que nuestro amor merecía la pena… No parabas de venir a la caza y
captura de mi cuerpo y mi alma, que cada vez que te veía venir, caía rendida a
tus pies toda desarmada perdida…te amaba tanto que antes de darme cuenta ya me
tenías enlazada por la cintura, comiéndome la boca como un lobo hambriento…y yo
tu ovejita sumisa… Lo único que he conseguido es haberme hecho daño por haberte
seguido por esos caminos…los más abruptos e insondables de la tierra…No sabía
cómo era su manera de ser realmente hasta que lo vi con mis propios ojos…Hacía
tiempo que intuía algo diferente en él…Sus largas ausencias, sus excusas para
no llegar a la cita que teníamos concertada una vez por semana en el mismo
lugar y a la misma hora de siempre…Muchas veces lo acusé de que estaba liado
con alguna mujer y aunque siempre lo negaba, llegué a la conclusión de que se
veían a escondidas…Más de una vez lo vi rondando alrededor de su calle,
haciéndose el encontradizo, lo mismo que hizo conmigo, que de tanto pasar por
mi lado me enamoré como una estúpida e ignorante…Pobre mujer, tarde o temprano se
dará cuenta de su verdadera manera de ser…Ya me lo advirtió mi amiga, la única
que he tenido en toda mi vida, que más que amiga parecíamos hermanas de lo que
nos queríamos…le contaba todos mis secretos inconfesables con pelos y señales…A
éste tío le gustan todas las que se le pongan a tiro, me decía, lo conozco
desde hace años y es un hombre sin escrúpulos, le da igual estar con cualquier
tía con tal de acostarse con ellas…No la creí, incluso pensé que eran los celos
de verme tan feliz y enamorada…Y por eso le di de lado y dejamos de hablar
durante mucho tiempo…El caso es que me he tirado varios años con él…lo
idolatraba, lo tenía en un altar y lo que decía, para mí era sagrado…Estaba
completamente ciega de amor…pues…Me quedé viuda a los treinta y cinco años con
una niña y dos chicos varones, y antes de los cuarenta lo conocí…Me dijo que estaba
en trámites de separación. Tenía dos hijos…Empezamos a salir y poco a poco nos
emparejamos, pero tanto sus hijos como los míos no aceptaban nuestra relación
por lo que nunca pudimos convivir juntos, tan sólo compartíamos la misma
vivienda cuando los chicos no estaban. Teníamos que vernos siempre a escondidas,
como si fuéramos ladrones. Mis hijos no
lo podían ni ver y los suyos fingían un poco una falsa cortesía que detectaba
al minuto cero, pero como me convenía, me callaba y les seguía el juego… Su ex
mujer me odiaba a muerte y si las miradas mataran estaría más muerta que viva
porque sus ojos eran puñales venenosos…Jamás me perdonó, además estaba
compinchada con la suegra y entre las dos me hicieron la vida imposible, y
cuando me veían por la calle me insultaban a voces llamándome de zorra para
arriba… Lo que no sabía era que su marido fue quien me buscó porque nunca estuvo
enamorado de ella…Aparte de que cuando empecé a salir con él, ya estaban
separados, pero siempre tuvo la esperanza de volverlo a atraer…Después de
varios años batallando contra viento y marea, los chicos se independizaron
dándonos la oportunidad de vivir juntos…Hasta que su madre anciana se cayó por
la escalera rompiéndose las caderas y como era hijo único, tuvo que hacerse
cargo de ella por amor y por pena… El caso es que se mudó a su casa, y como en
realidad le venía bien económicamente, me
quede esperándolo cada día más sola que la una, porque si su ex me odiaba, ésta
no me podía ni ver, según ella, había sido la ruina de su hijo y sus nietos, ya
que su nuera era santa y perfecta…¡Qué vida más perra madre mía! Pensaba yo…La
pobre no podía andar y tenía que depender de una silla de ruedas y de una
señora que iba dos veces por semana a hacerle la limpieza…Y es ahí cuando
empezó el calvario para mí, llenando mi cabeza de celos…pues…Algo vi entre
ellos que me hizo dudar…Una mirada cómplice, cierta sonrisa llena de picardía…Era
diez años menor que yo, casada también y con dos hijos, y un marido que
seguramente la ignoraba…Y éste hombre al que yo le di los mejores años de mi
vida, le empezó a interesar… Esos ojos luminosos de mujer encandilada que le
cruzaban la cara, esos gestos de coquetería…Ese nerviosismo cuando los miraba a
hurtadillas fue lo que me alertó de que algo había entre los dos, cuando una
mañana los vi hablando de una manera muy sospechosa…No pude contenerme y sin
pensármelo dos veces, le grité en toda su cara, alto y fuerte… ¡Ahí la tienes!
Y me he dado la vuelta…Y temiendo que por despecho lo airee a los cuatro vientos y
llegue a oídos de su marido, se ha defendido diciéndome que por culpa de mis
celos teníamos que dejarlo, que no había otra, pero que si le gustara alguna,
eso se llevaría para su cuerpo…Ese era el quid de la cuestión, lo que abrió los
ojos de la mente y mi corazón…Había estado tan enamorada de él, que nunca pude
ver la realidad, creyéndolo bueno y fiel, pensando que no miraba a otra, ni
deseaba a nadie más que a mí…pues…No era tal hombre, sino uno más del montón de
los humanoides de la viña del Señor, que llegando a cierta edad y varios años
comiendo en el mismo plato y montando la misma yegua…se cansa y basta…¡Oye, tú!
¿Quién yo? Sí, sí tú…Escúchame porque esto que te voy a decir jamás lo volveré
a repetir… Te llevaste los besos más ardientes y apasionados de mi vida, y ¿sabes
que te digo? Al fin he visto en tu rostro lo que mi amiga del alma veía… y que
yo negaba… Vas por la calle arrastrando la perra vida que me hiciste padecer, acechando
a las mujeres con los ojos inyectados en sangre de deseo carnal, como si
estuvieras a falta de ello…Será que la que comparte ahora contigo tus canas, no
te da lo que necesita tu cuerpo y que yo te daba con furia… y con ganas…
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