Te has ido sin decirme nada, mi amor,
yo lo sabía, pues eso de las flechas de Cupido sólo me alcanzaron a mí, que fue
directa a mi corazón, y es que esto de enamorarse a primera vista es un
descalabro total, ya ves, soy tan soñadora… No voy a cambiar nunca, pero lo más
trágico de todo es que me gusta éste papel que se me asignó en el mismo momento
de nacer, porque…Me quiero, me adoro, me gusto al espejo y además es que hasta
me lo creo…Creo que llegará un momento en mi vida que abriré los ojos y
entonces veré la realidad que me rodea y dejaré de soñar…Es un sueño, sólo es
un sueño esperanzador donde un hombre y una mujer se encuentran en el camino
del corazón…Es un sueño abrazado al pensamiento, eternamente enamorado de mí,
no se me despega ni un momento y está grabado a fuego lento de manera que cada
vez que te recuerdo, me arde hasta el aliento…y me arrastra hacia ti, hacia este
infierno en el que estoy viviendo por haberme dejado llevar por los impulsos de
mi cuerpo, que después de haberme enamorado me dejaste tirada en el pavimento…pero
lo sabía…Andando los caminos me encuentro hablando contigo, pues últimamente me
ha dado por pensar, que quizás tuvieras que venir a arreglar unos asuntos, y te
diera por quererme ver de nuevo otra vez, y, ¿quién sabe? a lo mejor podríamos
tener un encuentro apasionado de amor…o un par de besos en la cara y vaya usted
con Dios…pues hay algo especial en ti que me hace quererte bien…Debe ser
aquella forma de escucharme cuando te hablaba…o es posible que fueran tus ojos
que de mi boca no apartaba la mirada, como si me estuvieran pidiendo que te
besara, porque hubo un momento que sentí un leve roce en mis labios con un
mandato inmediato que me decía…Voy a comerte desde los pies a la cabeza…Y es
que dicen por ahí que el pensamiento tiene identidad propia, que vaga como un errante
por los hilos de los vientos, sin rumbo fijo…Y se me escapa, vuela alto, es una
nube de algodón, y cuando la quiero coger explota entre mis manos como pompa de
jabón… Se pierde, se esconde entre las pelambreras de mi melena y se lía a
cantar como si fueran pájaros en una coral interminable del piar…Es un
pensamiento ofuscado, aferrado a un recuerdo que no tiene nada que ver con la
realidad de la vida, pues… ¿Qué daría yo porque tus pensares y los míos
estuvieran acorde y a la par para seguir en las vías del tren? ¿Qué tren? Ese tren
que viaja por el túnel del tiempo, donde tú y yo una vez coincidimos en la
misma estación, y nos liamos a besos como si no existieran más argumentos que
los deseos de nuestro cuerpo…Y no lo puedo controlar, no me hace caso, no me
escucha ni me presta atención, de repente se coloca en mi mente y hace y
deshace conmigo como si fuera el dueño de mi sino…me desbarata hasta los
impulsos sin ritmo…son aspirantes a brotar y salen huyendo…Es un pensamiento independiente
que navega por el destiempo al libre albedrío de su avatar, pues éste que yo
tengo carece de ligaduras, o quizás es que no haya encontrado el hueco de su equilibrio
emocional…Debe ser que tú lo atrapes con las órdenes de tus deseos y desde
donde quieras que estés nos manejas a los dos, y es que…Hay una atracción poderosa
que controla las sensaciones de mi cuerpo, mis tristezas, mis alegrías y mis letras…Eres
la brújula de mis emociones, y allá donde diriges tus deseos, el pensamiento me
halla y me pierdo entre las caricias de tu cuerpo… Pues éste sin vivir que tengo
se lo debo a aquél encuentro que yo te regalé un beso… Fue un beso desinhibido,
alegre y muy divertido, que se lió a acariciar nuestros labios con desenvoltura
y descaro…Estaba llenito de la curiosidad morbosa de los adolescentes…y gracias a ese beso, me arrancaste todos los
recuerdos de un hombre que no se merecía ni un segundo más viviendo entre ellos…Era
un hombre que continuamente me decía que me quería, que no podía vivir sin mí,
pero al mismo tiempo me insultaba, me gritaba y echaba a patadas con la
ferocidad de su mirada…y eso que decía que me amaba…Nunca tenía una palabra
amable conmigo, se volvió con los años rudo, déspota y dictador, como si fuera
el dueño de mi vida…me tenía como una esclava, ni siquiera me ayudaba en las
tareas de la casa porque decía que para eso me mantenía por la cara…Hasta que me
cansé, hice las maletas y lo abandoné, y estando en mi cavilar por los hilos de
la pendiente te encontré en medio del camino, y me enamoré de tu sonrisa y tus
besos de pasión…pero…Yo sabía que nunca me querrías, al menos como yo a ti, que
aún sabiéndote amarrado a tu libertad, arriesgué todo mi querer, pues era tan
fuerte la atracción que sentí al verte que morí en tu boca llenita de pasión… Eran
tus labios carnosos, suaves y exigentes, que me sonrieron cuando se fijaron en
mis andares atrevidos y coquetos…Tenías pintada en la cara esa mirada descarada
y hambrienta de llevarme a la cama de un asalto, sin pedir permiso, a
bocajarro, deseoso de acariciar mi pelo largo, mi cintura…mi piel…Eran tus
manos lentas, templadas y con ganas…ganas de seguir por la curva de las
laderas, deslizándose suavemente por el monte de los pecados…Arrasé tu cuerpo
con mis besos encarnados, sedientos y ansiosos…y después de verte sumiso y
entregado, te arrastré hacia el pozo sin fondo donde se ahogaron las palabras
sin recato…y sin retorno…
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