De prestado, siempre estuvimos de
prestado, nunca fuiste mío del todo, nunca, aunque siempre me sentí tuya porque
tú me lo decías, y ahora ya ves, que llevo un día sin verte y todo me parece
mentira y según van pasando los años más… Poco a poco te vas arrancando de mí,
tus besos y abrazos se van alejando de mi cuerpo, lo mismo que ayer cuando te
cruzaste en mi camino para decirme que tenías miedo de que nos vieran juntos…y
hoy no te he visto...Un día sin verte es como un día nublado, triste y
apagado…Me pierdo entre las penumbras de mi alma…mis miedos…mis desvelos…me
asusta tan sólo el pensar que ya no pueda tenerte de nuevo en mis brazos, y eso
me enloquece…me haces falta, ¿te enteras? Te necesito y lo sabes, fíjate qué
cosas siento todavía, que se me sale el corazón del pecho cada vez que te veo…Y
ahora estoy sola pensando, dudando…Y éste hombre que me tiene
absorbido el seso se cree el protagonista de todas mis aventuras y desventuras,
¡ni que fuera don Juan Tenorio! Míralo, ya está ahí todo derecho, seguro y con
ese gesto altivo y soberbio que lo delata de estar muy enfadado…Venía caminando
hacia mí…no sé por qué me lo estaba imaginando…tenía el ceño fruncido, airado el
mohín de los labios…parecía contrariado, de mal talante, con la mirada seria,
todo enojado, como para echarme la bronca, en una palabra, reñirme, como si
fuera mi padre o aquél maestro del colegio cuando se enfadaba con los niños…
pobrecitos…estaban atemorizados cuando los ponía delante de él con las manos
extendidas…le daba unos palmetazos…menos mal que no soy ni su hija ni su
alumna, ¡hasta aquí podríamos llegar! ¡Menuda soy yo para estas cosas! ¡No paso
ni una! Por supuesto que no me dejo
avasallar, que bastante he pasado ya con mi primer marido… Entonces era muy jovencita
e inocente, además tenía tres niños pequeños… ¿Adónde iba a ir? Tragué carretas
y carretones…y no es que me pegara, no, no, para nada, sólo que me tenía
maltratada psicológicamente…Todo el día encerrada en la cocina guisando, mientras
él se iba al bar de la esquina y venía ebrio perdido, ¡borracho como una cuba! ¡Señor,
Señor…! ¿A quién se le ocurre casarse con el primero que se lo pide? Gracias a
los consejos de una hermana mía que me ayudó en los peores momentos, pude sacar
fuerzas de flaquezas y me separé a tiempo, si no, no sé donde estaría ahora…Ya
lo decía mi madre…¡Dios ahoga pero no aprieta hijita! ¿Qué te creías que el matrimonio
era un camino de rosas? ¡Pobrecita mía…! Cada vez que me acuerdo… era de fuerte
y valiente…Quizás sea yo como ella en esos bríos que tenía para enfrentarse a
todo…Después de mucho batallar, me encuentro de asistenta social, los chicos
independizados, que para mí era lo más importante, y no se me ocurre nada más,
que irme a vivir con un hombre que creí que era el único del mundo entero, ¡qué
equivocación más grande! Fue el gran error de mi vida. No sé qué pasó por mi
cabeza para liarme con un tipo al que le llevaba diez años, además era lo más
celoso, dominante y posesivo que había conocido jamás, ¡no me dejaba ni
respirar! Pasé las de Caín…hasta que te conocí…Venía caminando hacia mí, no sé
por qué me lo estaba imaginando…Vas a terminar con nuestra relación, me dijo… ¿qué relación? Le
contesté al momento…La nuestra, la que tenemos tú y yo, pero lo que no
comprendo es por qué te han dicho que me han visto con otra mujer… ¿Qué pasa,
que tienes miedo de que me entere de todos tus devaneos verdad? Le contesté… Se
quedó mirándome fijamente…Entre tus celos y los malos pensamientos que tienes
sobre mí, lo estás estropeando todo… Me dio la espalda y se alejó de mí… Seguí andando
hacia adelante, aunque me giré tres veces para ver si me seguía…Ahí me di
cuenta de toda la realidad…jamás me había querido…Éste se cree que soy tonta, como
si no lo conociera ya. Lo único que le gusta es verme siempre dispuesta a todo,
sumisa y acatar su voluntad, ¡vamos que me quiere a capricho! A la merced de su
instinto animal, como si yo fuera una perrita…¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí tú…Te crees
el protagonista de todas mis aventuras, y ahí te equivocas amigo mío…pues…Soy
una ladrona de historias, ¿te enteras? A ver si te piensas que eres el único
hombre de mi vida, no, para nada, que voy pisando las huellas de esas mujeres que
sufren, y desesperadas salen corriendo echando sus lágrimas al viento, y yo las
atrapo antes de que caigan al pavimento…Y por eso les cuento… Vivo al límite
de mis emociones…Quiero que la vida sepa que pasé por ella
aunque sea a ras…pues…Me toco vivir una vida que no elegí…Por
eso decidí buscar la felicidad sin hacer daño a nadie…En
mi corazón caben muchas clases de amor, cada hueco es diferente, no se
interfieren unos a otros…Sólo hay que saber separar y
tener una absoluta convención de no hacer daño, por lo tanto he decidido
darle un giro a mi existencia de noventa grados porque estoy harta de todo y
tarde o temprano explotaré…y no estoy dispuesta a seguir ocultándome de la
gente como si fuera una rata callejera, de ahora en adelante seré yo la que
diga fuerte y claro…se acabó, se acabó y se acabó… claro que
antes tendré que empezar desde el principio…pues…Mi historia es como la de
cualquier mujer anónima que anda por ahí, ¡vaya que sí! Pero en éstos momentos
de mi vida me encuentro contenta y feliz…Estoy tranquila y serena, ya no temo
tanto perderte…Me tuviste de prestado, jamás fuiste mío del todo…te guardabas
de mí…siempre te guardaste algo, como si temieras entregarte, y por eso me
acusaste…Me acusó de que había estado con otro y me eché a reír, y cuanto más
sonreía, más sentía en mis propias carnes el dolor que contenía dentro de su
mirada…tan sólo al imaginar mis besos y suspiros en los brazos de otro, le
consumían y le mataban…y lo que no sabes tú, es que un día sin verte es como un
día gris, triste y apagado…Necesito abrazarte cada momento como si fuera el
último de mi vida, y desespero por verte buscándome por ahí como aquél loco enamorado
que un día vi pasar por mi lado… Y estando en éstas cábalas, hoy me lo
cruzo en mitad de la calle, y nada más verme, sentí esa manera suya de mirarme
con la entrega total de su alma y su ser…
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